Monte Olimpo.
Naruto miró el escudo frente a el, que reflejaba su rostro.
Una afilada espada se posó en la separación de su cabello y su barba, y con cuidado, empezó a afeitarse la barba.
A unos metros de el, Brontes junto a Estéropes y Arges estaban trabajando rápidamente en las próximas armas que estaban por crear.
“Naru- ¿¡Que haces!?”
Naruto sacó la espada de su rostro y miró a Hera, que se acercaba entre molesta y preocupada por lo que estaba haciendo.
Se pasó rápidamente la espada otra vez, sacando los pocos pelos que quedaron en la parte superior de su labio, que formaban un bigote chistoso.
“¿Puedes cortarme el pelo, por favor?”
Hera sintió su ceja temblar cuando Naruto le alcanzó la espada y se la dio.
“¿Por qué no cambias tu apariencia y ya?”
Naruto alzó una ceja.
Fue en ese momento que Hera se contuvo de palmearse el rostro.
“Cierto… Siéntate, te ayudaré”.
Se había olvidado que Naruto no entrenó con ellos, y no aprendió a cambiar de forma.
Con sumo cuidado, Hera volvió a cortar el pelo de Naruto a su tamaño más corto, hasta que quedó corto detrás.
Todo el pelo de arriba era algo ondulado, así que usó la espada para cortar a los lados un poco, emparejando el peinado.
La última hija de Cronos dejó la espada, viendo a Naruto agarrar el escudo y verse con una mirada que ella solo pudo definir como… ¿Coqueta?
“Gracias, Hera”.
Naruto se levantó y le sonrió a su hermana, que notó en ese momento que Naruto solo llevaba una manta cubriendo desde su cintura hasta sus rodillas.
“Jefe, ya estamos por terminar el trabajo”.
Naruto asintió, saliendo lentamente de la cueva donde estaban trabajando los Cíclopes, con Hera detrás de el.
“En un rato vuelvo, muchachos”.
Ya afuera de la cueva, Naruto miró a Hera, que lo miraba detalladamente, analizando el cuerpo de su hermano mayor en silencio.
“¿Qué sucede?”
Hera levantó la cabeza, viendo a los ojos a Naruto.
La diferencia de altura se hizo mayor. Si sacaba un cálculo exacto, para Hera, Naruto creció unos 10 centímetros más.
“Solo… Quería hablar contigo”.
Naruto la miró unos segundos más, antes de ver el Cielo, ya que apenas había empezado el día.
Volvió a ver a los ojos a Hera, con tranquilidad.
“Tengo que darme un baño. ¿Quieres que hablemos cuando termine?”
Hera se quedó en silencio unos segundos. Bajó un poco la mirada, hacía la boca de Naruto, y luego volvió a verlo a los ojos.
Naruto notó eso, pero no dijo nada, principalmente porque no sabía el motivo de esa mirada.
“Puedo…. Ya sabes… Eh…”
El rubio notó un leve tinte dorado en las mejillas de Hera.
“¿Puedo bañarme contigo?”
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Naruto: El Verdadero Dios.
Acak3. Cronos y Rea tuvieron 7. Él fue el Primogénito, el que mantuvo viva la llama de esperanza en sus hermanos, pero también el que más lleno de ira estaba. El fue el Inicio, y lo será incluso si tiene que ser el Fin en algún momento. Naruto Op. Nad...