Capítulo 3 Las palabras de un príncipe

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Paso una semana desde aquella carta, que aunque no le emocionaba en ningún sentido, la tenía presenta cada vez que veía al joven príncipe. El intentaba de manera constante hablar con Amelia pero ella siempre respondía de manera fría y con mucha postura. 

Una tarde de miércoles hacia buen clima, Amelia pensó que sería una gran idea ir por un café mientras disfrutaba el paisaje soleado. Nada mejor que un café de granos recién molidos se respira vida, en la TV anuncian la llegada de los elfos de los Alpes, cubrían la noticia en vivo, y se podía ver por ahí. Muestrearon justo la llegada de la familia principal de los elfos de los Alpes.

Los lideraba la Reina Elowi, un señora muy delgada, de piel extremadamente blanca, con un corte peculiar,  su caminar era preciosos, tanto que parecía que flotará. Y a su lado sus tres hijos, Atop el heredero, Kalu  y el pequeño Talin, los cuatro estaban muy bien vestidos, con trajes de color ocre que hacía resaltar sus cabellos negros y largos.

El suspiro profundo de Amelia al ver el “alboroto y festejo” que hacía el pueblo que la ha insultado y maltratado tanto tiempo, *son unos hipócritas* mientras se oía la celebración por el televisor.

Siente el teléfono vibrar, lo saca de su bolsillo y se percata del mensaje de su hermano.

*Oye Lia estoy con papá nos solicitan para recibir a la la Reina Elowi, vente a la entrada del palacio real rápido*

Con poco ánimo Amelia se levanta y se dirige al palacio, mientras iba en el auto veía a las personas fascinadas con los elfos que arribaban el reino,  aunque tardo un poco se puso el uniforme de gala y salió a la puerta principal.

La familia real estaba entera, el Rey Muricio la Reina Isabel, el príncipe Eliot, la Princesa Eugenia y el pequeño Gabriel,  del lado derecho  el padre de Amelia, Owen e Ícaro, que cuando la vio disimulo un poco la risa,  al pararse junto a él susurrando le dice “era mentira papá no dijo nada” . La expresión de la cara le cambió tanto que no parecía ser la misma Amelia.

Justo cuando iba a reclamarle anuncian la llegada de los Alpes, la presencia de Elowi resultó tan pesada e intimidante para Amelia, tanto fue que la piel se escalofrío desde las piernas hasta la nuca,  y Elowi vio fijamente a Amelia desde que estuvo pocos metros de Rey Mauricio. Atop viendo a la famosa elfa criada por humanos no duda en ir.

—Un placer Amelia, teníamos muchas ganas de conocerte, ¿podrías acompañarnos en la cena de hoy?—

Amelía un poco desconcertada por el actuar de Atop le responde muy rápido y con algo de nerviosismo —lamento mucho pero no puedo, estoy de servicio y—
La interrupción del Rey dejo perplejos a todos, habían pasado 24 años desde que la conocen y jamás le había dirigido la palabra, inclusive para subir de rango lo hacía capitán Felipe pero el rey  nunca lo hizo.

— Nos acompañará,  celebremos a lo grande  la unión de nuestras naciones—

Owen no daba crédito a las palabras del Rey, Elowi después de las palabras de Mauricio se acerca y con su mano acaricia el rostro de Amelia, la mirada fuerte de ambas se cruzaron, la sonrisa dulce de la dama hizo que Amelia se conmoviera,  a pesar que Owen le dio todo, nunca tuvo una madre y la madre de Ícaro no fue precisamente generosa con ella, de hecho la maltrato física y psicológicamente. Aún tenía marcas de aquellos encuentros con la madre de Ícaro, sobretodo una cicatriz que va desde el cuello al ombligo por el agua caliente que le hecho encima.

-—A tu fuerza, a tu sabiduría, y a tu corazón, has crecido con gracia y valentía la satisfacción es profunda al ver que nosotros seguimos vivos en ti, el viento canta tú regreso hija de sol—
la voz suave y tierna de Elowi cayó en calma, junto a sus hijos y la corte real entraron al palacio.

El Legado De Las Sombras Carmesí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora