★﹕Four .

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Stanford había quedado completamente estático ante la mención de un 'presunto' engaño

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Stanford había quedado completamente estático ante la mención de un 'presunto' engaño. Fiddleford por un lado por alguna extraña razón no pudo evitar sentir una especie de satisfacción de haber atrapado a su pareja y a la vez, le dolía, porque al parecer su visión jamás le había fallado; Stanford sí lo engañó, y eso se lo dejó en claro cuando no hubo palabras, solo un largo silencio.

Y como siempre se dice, 'el silencio dice más que mil palabras'.

"¿No vas a contestar?" Sin embargo, muy dentro de él quería que Stanford lo negara, que dijera que nada de eso era cierto, que estaba equivocado, y que solo lo amaba a él, y solo a él. Pero eso era ser egoísta, y Fiddleford no quería ser un egoísta.

El pelicafé boqueaba una y otra vez cual pez fuera del agua, buscando en su mente las palabras adecuadas que decir, alguna excusa que se escuchara creíble...quizá alguna mentira. Pero no. No podía seguir mintiéndole. No así. McGucket merecía la verdad.

"...¿Qué deseas que te diga?" Fue lo único que pudo decir, y su pareja hizo una mueca que demostraba lo indignado que estaba ante esa contestación.

"Bueno, no lo sé. ¿Desde cuando haz mantenido tu máscara de hipócrita, quizá?" ¿Por qué le dolió tanto ser tan brusco con él?

El contrario se quedó en silencio, y Fiddleford se puso más nervioso.

"Stanfor-"

"Siete meses...quizá."

¿A qué se refiere?

"¿Quizá?" Sonrió con ironía, y rodó los ojos, las lágrimas comenzaron a formarse en sus ojos. "Llevábamos dos putos años juntos, Stanford. Íbamos a cumplir tres años, ¿lo sabes?" El menor asintió en silencio. "¿Siete meses significan más para ti que tres años?"

"Fiddleford..."

"Dime, maldita sea. ¿Significan algo para ti siete meses que tres jodidos años?"

"No, mi amor..." Stanford se acercó peligrosamente al mayor y casi acuna su rostro, pero rápidamente lo alejó.

"No me llames así y no te atrevas a tocarme cuando te cansaste de tocar a alguien más que no era yo por siete meses." Un sollozo traicionero se escapó de sus labios mientras hablaba con un tono hosco y roto.

"Fiddleford, déjame explicarte..."

"¿Una infidelidad puede explicarse? Vaya. A las personas como tú les gusta hacerse los artistas entonces." Se rió con ironía. "No te atrevas a verme la cara de imbécil más de lo que ya me viste porque es imposible, Ford. ¿Creíste en serio que podrías seguir escondiendo todo esto?"

"Yo no creí-"

"Ah, no. No creías. En serio afirmas que podías seguir ocultándolo."

"Fidds, déjame terminar, por favor."

"Es que no tiene sentido que quieras defenderte porque no puedes defenderte, Stanford. Todo llegó hasta aquí. Mañana hablaré con el director y le pediré que me cambien de habitación con cualquiera de la universidad. No importa si es con el tipo o tipa más desagradable. Prefiero estar con ellos que contigo a sabiendas de lo que me hiciste." Habló en tono decisivo, levantando el mentón y mirando con molestia al contrario. Todo rastro de ebriedad es como si se hubiera esfumado de un momento a otro.

"Fiddleford, no...por favor. Primero escuch-"

"Terminamos, Pines. Es mi última palabra."

Stanford cerró los ojos por unos momentos mientras una mueca de dolor atravesaba su rostro. Fiddleford se negó a mirarlo a la cara, por lo que se dió media vuelta, hasta que fue tomado del antebrazo y lo voltearon. El toque se sintió como si lo quemaran.

"Quedo con la culpa, Fiddleford. De verdad, ¿crees que lo que hacía no me atormentaba día y noche? Mierda, por supuesto que sí. No te lo merecías y no te lo mereces. Se me cae la cara de la vergüenza, Fidds...en serio que sí." Lo sostuvo por los hombros hasta quedar cara a cara una vez más, pero el rubio no miraba a los ojos al pelicafé. "Fidds, yo te amo."

"Me mentiste...me engañaste, Stanford."

"Y me arrepiento." Tomó las mejillas del mayor entre sus manos, dando caricias que fueron electrizantes para él. "Por favor, mi amor. Perdóname." Suplicó dulcemente, mirándolo a los ojos.

Se sintió débil por un momento, flaqueando ante él como un perro encantado por las caricias de su dueño...¿acaso era eso? ¿Un perro el cual podía comprar con caricias? No. No podía permitir eso. Pero se sentía tan bien...tan bien que dolía.

"No, no, no, no. Suéltame. No quiero caer en tus mentiras y engaños. Volverás con él a escondidas y volveremos a lo mismo." Trató de zafarse del agarre en su rostro, pero rápidamente los fuertes brazos del menor lo rodearon por su estrecha cintura. "¡Suéltame!"

"No. No voy a hacerlo. Tú no quieres que lo haga y lo sabes. Quieres perdonarme...quieres estar conmigo así como yo quiero estar contigo." Pines murmuraba con seguridad, a sabiendas de que quizá eso estaba lastimando al mayor.

Fiddleford no era egoísta, pero Stanford sí.

"Eres un..." Las lágrimas ya no podían contenerse. Era un hecho, McGucket estaba llorando. "...maldito descarado. ¿Crees que puedes venir a manipularme como se te dá la gana?"

"No, no es manipulación, amor. Solo son hechos y lo sabes."

Que maldito hijo de puta.

Fiddleford no sabe de dónde sacó la fuerza para quitarse de encima al menor y pegarle un empujón que terminó por tirarlo al suelo. Lo miraba con furia, con dolor, y cansancio. Qué se esperaba cuando ya casi era medianoche.

"Mañana me cambiaré de habitación, y espero tenerte lejos de mí cuando eso pase." E ignorando por completo que una parte de él rogaba por ayudarlo a levantarse, a decirle que todo estaba bien y que lo perdonaba, salió de aquella habitación, con tanto pesar y dolor en su corazón roto.

Y apenas salió, se quebró por completo, soltando sollozos incontrolables y estando hecho un mar de lágrimas. ¿Ahora a dónde iría? No quería tener que pasar la noche y pasar un segundo más con aquel chico que le rompió el corazón de la peor forma posible.

Se alejó de las habitaciones, y cuando se dió cuenta de que Ford en ningún momento había salido para buscarlo, por lo menos para convencerlo de que se quedara ahí...con él; su cerebro le dijo que no valía nada para él, quizá nunca lo valió y jamás se dió cuenta.

Ahora bien, se secó las lágrimas y trató de calmarse a sí mismo dando fuertes caladas de aire. Debía pensar dónde pasar la noche por lo menos, o quizá desvelarse no estaría tan mal.

 Debía pensar dónde pasar la noche por lo menos, o quizá desvelarse no estaría tan mal

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ਏ ݂  The Replacement .   ๋ਓ  🍓  FiddleStan - FiddAuthorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora