Capitulo 16

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Oh, Dios. Casi se había suicidado. Y por un malentendido. Habría dejado a Lori sin madre. Habría dejado a su esposa. Y todo porque no había podido luchar contra los recuerdos. Tal vez estaba tan loca como Jack siempre había sostenido. Salvo porque no se sentía loca cuando kara la sostenía. Se sentía segura. Completa. Hasta que algo como lo de hoy ocurría y le hacía saber cuan frágil era su realidad. No podía seguir así.

La puerta trasera se abrió. Kal llevaba a Lori afuera.

—Perdóname.

Kara la sostuvo suavemente.
—¿Perdón por qué?

—Por amenazar a tus amigos con dispararles.

—No es la primera vez que alguien les echa un farol.

—No sé que me paso.

—Te asustaste.

—Esa no es excusa.

—Por el momento dejemos que lo sea.

—Aún lo lamento.

Kara era tan considerada. Apoyó la mejilla en su pecho.

—¿Por apuntar con un arma a Kal y Lauren o por intentar suicidarte?

No sabía cómo responder a aquello. Un toque en su nuca le hizo inclinar la cabeza. El sol que provenía de la ventana de la sala se enfoco en la mejilla derecha de kara, iluminando sus azules ojos con destellos de luz.

—Lo último que necesitas es pasarte la vida disculpándote —sus labios la besaron—, tú eres mía Sunshine. Para siempre. No importa lo que pase.

Lena nunca había sido besada con tanto sentimiento. Nunca había sido sostenida con tanta ternura. Y nunca, nunca había creído en algo tanto como en esto. Kara la sostuvo hasta que los latidos de su corazón se tranquilizaron. Hasta que su pánico decayó y su vergüenza fue vencida bajo la firmeza de su toque. Mientras se tranquilizaba, noto que mientras ella se relajaba, kara no. Los brazos que la envolvían estaban tensos, su corazón latiendo más rápido de lo normal en su pecho y cuando ella le miró la cara había líneas blancas esculpidas a los costados de su boca.

—¿Kara?

La rubia bajo la cabeza para mirarla.

—¿Qué necesitas lena?

No un abrupto “¿Qué?”, no un sermón, solo una oferta de consuelo.

—Estas alterada —empezó ella, no muy segura de cómo abordar el tema.

—Me diste un susto de muerte.

Lena le acaricio el pecho.

—Me asusté yo misma.

—Lo superaremos —kara tenía tanta fe en ella. Por ninguna razón—, debemos hacerlo.

—Lo sé —ella le acaricio la comisura de los labios, donde la piel se veía blanca. Kara se merecía una razón. Se merecía una esposa con la que pudiera contar.

—No puedo seguir siendo ella kara.

Kara frunció el ceño.

—¿Quién?

Lena comenzó a acariciarla en las líneas que se formaban entre sus cejas.

—Esa mujer que está tan cegada por el miedo que hace cosas estúpidas.

—Es bueno oírlo —las líneas alrededor de sus ojos se habían suavizado imperceptiblemente.

—No sé cómo pero voy a cambiar —ella creía en cada palabra—, no voy a dejarlas a ti y a lori debido al pasado.

"Promesas Que Prevalecen"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora