los que no encajan

12 11 0
                                    

En una noche de insomnio,
un extraño ser: ángel, demonio
o los dos tal vez
me ha llevado hasta una cornisa,
y me ha hecho mirar todo.
Me preguntó qué veía,
al principio nada, pues le temo a las alturas,
pero después de un rato me adapté a esa nueva situación,
cuando aquel extraño ser aferró mi mano a la suya
y entonces supe que no me dejaría caer.
Miré hacia abajo una vez más y ahí los pude ver.
Los que no encajan
llamaron mi atención.
Los creía minoría,
pero son muchos más de los que yo pensaba.
Desde arriba, sus formas diferentes los delatan.
Los que no encajan tienen aristas afiladas
en un mundo que se predica sin dobleces,
todo uno, sin capas.
Los que no encajan ostentan colores brillantes
que encandilan
a un mundo que pretende vivir entre grises y brumas perdidas.
Los que no encajan descubrieron que tienen voz,
no una, sino muchas y variadas,
que no están mudos,
como el mundo les quería hacer creer;
voces que suenan dispares,
que cuentan al mundo,
de un mundo más allá de la caverna,
en donde las sombras
son más que sombras meras
y en donde se puede palpar la vida entera.
Los que no encajan buscan incesantes
nuevos caminos.
Y a pico y a pala
y a veces sólo con manos que sangran,
hacen pozos en la tierra maltratada,
no para evadirse como dicen los otros
sino para atravesar murallas
que el mismo mundo ha construído
aunque se haya olvidado
y crea que son mandato divino.
Los que no encajan,
se sienten orgullosos de no encajar;
no aceptan disfraces,
no usan máscaras,
reniegan de las etiquetas,
se saben únicos.
Y celebran que no encajan
arrancando vendas de los ojos de un mundo
que cree haber nacido ciego
y por eso mantiene sus ojos cerrados,
tal vez por miedo.
Los que no encajan
no se conforman con volverse aptos, redituables o ambiciosos,
son cuadrados en un mundo redondo.
Un mundo que si se lo mira desde más arriba,
ahora no parece tan redondo,
está mutando su silueta;
parece nacerle alas,
y adquiere formas nuevas,
formas cada vez más raras, más únicas, más complejas,
con cada giro del mundo,
con cada vuelta,
con cada aleteo que mi ángel demonio da
en medio de esta noche en vela.

HEREJÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora