9 - Parte 1

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*ADVERTENCIA*: mención de drogas. Proceder con discreción. 

Nota especial: quiero dedicarle este capítulo a Katy, una linda, fiel e increíble lectora que tuve y que lamentablemente murió. Una de sus amigas me escribió contándome la historia y la verdad es que me puso muy triste. Katy amaba mis libros, y sé que era muy amada por su familia. Este capítulo de Damián, un libro que ella quería mucho, va para ella con todo mi amor. Katy, siempre serás recordada, y yo siempre estaré agradecida de que fueras mi lectora y siempre me sentiré honrada de que hayas elegido una de mis historias. Espero estés descansando en paz.  


El siguiente en la pirámide de la muerte: Amadeus


¿Por qué Damián temblaría cerca de mí?

Me lo pregunté toda la noche, y no dormí casi nada porque traté de darle una respuesta, aunque fue difícil.

A ver, es obvio que él no podría tenerme miedo, así que «por temor» queda descartado.

Tampoco siendo más fuerte, más alto y capaz de matar a cualquiera, se pondría nervioso cerca de una chica, así que eso también lo descarto.

Quizás... ¿por frío?

¿O es que en esta dimensión es de las personas que tiemblan inconscientemente por algún problema del sistema nervioso?

¿O no tembló en lo absoluto y yo lo imaginé?

Le di vueltas hasta que pude dormirme, pero fue una pobre media hora porque luego amaneció.

Esta mañana hace algo de frío en las profundidades, y descubro que durante lo poquito que dormí Eris entró a mi habitación y me dejó más ropa, así que escojo la más abrigada posible, aunque solo es una camisa con mangas tres cuartos.

Mientras me la pongo no puedo evitar pensar en el momento de la noche en el que Damián se quedó mirando mi escote, el cómo la atmosfera se tornó extraña a nuestro alrededor y cómo dos contradictorias emociones me confundieron...

Pero sacudo la cabeza, porque, ¿por qué pensaría en eso? No fue nada. Además, él es inhumano y cruel. No debo volver a parecer vulnerable ante sus ojos. Lo de tratarlo de la misma forma que él a mí y ser desafiante volvió a funcionar, así que lo seguiré aplicando.

Cuando estoy lista, quien aparece para guiarme al comedor es Eris. Todos entonces nos encontramos reunidos de nuevo en la gran mesa de madera. Damián está mirando un periódico que debe de ser el de Asfil (quizás para encontrar información que se pierden por vivir escondidos). No nos presta atención. En cambio, yo si me fijo en que hoy no lleva su chaqueta de cuero, sino una camisa negra mangas cortas y unos pantalones grises oscuro, con sus botas trenzadas.

Igual a la primera vez, Poe ha escogido la silla que queda justo frente al Verne enmascarado, y mientras esperamos la comida otra vez no le quita la vista de encima. Sentado con el codo apoyado en la mesa y los gráciles dedos en la barbilla, solo lo observa con fijeza, pensativo.

Tengo la impresión de que está en el mismo nivel de intriga que yo estoy con el asunto del temblor de Damián, nada más que en su caso sin parar de intentar darle una explicación al porqué de la máscara.

—Poe, ¿dormiste bien? —Eris le pregunta a la vez que toma asiento, sin mirar a nadie más que no sea a él con esos ojos embriagados de atracción. Una sonrisita traviesa surca sus labios—. Aquí abajo puede hacer demasiado frío, ¿sabes? Hay que tener una cobija gruesa o... algo que dé calor...

DAMIÁN - PARTE 2 © [subtítulo pendiente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora