Epílogo

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No todos los grandes amores están destinados a permanecer juntos.

Satoru y Sayuri fueron como el brillo y el pasar de una estrella fugaz, preciosos, maravillosos, únicos, pero pasajeros, algo efímero y no eternos.

Es imposible borrar a algunas personas de nuestra memoria, sus recuerdos y la huella que dejaron en nosotros no es algo fácil de olvidar o superar. Dicen que el tiempo sana las heridas, más no nos hace olvidar.

¿Cómo olvidas a alguien como Satoru Gojo? Alguien precioso a simple vista, risueño, encantador, amoroso y cautivador.

¿Cómo olvidas a alguien como Sayuri Seki? Mujer hermosa, llamativa, risueña, cariñosa, entregada y con un corazón de oro.

¿Cómo olvidas a una combinación como ellos? Imposible.

Un par de personas que se encontraron, pero terminaron perdiéndose.

La vida da muchas vueltas, no hay nada asegurado, además de que el universo tiene formas peculiares de enseñarnos lecciones o de intentar demostrarnos algo. Tal vez la relación de ellos dos fue con un objetivo especifico de la vida, una lección, un momento, o una probadita de lo que pudo ser o lo que realmente fueron en algún otro universo.

— Shoko, ya te dije que voy a venir algunos fines de semana y en vacaciones. No voy a dejarte de lado, deja de lloriquear. — Pidió a su mejor amiga a quién sostenía entre sus brazos.

— ¡Es que ya no confió en ti, maldita pelirroja! Recién regresabas y ya te estas yendo de nuevo.

— ¡Pero no me estoy yendo lejos!

Shoko se separó de ella para mirarla con molestia y pequeñas lagrimas en sus ojos. — Voy a ir a molestarte el próximo fin de semana, me aseguraré de que no te vayas.

Sayuri carcajeo. — Está bien, estaré esperándote.

De nuevo se fundieron en un fuerte abrazo, riendo y haciendo algunas cuantas bromas más para tranquilizar a la castaña.

Sayuri había decidido marcharse del centro de Tokio, iría a un pequeño distrito en las orillas de este, para poder vivir en tranquilidad un tanto alejada de la hechicería.

Fue muy complicado convencer al director Yaga sobre el tema de las lecciones con Yuuji, ella creía que no tenía más por enseñar al chiquillo, quién sin duda ahora tenía un mejor manejo de su energía maldita. Aún tenía camino por recorrer, pero en cuanto al rey de las maldiciones que llevaba dentro, ella creía que no podría hacer mucho, sabía que aquel trabajo solo podría hacerlo el más fuerte: Satoru.

Y ahí estaba, despidiéndose en la entrada de la escuela de su mejor amiga quien sin duda discutió sobre su mudanza, más no le quedo de otra que aceptar.

— ¡Vámonos ya! — Gritó un malhumorado Megumi desde el asiento del copiloto en el auto de la pelirroja.

Él iría a pasar el fin de semana con la fémina y luego regresaría a Tokio para continuar con sus clases. No haría demasiado tiempo de viaje en metro por lo que no dudaba en que iría seguido a pasar sus fines de semana con ella, mientras que entre semana u otros días en que no pudiera ir se quedaría con Satoru.

— Ya nos vamos, Megumi quiere ir a un restaurante que vio cerca de la casa. Creo que le emociona cambiar de aires por unos días.

— Ese chiquillo melindroso. — La castaña rio negando. — Es buen niño.

— Claro que sí, ¿quién crees que lo crió? — Respondió orgullosa, mostrando una sonrisa socarrona, arrogante.

— Un desquiciado de metro noventa que sin duda lo hizo mucho a su imagen.

— ¡Shoko! — Se quejó. Miró a su amiga con molestia fingida antes de suspirar. — No puedo negarlo, Gumi tiene muchas actitudes de él.

Ambas volvieron a reír ante la comparación indudable. — Bueno ya, vayan con cuidado y envíame un mensaje cuando lleguen.

— ¡Lo haré! — Dijo en voz alta mientras se alejaba de ella trotando, yendo hasta el auto donde Megumi ya alegaba que tenía hambre.

Abrió la puerta del piloto y se detuvo antes de entrar.

Unos metros más atrás de Shoko, de pie, con las manos en los bolsillos y una expresión melancólica estaba él. Satoru los veía desde lejos, en especial a ella.

Ambos se miraron fijamente por unos segundos, compartiendo el mismo sentir y pensar en aquella mirada. Sin duda la tristeza y melancólica les inundaba cada que se veían, pero también había un pequeño sentimiento de felicidad por el bienestar del otro, un cariño inigualable e inolvidable que no podían negar.

Sonrieron, se sonrieron una ultima vez.

Una sonrisa que reflejaba miles de emociones e incertidumbre al no estar seguros si se volverían a ver igual de seguido como durante estos meses o si al menos se volverían a ver. Era inevitable no sentirse mal con la idea, pero aun así se sonrieron como despedida.

Antes de marcharse, a su cabeza llegaron una de las ultimas palabras que intercambiaron. Inevitablemente sintió ganas de llorar, pero prefirió sonreír ante el recuerdo de su ultima conversación días atrás cuando terminaron con todo:

—Sayuri... ¿crees que en algún otro universo sí funcionamos? — Le preguntó el albino luego de que se dieron un último abrazó. Ambos se miraban a los ojos y sostenían las manos del otro con cariño.

Ella se lo pensó un momento y sonrió.

— Tal vez en Saturno.

No estoy llorando, no lo estoy (sí estoy)

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No estoy llorando, no lo estoy (sí estoy)

AHHHHH, SATURNO ACABO. 😭

Hace cerca de un año que comencé con esta historia y fue una de las mejores cosas que pude hacer, no saben cuando quiero a Sayuri, mi pecosa. ❤

Estoy bien melancólica por haber terminado, de todo corazón espero que el final haya sido de su agrado, no saben que miedo me da ver sus reacciones JAJAJA. Y es que, tuve muchos conflictos para darle un cierre a Saturno, de verdad fue difícil, hasta llegué a considerar hacer dos finales, un alternativo pues, pero creo que es mejor así, ¿o qué opinan ustedes? 

Déjenme su más sincera opinión sobre el final. 

No olviden que pueden encontrar la historia también en Inkiit, mi usuario es agusthyung2609. También, si algún día desean hablar, decirme algo o solo saludar, recuerden que el tablero de Wattpad es libre y mi Instagram está en los baners. ❤

Muchas gracias por acompañarme hasta acá, Saturno terminó, quizás solo le queden uno o dos especiales que subiré después, pero llegó hasta aquí. Queden pendientes de mi perfil que tengo un par de historias por ahí para compartir ;) 

¡Nos leemos pronto! Infinita gratitud a todos los que me  leyeron, besotes a todos. 😭❤

Dejen ir a llorar tantito jajaja. 😥

-Agust. 


𝐒𝐚𝐭𝐮𝐫𝐧𝐨 || 𝗚𝗼𝗷𝗼 𝗦𝗮𝘁𝗼𝗿𝘂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora