HEREJÍA

Máscara

¡He perdido mi máscara!
No sé si fue por impericia, por abandono o por puro desdén.
Pero mientras la busco la realidad me penetra como un rayo obnubilando mis sentidos, no me permite pensar, comienza a doler el ser.
Avanzo cegado por las sombras que antes la máscara disfrazaba de gente de bien...
Los escucho reír, son risas de burla que sin mi máscara ya no suenan como risas amigables ni compañeras.
Simplemente suenan huecas .
Cada paso que doy hacia adelante me hace temblar de pies a cabeza.
¿Qué es eso que escucho ahora sin mi máscara? Ese espantoso sonido que viene de abajo penetra mis oídos sin avisar o pedir permiso... Sonido de que algo se rompe...
De que alguien se rompe...sonido que pide auxilio,
que mis oídos sin máscara reconocen ahora como llantos perdidos
y no como suave secos de la brisa que antes parecían risas.
¿Qué es ese aire cargado de grumos fétidos, de cenizas humanas,
de bosques quemados que huelen mis pulmones sin máscara y que con cada bocanada hacen que mi alma se contagie en llamas? ¿¡Dónde está mi máscara!?
¿Dónde está ese mundo de fantasía que las voces con máscaras me decían era el único que existía?
¿Quién ha quemado esos bosques?
¿Quién hizo cenizas a los otros humanos que compartían este camino y la brisa y la vida?
¡ No encuentro mi máscara!
A tientas estiro los brazos,
con desespero como si
con cada segundo se me fuera la  vida...
Abro bien los ojos
y algo me roza, me llama...
y a pesar del tiempo que llevo las manos quietas, dormidas solo sosteniendo mi máscara,
mi piel parece despertarse y reconocer lo que parece un rostro, lo que parece otra mano amiga,
que me busca, que se extiende hacia mí y me toca...
Alzo la mirada con temor pero también con valentía
y veo maravillado unos ojos desnudos que me miran
y me doy cuenta que eso es la vida...
Ya no tengo la máscara ya no la busco porque ya no es necesaria.
Y sin temor me aferro a esa mano
y a unos labios que saben a añorada bienvenida...