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Estaba acostada en la camilla con mis piernas cruzadas, mirando las uñas en mis manos.

Si tan solo supiera que hacer... todo esto era muy confuso, y mis propias ideas y pensamientos me enredaban haciendo que no pudiera tomar una decisión.

"¿Por qué era tan complicado?" Tenía clara esa respuesta. Y es que ¿a donde podía ir? No podía quedarme, bueno, tal vez sí, pero no quería hacerlo, quería volver a estar con las chicas y ser mejor persona de lo que fui con ellas durante un mes.

"¿Si salgo me matarían los penitentes?" Eso no lo sabía, ni siquiera sabía como lucían, o lo peligrosos que son, pero en el jardín pudimos sobrevivir varias veces una noche en el Laberinto, que era jodidamente horrible, no podía explicar mi claustrofobia allá adentro. Y más porque cada noche ese Laberinto de mierda se modificaba.

Si ya era complicado descifrar un Laberinto, uno que cambiaba era perturbador... "Quien haya creado esto debe ser un maldito psicópata" uno muy listo.

Estaba aburrida, mucho, y no sabía que era peor: quedarme aquí sola o salir con esos tipos. "Al menos Chuck es agradable" pensé.

"Newt también... un poco" su presencia en mi mente me puso a pensar en él. Era un chico muy lindo, demasiado, incluso podía atreverme a decir que era de los más atractivos aquí. Su cabello era dorado bajo el sol, su actitud era rara pero no tan fastidiosa como la de Alby o ese imbécil de la cena, aunque caminaba raro, como si tuviera una lesión en uno de sus tobillos. Estar cerca de Newt me traía una sensación rara, de calma, como estar satisfecha por verlo "Que estupidez".

Todo era silencio, y no había nada mejor que hacer más que pensar, sin tener noción del tiempo, buscando tomar una decisión para calmar el vacío de mi interior. Y ahí donde nadie veía ni escuchaba, me puse a llorar abrazando mi cuerpo.

.

La luz tenue del día comenzaba a iluminar la 'enfermería' así que era hora de poner en marcha mi plan.
Claro estaba que no sabía si sería efectivo, pero no dejaría de intentar hasta que algo acabara conmigo, preferia eso a quedarme aquí.

Me levanté sigilosa, a pesar de que durante la noche nadie había puesto un pie aquí, y no había cerrado los ojos ni un solo minuto.
En una esquina había un morral que al abrir tenía puras vendas, las puse sobre mi camilla, llevándome una de las vendas y otras cosas más, como un pequeño botiquín de primeros auxilios.

Salí asomándome un poco, y tal como creía, todos parecían dormir, unos en hamacas y otros en sacos. Caminé silenciosa pero a paso veloz, pues no podía perder tiempo... escuchaba algunos ronquidos graciosos que querían provocar mi risa.

"Concéntrate o van a descubrirte" me dije a mi misma.

Llegué a la cocina, donde para mi grandiosa suerte, aún no había nadie.

Debían ser las seis y media de la mañana, aproximadamente, pues el sol aún no salía del todo pero ya había suficiente claridad.

Abrí su refrigerador, buscando que podía robarme. Agua en unas botellas de metal, y algunas frutas. No me alcanzaría con esto, pero en el fondo de mi ser sabía que iba a morir antes de que se terminara la comida que me llevaría. El estómago se me revolvió al pensar en eso. Tomé un cuchillo pequeño en mi mano.

Una vez que me sentía más o menos lista, comencé a avanzar rápidamente hacia la puerta Este, escuchando el sonido de algunos animales despertándose.

Los nervios se incrementaban en mi interior, dándome un molesto cosquilleo en el abdomen.

Estaba parada frente al muro de unos cien metros de altura, y estaba segura que en un par de minutos se abriría.
Iba a escapar, tenía que haber una salida, y este Laberinto seguro no era peor al que antes había entrado. Sabía que lo más probable que es iba a perderme, o uno de esos penitentes me picaria, pero no me importaba en lo absoluto... era algo así como una misión de la cual no tenía esperanzas de salir viva.

"𝑩𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝑩𝒐𝒚" 𝑴𝒂𝒛𝒆 𝑹𝒖𝒏𝒏𝒆𝒓 (𝐶𝑜𝑟𝑟𝑒𝑟 𝑜 𝑚𝑜𝑟𝑖𝑟)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora