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Alexandra

Esa bebida de Gally me hacía sentir relajada, e incluso me olvidaba lo adolorida y agotada que quedé después del juego.

Ya iba por mi tercer pocillo y ya dejaba de arder en mi garganta.

– ¡Eso estuvo increíble, Alexandra!- llegó Chuck saltando emocionado.

Estaba con Newt, Alby y otros más, mientras conversábamos de cosas irrelevantes, bueno, en realidad solo hablaban ellos, yo me limitaba a reír y escuchar pues sabía que si abría la boca lo único que saldría de ella sería una de las muchas preguntas que atormentaban mi mente.

El chico me abrazo quedando su cabeza por debajo de mi pecho, revolví su cabello con afecto.
Se sentía rara la cercanía con una persona, aún más con hombres.

– Nunca tengas miedo, Chuck- puse mis manos sobre sus hombros, con algo de seriedad.

– Jamás lo tendré, quiero ser igual de valiente que tú- ese pequeño comentario se había clavado en mi corazón, y el agua se acumuló un poco en mis ojos.

"Valiente... ay Chuck, a veces siento que soy una farsa" me sentí algo vulnerable, y expuesta. Y quería confesarle que no soy tan ruda, o atrevida, o valiente y mucho menos fuerte, al menos no como aparentaba; quería decirle que no buscaba mentirle a los demás, buscaba mentirme a mi, convenciendome de poder hacer todo bien, para que así el terror y la ansiedad de estar metida en todo esto no acabara conmigo.

– Serás mucho mejor que yo, Chucky– le respondí con cariño tragandome las lágrimas antes de que salieran.

– ¿Crees que algún día salgamos de aquí? Me encantaría tener amigos- su pregunta me hizo fruncir las cejas, y llamó la atención de Newt que estaba a mi lado.

– ¿Qué dices, Chuck? Yo soy tu amiga- hablé rápido.

– Lo sé, pero, me refiero a no sé, niños de mi edad-

– ¿A caso soy tan vieja?- bromeaba, pero la verdad es que lo hacía para no detenernos a pensar esas cosas tristes.

– Nos llevamos unos 5 años, tal vez más, tal vez menos, ni siquiera sabemos eso- él estaba un poco más serio, hablaba con enojo y tristeza.

Ni siquiera sabíamos exactamente cuántos años teníamos, pero éramos un grupo de adolescentes o adultos jóvenes y estúpidos que no sabían nada de la vida.

No supe que decir, solo sentía desesperación y rabia, como si eso pudiera solucionar algo, como si eso me pudiera ayudar a mágicamente encontrar la salida.

"Haz algo, Alexandra, no puedes quedarte aquí toda la vida... ¿que harás?"

Palmee el hombro del pequeño y comencé a caminar.

– ¿A donde vas?- pregunta Newt, miré atrás, sus ojos tenían un brillo muy bonito.

– Regreso en un minuto- respondí y volví a caminar directo a mi objetivo.

Lo divisé comiendo arroz de un plato, sentado en un tronco frente a la fogata.

– Minho- saludé al llegar con él, estaba solo.

– Princesa, si que eres ardiente- me reí frunciendo el ceño.

– ¿Perdón?-

– El juego con Gally, eres peligrosa- moví la cabeza de lado a lado sonriendo y entrecerrando mis ojos.

– Cállate- pedí sentándome a su lado.

– ¿Quién te enseñó a hacer eso?-

Ahora que lo preguntaba, no lo sabía. Era verdad eso de que Ana me había enseñado unas cuantas cosas, pero... esta 'habilidad' o agilidad para las peleas era algo distinto, como si corriera por mi sangre, tenía un presentimiento de que mis entrenamientos en El Jardín no habían sido los primeros.

"𝑩𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝑩𝒐𝒚" 𝑴𝒂𝒛𝒆 𝑹𝒖𝒏𝒏𝒆𝒓 (𝐶𝑜𝑟𝑟𝑒𝑟 𝑜 𝑚𝑜𝑟𝑖𝑟)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora