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JiMin había pensado muchas cosas a lo largo de su matrimonio con SangHyuk, entrar a casa justo cuando sabía que el beta no estaba para sacar sus cosas con ayuda de TaeHyung y JungKook, nunca había pasado por su mente.

Mientras veía a sus dos amigos acomodar ropa en maletas y mover cajas hacia la salida, sufrió una especie de deja vu al recordar la primera vez que llegaron a este apartamento, lo emocionado que estaba por compartir el mismo techo con la persona que amaba, y la felicidad que desbordaba a su antiguo yo.

Ahora que veía todos sus sueños reducidos en cajas y maletas, no sabía a ciencia cierta que sentimiento era el más dominante en la situación en la que se encontraba.

—¿JiMin? —Llamó TaeHyung en una esquina del apartamento, sosteniendo una maleta que luego le pasaría a JungKook para que la bajara hasta la camioneta. —Lo siento. —JiMin le observó con el ceño fruncido, intentando descifrar porque su amigo se disculpaba. —No me detuve a pensar si tú realmente querías esto, simplemente pensé que sería buena idea venir por tus cosas y...

—Es lo que quiero, TaeHyung. —Mencionó el mayor. —No tienes porque disculparte, no hay nada que pueda hacer que me quede aquí por más tiempo. — TaeHyung lo observó dudoso por un tiempo, y JiMin sonrió de manera comprensiva. —Tus palabras me hicieron despertar y darme cuenta de la situación en la que estaba TaeHyung.

—¿Entonces seguimos? —Cuestionó JungKook entrando al apartamento. —Mira que ya comenté que iba a tener un nuevo rommie.

—¿Nuevo? ¿Cuál es el primero? —Cuestionó TaeHyung con duda. JiMin río cuando notó la mirada divertida de JungKook sobre el omega contrario. —¡JungKook hijo de... —JiMin se encontró riendo mientras veía a los dos correr por medio del desastre de cajas y bolsas.

Esperaba poder tener eso nuevamente algún día.

...

Estar detrás del mostrador esa tarde era completamente extraño para JiMin, pero mientras esperaba que TaeHyung regresara de acomodar algunas cosas en el departamento para su llegada, dio lo mejor de si mismo mientras atendía a los clientes con el mismo carisma del omega menor.

Cuando la puerta se abrió nuevamente y observó a cierto alfa entrar acompañado de otro grupo de personas, sintió el latir acelerado de su corazón. YoonGi le sonrió amablemente mientras le señalaba a las personas a su alrededor la variedad de postres que había.

—Hola JiMin-ssi, ¿Hoy estás aquí? — Cuestionó observando al omega con esa mirada que JiMin no entendía que hacía dentro de él, pero que aceleraba a su lobo de una forma grata.

—¿Vienes solo por TaeHyung? —Cuestionó dibujando un mohin en su rostro. YoonGi rió.

—Vengo porque me gustan las fresas y aquí están las mejores que he tenido el placer de probar. —Respondió tranquilamente, ignorando las personas que reían detrás de él. JiMin desvío la mirada del alfa, tratando de ignorar la reacción de su cuerpo ante la forma en la que alfa lo vio mientras decía aquello.

—Bien, yo necesito un pastelito de chocolate. —Se quejó alguien detrás de YoonGi.

—¡Yeonjun! —Bramó otro chico, mientras veía risueño el intercambio entre YoonGi y JiMin. —Ustedes sigan en lo suyo, nos atienden después. —JiMin empezó a negar, ignorando la risita nerviosa que brotó de él mientras preparaba cada pedido, tratando de ignorar la mirada de cierto alfa sobre él.

—Muchas gracias por su compra. —Agradeció JiMin mientras veía a los demás irse. YoonGi se mantuvo en su lugar un momento, quizás debatiéndose entre decir lo que tenía en mente o no. JiMin lo observó curioso, mientras le sonreía al alfa. —¿Pasa algo YoonGi-ssi?

Slide away » YoonMin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora