★﹕Seven .

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El sol de la mañana apenas se colaba entre las cortinas del cuarto compartido, iluminando el espacio en un dorado cálido

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El sol de la mañana apenas se colaba entre las cortinas del cuarto compartido, iluminando el espacio en un dorado cálido. Fiddleford ya estaba despierto, sentado al borde de su cama, mirando en silencio la ventana mientras intentaba ordenar sus pensamientos. La conversación de la noche anterior con Stanley había dejado una marca más profunda de lo que quería admitir. A pesar de todo el caos, el dolor y la traición, había sentido algo parecido a consuelo por primera vez desde que la situación con Stanford se había desmoronado.

Stanley, por su parte, seguía roncando suavemente, estirado de manera descuidada sobre su cama, una revista arrugada tirada a su lado. Parecía que dormir como si nada le preocupase era uno de sus talentos. Fiddleford lo observó por un momento, sorprendido de lo fácil que era para Stanley ser...bueno, Stanley. Despreocupado, bromista, y a su manera, reconfortante.

El rubio suspiró, quitándose las gafas por un momento para frotarse los ojos cansados. No había podido dormir bien, dándole vueltas a las palabras de Stanley;

Una infidelidad es una decisión...no un accidente.

Esa frase resonaba en su cabeza como un eco constante. No podía evitar pensar en lo mucho que había confiado en Stanford, en lo ciego que había sido al no ver las señales. ¿Cómo pudo haber sido tan ingenuo?

Stanley se movió en su cama, despertando lentamente con un gruñido somnoliento. Se levantó, parpadeando mientras se estiraba y soltaba un bostezo exagerado.

"Buenos días, McGucket." Murmuró, su voz todavía áspera por el sueño. "¿Ya estás despierto desde hace rato?"

"Sí...no pude dormir mucho," admitió Fiddleford, poniéndose de pie y comenzando a recoger algunas cosas. "Supongo que tenía demasiadas cosas en la cabeza."

Stanley lo miró de reojo, rascándose la nuca. "¿Sigues pensando en Stanford?"

Fiddleford asintió, aunque evitó el contacto visual. "No es fácil simplemente...apagar todo eso de un día para otro."

Stanley dejó escapar un resoplido comprensivo. "Sí, lo sé. Pero por lo que vale, estoy aquí si necesitas hablar o simplemente...no sé, distraerte un poco."

Fiddleford lo miró por un segundo antes de volver la vista al suelo. No estaba acostumbrado a que alguien, y mucho menos Stanley, se ofreciera de esa manera. Era una oferta sincera, y por un instante se permitió sentirse agradecido por la inesperada compañía.

"Gracias, Stanley. En serio, lo aprecio."

Stanley se levantó de la cama y comenzó a recoger la revista tirada. "Bueno, ¿qué te parece si hacemos algo para salir de este agujero de autocompasión en el que estás metido?" Dijo con una sonrisa descarada. "Podríamos ir a desayunar algo. Conozco un lugar que sirve los mejores panqueques."

Fiddleford levantó una ceja, sin estar completamente seguro de la sugerencia. "¿Panqueques? ¿Ahora?"

"¡Claro! Nunca es demasiado temprano para panqueques," dijo Stanley con convicción. "Además, es el mejor remedio para una mente preocupada. Vamos, te invito."

ਏ ݂  The Replacement .   ๋ਓ  🍓  FiddleStan - FiddAuthorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora