¿Sueño?

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Me despierto por el sonido de la alarma de mi reloj de buró... ¿Mi reloj?
Me tallo los ojos para ver bien, y estoy en mi cuarto, mi mochila está a un lado de mis pies y todo esta en orden. Apago la alarma. Estoy con la ropa que tenía puesta ayer y sólo estoy tapada con la cobija que debió ponerme mi mama antes de irme al bosque... Con Sam, antes de que casi lo mato, antes de... Besarlo. O tal vez no, tal vez no paso nada de eso. Me quedo pensando un rato, ¿Que fue lo que paso?
Miro mi reloj y son las 6:10.
Escojo la ropa que me pondré hoy, que son unas medias negras, un vestido también negro pero con margaritas, un suéter color nude, y unas botas negras.
Me peino con una media coleta... O algo parecido a una.
Me miro en el espejo, y parece que voy a un funeral, vuelvo a revisar mi reloj y son las 6:35, no me da tiempo de volverme a cambiar.
Cambio mis cosas a una mochila gris que se pone de lado y me pongo un gorro negro.
Bajo las escaleras y me detengo cuando veo a mi hermano... ¡La camioneta! Me matará y mamá me... ¡Rematará!
Las piernas me comienzan a temblar.
-Buenos días...- dice mi hermano y me examina de arriba hacia abajo- niña rara.
-Buenos días- contesto.
El mete la mano izquierda al bolsillo de su pantalón y saca las llaves de... De la camioneta.
-¿Lista?- contesta levantando una ceja.
Me quedo embobada viendo las llaves. El agarra su mochila del sillón y abre la puerta de la casa. Salgo rápido. Me detengo un momento y miro la camioneta. Tiene gotas de agua. Sin darme cuenta, ya estoy dentro del auto. Me pongo a pensar, ¿Y si todo fue un sueño? Es que la verdad se sentía más real que un sueño, y si lo fue, ¿Desde cuándo lo fue? ¿No fui al bosque ayer? ¿No me encontré nunca con Sam? Pero, ¿Y las gotas en el carro?
-¿Llovió anoche?- le pregunto a mi hermano.
-Si, demasiado.-contesta emocionado.
Cientos de preguntas me atormentan en todo el camino, decido creer que todo fue un sueño... Lo que es una lástima.
Pasamos por el lugar en donde casi atropello a Sam... O el lugar que soñé.
En la carretera hay marcas de las llantas de cuando un carro frena, y el recuerdo de mi sueño se me viene a la mente.
-Seguro hicieron sus intentos de carreras de nuevo- dice mi hermano.
-La gente normal les dice arrancones- le digo sin ninguna emoción en ninguna palabra.
El no dice nada.
Llegamos a la escuela, me bajó del auto y decido buscar a Reagan.
Voy a mi casillero, el de Reagan está a dos casilleros míos, fue ahí donde la conocí.
Si está en su casillero. Me acerco ella y le digo:
-Tengo que contarte algo.
Le cuento todo, con detalles y ella al principio tiene cara de emocionada, pero al llegar a la parte de esta mañana, me mira raro.
-Ya se lo que paso- me dice muy segura de si misma.
-¡¿Que?!- le digo entusiasmada.
-A ti te gusta Sam y soñaste eso sólo porque... Pues porque te gusta- dice con una sonrisa en el rostro.
Y yo me desepciono.
-¿Te gusta Sam?- pregunta una voz femenina detrás de mi.
Me llega un olor a vainilla y se quien es. Rachel.
Me volteo, si cabello anaranjado no natural, sus labios rojos, sus ojos de un color verde hermoso y su piel blanca hacen que todo el mundo piense que es perfecta. Pero no lo es.
-¡Wow! Eso si no me lo esperaba- le dice a Mónica, su seguidora, porque su amiga no es.
Mónica tiene el cabello Rubio y los ojos azules, siempre se pone un labial rosa y a comparación de Rachel, ella usa poco maquillaje.
-No me gusta- le contesto.
Me siento como un patito feo a un lado de ellas, más porque ellas tienen buen cuerpo y yo... Quisiera decir que al menos tengo salud.
-¿A no? Bueno, que bien, ¡Porque todos están diciendo que me invitara a salir!- dice alzando las manos y moviéndolas en el aire.-¿No es grandioso? Y además, tenemos mucho en común.
-¿A sí? ¿Cómo que?-pregunta Reagan.
-Bueno pues,... ¡Ambos tenemos ojos verdes!
Siento una presión en el pecho y... Un poco de celos.
-¿Y cómo saben que te invitara a salir?- dice Reagan y yo la volteo a ver rápido.
-Bueno pues, porque a estado coqueteando conmigo y ayer vino a mi fiesta y...
Dejo de escucharla. En mi sueño, Sam venía de una fiesta.
-¿A qué horas se fue?- le pregunto a Rachel.
-Tempra...
Rachel le da un codazo a Mónica interrumpiendola.
-Tarde, muy tarde, se quedo a dormir de hecho, muchos lo hicieron y hoy mi papi los trajo en autobuses súper cool- y pienso, sólo ella dice la palabra "cool".-¿Por qué?
-Por nada- contesto rápido- me tengo que ir, adiós.
Camino a toda prisa, salgo de la escuela y me dirijo al patio, quedan sólo tres minutos para que toque el timbre y estoy segura que llegare tarde a mi primera clase, que es historia, y si llegó tarde me dejara afuera.
Busco a Sam entre todos los estudiantes.
No puede ser tan difícil encontrarlo.
Dos minutos.
Lo encuentro.
Esta sentado bajo un árbol, lleva unos pantalones de mezclilla, unos Vans rojos y una camiseta negra, a comparación de otras veces, esta colorido.
-¡Sam!- le grito.
Pero el idiota tiene los audífonos puestos.
Corro hacia el.
Un minuto.
Lo pateo despacio.
-¡¿Qué?!- grita.
Se quita los audífonos.
-Necesito hablar contigo de algo muy importante- le digo.
-Ah, hermosa, eres tu,¿Podemos ir al salón? Ya casi entramos- me dice y obedezco.
-¿Recuerdas lo de anoche?- le pregunto.
-¿Fuiste a la fiesta de Rachel?- pregunta levantando las cejas.
-¡No idiota!- grito y todos nos voltean a ver.- Sabes a lo que me refiero.-digo casi en un susurro.
-No, de hecho no.
-Tu...- le digo- me besaste.
Se ríe.
-Estas confundida, yo no te vi desde que saliste corriendo en el bosque diciendo que yo te seguía y no se que- me dice- Pero te puedo besar justo ahora- me dice.
-¡No! Tu sabes que...
Suena la campana.
Ambos corremos, nos faltan tres salones para llegar al nuestro.
El profesor entra y todo parece como si fuera cámara lenta.
Sam y yo gritamos "No", pero el, cierra la puerta en nuestras caras.
Sam pone las manos en su cabeza y suspira con frustración.
Se sienta en una pequeña banca que está a un lado de la puerta.
Y yo hago lo mismo.
Volteamos a los lados y estamos solos.
El pone su mano en mi muslo y me pongo nerviosa.
-Bueno, sólo quedamos tu y yo.- me dice con una media sonrisa.
-Sip- le digo.
Me mira con atención. Se levanta, acerca su boca a mi oído y dice:
-Eres muy hermosa, Bambi.

Alguien tiene que irseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora