Capítulo 12.

46 5 0
                                    

— Haría arder el mundo por ella

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Haría arder el mundo por ella.

El sonido de la ambulancia no tardó en alterar a los estudiantes, todos sabían que algo había ocurrido ahí. Mientras Ibis los guiaba hasta el baño, Callum dejaba caer sus lágrimas mientras sujetaba a Rayla, estaba haciendo presión en su herida para evitar él sangrado. Runaan le hablaba mientras tomaba su mano con fuerza y Ethati no podía evitar llorar al ver a su hija así.

— Mi niña, eres fuerte... por favor quédate con nosotros — estaba intentando que sus lágrimas no salieran.

— Por favor hija, resiste...— sintió cómo su pequeña tomaba su mejilla.

— Papá... lo siento...— murmuró con las pocas fuerzas que le quedaban.

— No hables amor, vas a estar bien...— Ethari apoyó su madre sobre la de su pequeña.

— Cariño, resiste... — pidió mientras juntaba su frente con la de su amada.

— Les falle... perdón...— volvió a toser, causando que su rostro esté nuevamente manchado de carmín.

— No lo hiciste hijita... tranquila — Runaan acarició sus cabellos.

— Los amo...— volvió a murmuras, perdiendo las últimas fuerzas que le quedaban.

Ethari sintió su mundo desfallecer cuando la mano de su pequeña calló, Runaan volvió a tomar sus signos vitales y el miedo creció en él. Para su suerte, los tres paramédicos habían llegado, al ver la situación empezaron a actuar rápido. Uno de ellos sustituyó a Callum y comenzó a hacer presión en la herida, la joven ya había perdido mucha sangre, otro de ellos comenzó a controlar sus signos vitales y el otro se preparaba para actuar, era muy arriesgado el moverla ahora sin hacer algo con el sangrado.

Hicieron salir a los tres presentes de ahí, Ethati no tardó en desmoronarse en el suelo preso del llano y del miedo, Runaan estaba intentando ser fuerte por su esposo y su hija, así que lo abrazó con todas sus fuerzas y trató de controlarlo. Callum por su lado, solo podía mirar su ropa y sus manos ensangrentadas, la sangre de la persona que más había amado.

Intento limpiar la sangre en su vestimenta, sentía una mezcla de ira y angustia, sentía las lágrimas caer por su rostro. Se quitó su abrigo, estaba furioso y con él corazón destrozado.

Pero por suerte sabía quién había causado todo esto.

Salió corriendo, sin importarle él gritó de sus padres, quería matarla. Corrió hasta la clase de Claudia, le hizo señas por la ventana para que saliera, algo que su antigua amiga hizo. Una vez ella estuvo fuera, la tomó por el brazo sin molestarse en medir su fuerza y la llevó lejos de ahí.

— Callum, ¿Qué ocurre?... me lastimas — murmuró, para luego sentir su cuerpo impactar contra los casilleros, asustándola.

Callum nunca había sido una persona violenta con ella.

— Ocurre que eres un monstruo, ¿Porque la odias tanto? ¿Porque matarla? — cuestionó con furia, viendo como una sonrisa cínica se formaba en su rostro.

— Oh... ¿la princesita murió? — canturreó con alegría — Aaravos se sentirá tan feliz de escuchar eso... — se acercó al chico, tomando la camisa de este entre sus manos— ella nunca te mereció... nunca debiste enamorarte de alguien tan patético como ella cariño...— susurró cerca de su rostro.

— Lo único patético aquí eres tú — se soltó de su agarre y la empujó — si ella no sobrevive... no me haré cargo de lo que haga...— le murmuró.

— ¿Tanto te importa esa estúpida hada? — hizo una mueca de desagrado.

— Haría arder el mundo por ella... — miró a la joven con desprecio.

— ¿Porque ella? ¿Porque no yo?, soy mejor que ella— cuestionó enfadada.

— No te compares con ella Claudia — se acercó a ella hasta quedar frente a frente — ella no tiene comparación...— ante sus palabras, una pequeña lágrima escapó por la mejilla de la joven — y si tú realmente estás aliada a Aaravos... nos volveremos a ver en la guerra...— era una promesa.

— Callum... yo...— no pudo decir más, él joven ya se había ido de ahí.

— Creei que me querías... — una nueva voz apareció.

— Si te quiero cariño...— seco aquella lágrima y se acercó al joven.

— Lo amas a él... ¿Jugaste conmigo? — cuestionó sintiendo sus piernas débiles.

— Claro que no Terry, es complicado...— trato de tomar sus manos, pero el menor lo evito.

— Te amo Claudia... la traicione por ti, clave esa daga por ti, traicione a mi gente por ti... — se sentía usado — pero tú nunca me amaras... no mientras él esté vivo y yo ya no soporto jugar a los dos bandos...— murmuró mientras se alejaba de ella.

— Terry, espera... ¡¿Qué harás?! — le gritó mientras intentaba tomar sus manos.

— Lo correcto, confesar mis crímenes... decirles todo lo que le dije a Aaravos — debía de hacer lo correcto.

Escuchar esa conversación, entender que Claudia solo lo había estado utilizando y jugando con él me destrozo, sabía que no era una victima, el estuvo dispuesto a hacer todo por ella, aún si eso implicaba el confesarle todos sus planes y estrategias a Aaravos.

Iba a ir con Rayla, pero algo lo impidió.

Él gritó de claudia fue desgarrador, pero al parecer nadie lo había escuchado. Una espada estaba clavada en su pecho, Aaravos estaba frente a él, enpuñandola.

— Pobre idiota... ¿Crees que sería muy fácil él traicionarme? — cuestionó con cinismo, sintiendo cómo la sangre del elfo de fuera caía sobre él.

— No lo mates! — pidió mientras intentaba parar el sangrado.

— ¿Porque no lo haría?, el ya no es util... — sacó la espada de su pecho, pero aún así mantuvo al joven tendido en el aire.

— Porfavor... no lo mates — volvió a pedir, mientras intentaba acercarse a él.

— Que egoísta eres... lo usaste para poder dañar a Rayla y quedarte con ese humano... ¿pero ahora lo quieres? — sonrió con cinismo.

— Porfavor...— suplicó, pero sus plegarias no fueron escuchadas.

Un humo color violeta comenzó a rodearlos, todo comenzaba a verse borroso y lo único que lograba ver era esa sonrisa. Cuando al fin pudo ver, ya no estaban en su mundo... estaban en Xadia.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
The guardian of MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora