ᶻᶻᶻ ✶ Donde Fiddleford es demasiado banquete para Stanford, y Stanley no planea dejar tirada tanta comida así como así.
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- Universo alterno.
- Contenido homosexual.
- Bill humano.
- Todos son adolescentes universitarios.
- La historia se ambie...
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Ya son tres semanas desde la ruptura de Stanford y Fiddleford. Tres semanas en las que él siente que no puede vivir sin él a pesar de todo el daño que le hizo, a pesar de que le fue infiel por siete meses. A veces se pregunta si Stanford quizá lo extraña...aunque lo duda mucho, porque tal vez y hubiera intentado arreglar las cosas. Pero Stanford no se merece una segunda oportunidad, Stanford es un idiota, y solo se burló de él por siete meses sin haberle dicho nada. Stanford no lo merece...¿cierto?
Fiddleford ha estado mucho más inseguro que de costumbre. Las crisis han aumentado y las ganas de acercarse a Stanford y rogarle que arreglen las cosas están en su mente como un plan que sabe que jamás va a ejecutar. Quiere morirse.
Fiddleford quiere morirse.
Jamás se le cruzó la idea de una posible muerte. ¿Es posible morir de tristeza por un amor que ya no es posible? Fiddleford cree que sí. Vivir en la tristeza absoluta hasta tal punto en el que tu cabeza te pide un descanso eterno para ya no sufrir más por aquel amor con el cual tanto anhelabas pasar el resto de tu vida juntos, y que al final terminó, cayendo en las vías de las cuales no pudiste levantarte y sufriste la desgracia de morir aplastado por un tren.
Está ahí, nuevamente sufriendo otra crisis de la cual no puede escapar. Es horrible. No sabe cómo controlarlas. Jamás supo hacerlo, no estando solo. Una vez le reveló a Stanford que solía tener estas crisis pero jamás las tuvo frente a él. A pesar de todo, Stanford no se esforzó en estar a su lado en cada una de ellas...tal vez por eso era un completo idiota que no merecía una segunda oportunidad.
Estaba asustado, esta crisis es nueva...es más fuerte; más peligrosa. No puede respirar y su visión es borrosa debido a las lágrimas, está soltando jadeos desesperados en busca de aire que se le es imposible encontrar. No puede controlarlo. Necesita ayuda. Pero está solo, está completamente solo y no puede hacer nada. La única persona que amaba y necesitaba se ha ido, la única persona que podía ayudarlo se ha ido.
Fiddleford, ¿qué se siente estar solo?
No hace más que abrazarse a sí mismo y llevar sus rodillas hasta su pecho y hacerse bolita sobre el retrete. Ruega porque nadie lo escuche aunque necesite ayuda, ruega porque nadie entre al baño y escuche lo miserable que es.
Quiere morirse.
"¿Fiddleford? ¿Estás aquí?"
Oh no.
"McGucket..." Esa voz. No puede reconocerla por un momento debido a lo mal que la está pasando. "Fiddleford, ¿eres tú?"
"¿St-Stanford?"
¿Por qué tenía que extrañarlo tanto?
"No, no...es Stanley. Hey, ábreme McGucket." Usó un tono suave de voz, tan dulce como las fresas.
"N-no...n-no p-puedo..." Sollozó. "V-vete, no quiero que me veas."
