ᶻᶻᶻ ✶ Donde Fiddleford es demasiado banquete para Stanford, y Stanley no planea dejar tirada tanta comida así como así.
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- Universo alterno.
- Contenido homosexual.
- Bill humano.
- Todos son adolescentes universitarios.
- La historia se ambie...
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Fiddleford se siente...raro.
No raro en el sentido de que posiblemente tiene un embarazo. Por supuesto que no, los hombres no pueden embarazarse...bueno, en realidad sí, pero solo algunos.
A lo que se refiere, es que siente que la relación entre él y Stanley ha estado tensa. Y lo odia profundamente. Desde aquel suceso, todo se ha vuelto un poco más incómodo. Fiddleford no puede evitar no mirar los ojos del menor, tampoco puede quedarse demasiado tiempo con él, y su maldita voz tiembla cada vez que le habla; ¡esa mierda no pasaba antes de hacer eso!
Y, oh, no puede decir la palabra sexo para referirse a lo que pasó.
Y ha pasado tan solo una semana después de ello.
Una maldita semana.
"¡McGucket!" La regla de la profesora se estrelló contra el mesón, llamando su atención. Soltó un jadeo asustado, mirando con ojos abiertos a la mujer, relajándose al ver que era ella, pero preocupándolo al darse cuenta de que no estaba prestando atención a clases. "¡Es la tercera vez que te distraes! ¿Qué te anda pasando, muchacho?" Se cruzó de brazos.
McGucket abrió y cerró su boca como pez al que sacaron del agua, notando cómo todos sus compañeros lo miraban, y...Stanford lo estaba mirando. Uh, como odiaba ser el centro de atención.
"Uhm...no tengo una excusa, profesora. Disculpe, es que tengo muchas cosas en la cabeza." Bajó la mirada, encongiéndose en su asiento. Todos empezaron a murmurar y reírse ligeramente, y se sintió aún más avergonzado e incómodo. "Pero yo-"
"Escucha, McGucket, no necesito falsas promesas o algo por el estilo. Mantén tus asuntos personales fuera de la universidad, y concéntrate en tus estudios. Que tu novio te haya dejado, no es excusa para desaprobar mi materia." Las risas aumentaron, y Fiddleford alzó la cabeza con rapidez, viendo con sorpresa a la mujer.
¿Hasta la profesora lo sabía? Pero...¿cómo?
«Cipher...» Pensó a sus adentros, cerrando sus ojos y sonriendo irónicamente. «Seguramente, Stanford le contó, y él se encargó de esparcirlo por toda la universidad. Maldita víbora.»
"Que esta sea la última vez, o no tendré más opción que expulsarte de mi clase." La voz imponente de la profesora retumbó en su cabeza. Él simplemente asintió con la cabeza, y eso bastó para que ella se alejara de él.
Stanford no dejó de mirarlo en ningún momento.
El timbre para el receso había tocado, y Fiddleford se encargó de guardar sus cosas para irse a su siguiente clase. Se había quedado algo pensativo luego de lo que la profesora había dicho. En realidad, tenía razón...una ruptura no era una excusa para descuidarse de esa forma. Sus notas habían bajado demasiado desde su separación con Stanford, llegando tarde a clases y sin poder concentrarse del todo en estas.
De ser el mejor estudiante académico, a ser una decepción académica.
Salió del salón de clases, su expresión mostrando neutralidad, una fachada para ocultar la batalla interior de lo que él era realmente.
