Okey, primero hay que hacer un plan
O... improvisar un plan
Gris...
Mis ojos parpadean con pesadez, intentando aclarar la realidad.
¿Hay un cielo sobre mí?
Ramas...
¿Por qué el suelo se mueve debajo?
¿O soy yo la que se está moviendo?
¿O algo me mueve?
No. Estoy quieta y no estoy en ningunas afueras.
Aprieto los ojos. Lo que se siente al despertar de una sedación es como si salieras de un túnel oscuro y vieras la luz del mundo. A veces oyes voces que te esperan afuera, pero yo no oigo ninguna, por lo que finalmente despierto de golpe y me esfuerzo en entender mi entorno más rápido.
Supongo que sigo en modo supervivencia y quedarme acostada procesando todo con lentitud no es opción.
Me incorporo para quedar sentada con los pies en el suelo. Estoy mareada, me palpita la cabeza y resulta que también me duele la espalda, y al mirar atrás entiendo por qué:
Es que he estado recostada en una cama de piedra que pertenece a una celda hecha de paredes y techo de lo mismo: piedra oscura.
Escaneo mi alrededor. Lo único que no es de piedra son los barrotes de acero que aprisionan el espacio. El resto es oscuro y... Sí, un poco aterrador, porque solo una bombilla amarilla cuelga del techo del pasillo que hay al frente, y la luz es como si estuviera llegando a sus últimas.
Además, hay un profundo silencio, de ultratumba, que me hace pensar: ¿será que nos lanzaron a las profundidades?
Hasta que, de repente, mientras cavilo, se rompe:
—¿Ya despertaste? —Oigo la inconfundible voz de Poe. El de mi dimensión, claro, el que jamás estaría ni de cerca de lo introvertido.
—¿Dónde estás? —Lo busco mirando a todos lados del pasillo, porque no lo veo. Mis palabras suenan algo pastosas por el efecto de la sedación desapareciendo.
—Celda de al lado —responde. Así que tendremos que hablarnos así, sin vernos, aunque mi desconfianza hacia el entorno, por no saber si en realidad estamos solos o no, no me deja contestarle de inmediato. Aunque creo que él lo capta, porque añade—: Somos los únicos aquí. O al menos eso me parece.
Decido confiar un poco. Los Novenos tienen un mejor oído, ¿no?
—De acuerdo, Padme, perdí un poco los estribos allá arriba, pero aquí reflexioné: todo este lugar es demasiado curioso —empieza a decirme... ¿con voz entre fascinada y pensativa? ¿Estoy percibiendo bien? Pero, ¿cómo puede hablar así mientras estamos encarcelados?
Bueno, él está de pie, y lo sé porque escucho sus elegantes zapatos de punta caminar de un lado a otro por su celda. Hasta siento que está haciendo sus gráciles gestos con las manos al hablar.
—¿Viste bien esas versiones de nosotros? —sigue—. Algunas son idénticas en físico, como es el caso de Damián, pero las otras son muy diferentes. Por ejemplo, obviamente Tate es Tatiana...
—Ah, ¿era obvio? —Me froto la parte trasera donde recibí el mayor impacto del golpe que me dejó inconsciente en el bosque, dándome cuenta de que cuando desperté y vi a Eris y a Tate, estaba más aturdida de lo que parecía y que solo me mantuve consciente por alerta. Y lo sigo estando, pero ahora noto más el atontamiento.
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DAMIÁN - PARTE 2 © [subtítulo pendiente]
Paranormal¿Y si nada terminó con la pregunta? «¿Damián?, ¿quién es Damián?» Eso es lo último que Padme Gray recuerda, junto al hecho de que despertó de nuevo en su casa, en donde las cosas y las personas parecen estar en sus antiguos sitios. El retorcido p...