Tonta

42 7 0
                                    

Por inercia piso el freno, pero aun asi, el carro alcanza a empujar tan fuerte a la persona que esta cae al suelo.

Ahogo un grito, me quito el cinturón y bajo del carro.

-Dios mio, ¿Estas bien? - pregunto.

No responde.

Me hinco a un lado del cuerpo, no logro ver nada porque esta demasiado oscuro y el carro esta apagado. Pienso en sacar la linterna de la guantera del carro, me levanto... o intento hacerlo, porque una mano me jala de nuevo al piso. Ahora si grito.

-¿Qué haces? ¡Callate! Nos van a oir- me dice la persona que no logro ver.

Su voz me parece familiar, varonil, un poco rasposa, no tan gruesa, pero no aguda.

La he escuchado muy pocas veces, en los pasillos, como una vez en clases y... en el camión de la escuela, en el bosque.

Sam.

Trato de zafarme de su agarre pero no puedo. Me jala hacia el. Esta a unos cuantos centímetros de mi, sus ojos miel verde me miran directamente a los mios, de un café oscuro y feo.

-No te muevas. Contare hasta tres. Cuando termine, correras subirás al carro y arrancaras ¿Ok?- me dice, no era una pregunta, era mas una afirmación.

Asiento y digo "si", pero sale mas bien como un susurro.

-Uno...- dice el, y me acerca mas a su cara- Dos...- un poco mas- Tres ¡Corre!

Corro lo mas rápido que puedo al carro y el también. ¿Estaba en los planes que el entrara en mi carro? Al parecer si.

-¡Arranca!- grita el.

Y le obedezco.

Nunca había manejado tan rápido en toda mi corta vida.

-¡Mas rápido!-dice el.

-¿Qué?- pregunto.

-¡MAS RAPIDO!- grita aun mas alto.

-¡No puedo!- digo desesperada.

Gruñe irritado.

-Vamos al bosque.- me ordena.

-De acuerdo.- Contesto inmediatamente.

Entre cinco y diez minutos después, llegamos al bosque.

-Ve a tu árbol ese...- me dice

Y no sé por qué le hago caso. De verdad no lo se, pensé en lo de la tarde y de que el me daba miedo, porque, había algo raro en el, digo ¿Quién sale a esta hora? ¿Por qué quería que me callara y me apresurara?

De repente, freno el carro. Lo que provoca que ambos nos movamos hacia adelante.

-¿Qué te pasa?- me dice.

-¿Qué te pasa a ti? ¿Qué haces por aquí a estas horas? ¿Por qué me pediste que guardara silencio y me apurara? ¿Quién eres? ¡¿Qué tramas?!- le grito.

Me pone la mano en la boca. Pero se la muerdo, bastante fuerte creo, ya que la retira y hace una mueca de dolor.

-¡Pero que... Ah!- dice.

-¿Qué es lo que...

-¡Estaba en una maldita fiesta!- me interrumpe- te dije eso porque mis estúpidos amigos venían tras de mi porque no cumpli su estúpido reto.

Me quedo callada, hasta que me sale un:

-Ah... ¡Explica lo de hoy en el bosque... aquí!- le digo.

-¿El bosque es solo tuyo? ¿No puedo venir? ¡¿Qué mierda no crees en las casualidades?!- me a ganado de nuevo.

Soy una tonta.

Me quedo callada.

-¡Yo tengo algo que preguntarte!- me dice.

Me pongo tensa.

-¿Qué cosa?- le digo con voz temblorosa.

Se acerca a mi, de nuevo estamos a pocos centímetros.

-¿Por qué hace un rato...- dice casi susurrando, con la voz mas... irresistible que puede encontrar- cuando nos encontrábamos a esta distancia- se acerca un poco mas- no te retiraste?

No se que contestar. El cierra los ojos, y yo igual, estoy lista para que me bese, y... comienza a reírse. Abro los ojos y esta pegado a la puerta carcajeándose.

Me pongo roja, me siento humillada.

-¡Idiota!- le grito.

-¿Tan irresistible soy, hermosa?- me dice con una sonrisa sínica.

-¡No me digas asi! ¡Sal de mi auto!

Se queda un momento con los labios fruncidos, con sus hermosos ojos entrecerrados, viéndome, pensando.

-Bien- dice y sale del auto.

Me hace señas para que baje la ventanilla. Y de estúpida, lo hago.

-Oye hermosa, una pregunta, ¿Por qué llorabas esta tarde?

Alguien tiene que irseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora