C A P Í T U L O 7.

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Los juegos de Natalie

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Los juegos de Natalie.

Llega la noche y la brisa se hace presente, llenando los autos, el césped y las ventanas de pequeñas gotas que la brisa iba dejando a su paso.

Había pasado ya un tiempo muy considerado para que la relación de Liam y yo terminase en una ruptura irreparable y digna de una humillación, que claramente la humillación era para mi y nadie más.

Después de aquel desagradable momento y a su vez doloroso, me dispuse a ir a mi casa y buscar mediante mensajes a Asher Hoffman, el hermano inteligente, guapo y simpático de Mabel Hoffman.

Sí, sea lo que sea que estén pensando, es correcto.

Asher y yo habíamos quedado vernos en el campo de béisbol del colegio, dónde íbamos a ver el partido un poco, charlar y beber, todo esto como amigos, él aún no tenía claro lo que había pasado o eso creía yo, no sé qué tan buena sea su relación con su hermana y esta a lo mejor ya se lo había contado, por que ella no se ve como alguien que se guarde un buen chisme.

Y más si estoy incluida en el chisme.

— ¿Te encuentras bien? — Escucho la voz de Asher a mi lado y me da un pequeño golpe con su codo en mi cintura, haciéndome tambalear un poco en mi asiento.

— Sólo ando viendo como van a perder — digo y asiento, tratando de evitar su pregunta del todo y respondiéndole con algo que no tenía nada que ver. Sinceramente me importaba poco si perdían o no.

— Ya casi se acaba, si gustas podemos irnos a comer algo saliendo de aquí o a beber.

Asher nuevamente habla y esta vez lo volteo a ver. Sus ojos eran sin duda unas perlas preciosas, su semblante era algo que sin duda me había llamado la atención desde el día que llegó, no lo podía admitir del todo en aquel momento porque toda mi energía estaba en Liam.

— Vamos a comer, me apetece bien — le sonrío mostrando mis perfectos dientes blancos.

Después de unos minutos más y con ellos unas cuantas entradas más de partido, por fin este acabó y la gente que se encuentra alrededor comienza a celebrar, aplaudiendo y gritando de la emoción. Asher es uno de ellos, no se queda atrás y comienza a imitarlos e igual de emocionado o más, se nota que es experto en el tema, lo puedo notar en su mirada y cuando se encuentra concentrado en ello, como hace unos minutos atrás.

— Aquí te espero entonces — le digo y este asiente,para después bajar las gradas rápidamente y con ello, desaparecer entre la multitud.

Sin más, me dispongo a bajar también las gradas, con algo de lentitud, agarrandome del barandal o de cualquier persona que se me atravesara, traer tacones a un partido así, creo que no era la mejor idea que se me pudo ocurrir.

En los Zapatos de Natalie |Libro 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora