ᶻᶻᶻ ✶ Donde Fiddleford es demasiado banquete para Stanford, y Stanley no planea dejar tirada tanta comida así como así.
^ - ^
- Universo alterno.
- Contenido homosexual.
- Bill humano.
- Todos son adolescentes universitarios.
- La historia se ambie...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Fiddleford llegó a la habitación que compartía con su novio...bueno, ex-novio, en último caso. Sollozos escaparon de sus finos labios mientras las lágrimas cayeron a torrentes de sus ojos, tratando de pararlas llevando ambas manos a sus ojos, restregando estos con fuerza con el peligro de lastimarse. Se hizo una bolita contra la puerta y escondió su rostro entre sus rodillas.
Stanford, su Stanford lo había engañado; le había sido infiel. Parecía no ser cierto, pero lo era. Jamás pensó que tal cosa pasaría en su vida, mucho menos conociendo a aquel chico que parecía ser tan dulce, tan tímido y encantador a sus ojos. ¿Engañándolo con uno de los chicos más atrevidos de la universidad? No lo creería ni en sus propios sueños. Pero ahora quería tirarse de un barranco, porque, ¿hace cuánto tiempo le habría visto la cara de idiota como para haberlo engañado?
Carajo, ¿qué importaba ahora? Lo habían apuñalado de la peor manera posible, y no solo en el sentido romántico, Stanford era más que un novio para él; era su mejor amigo, su compañero. Todo en él estaba roto. Oh Fiddleford, ¿por qué siempre tienes que ser tan tonto e ingenuo?
Iba a seguir llorando si no fuera porque alguien tocó la puerta de su habitación repetidas veces. Se sintió asustado porque creyó que era Stanford, pero de ser él, no hubiera tocado la puerta porque compartían la misma habitación. Se quedó en silencio por unos momentos, creyendo que la persona que estuviera detrás de la puerta se iría, pero esta volvió a insistir.
Ugh, ni siquiera podía sufrir su cruel engaño en paz.
Se levantó del suelo y arregló un poco su imagen, aunque sabía que no serviría de nada porque seguramente tenía los ojos y la nariz rojos al haber llorado de golpe. Abrió la puerta y, oh, no era exactamente Stanford pero era su hermano gemelo, Stanley.
"Oh...uhm, ¿mal momento para venir a tomar unas cervezas porque aprobé el examen de matemáticas sin copiarme?" Soltó, tratando de bromear y aligerar la incómoda tensión entre ambos.
Stanley y él no es que se llevaran mal, al contrario. Pero tampoco eran unidos como para ser considerados muy buenos amigos. Solo eran cordiales conocidos gracias a Stanford y ya.
Fiddleford trató de sonreír ante eso, pero solo salió una mueca triste de sus facciones. "Lo siento, Stan. Tu hermano no está aquí. Él-..." Se tragó el nudo amargo en su garganta, tratando de no recordar la escena del beso que terminó por romperlo por completo. "Probablemente esté haciendo otra cosa más importante." Su voz se quebró aún así y trató de sonreír, pero aquella sonrisa flaqueó, notándose que no era nada honesta.
Stanley realizó una mueca preocupada al ver al mayor de esa forma. "Wow, wow...hey, ¿qué te ocurre, McGucket? ¿Se te rompió tu cubo rubick o algo así?"
"¿Q-qué? No." Sinceramente se rió y Stanley sonrió con calidez. "Es-...no es nada." Negó con la cabeza, quitándose el rastro de lágrimas con la manga de su camisa. "Es...estrés. Es estrés; pronto voy a terminar mi carrera y las cosas se están poniendo difíciles y siento que no voy a lograrlo, y quizá tu hermano no está dándome el apoyo que necesito y-" Okey, estaba hablando demás.
"Wow, wow, wow, nerd. Una cosa a la vez, ¿quieres? Mira. Traigo acá una caja completa de seis cervezas, podemos ir a los jardines de la universidad y conversar tranquilamente ahí." Golpeó con una mano la caja. "¿Qué te parece?"
Bueno, quizá no tenía nada que perder.
"Bien...m-me parece bien." Asintió con la cabeza.
Stanley se hizo a un lado de la puerta y dejó que Fiddleford saliera, dándole pequeños golpes a su espalda. "Vamos entonces, amigo."
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.