Tres segundos

67 7 0
                                    

Me he quedado dormida, cuando despierto ya son las 8:37 p.m., tengo lagrimas secas en mis mejillas y la almohada esta húmeda. Me siento en mi cama a observar mi cuarto, poster en las paredes, una serie de luces adorna mi pared derecha, hay una ventana en la pared izquierda, mi escritorio a un lado de la puerta, dos mesas de noche a los lados de mi cama, una cajonera pequeña, un librero, un pequeño sillón y un closet. No está muy desordenado, pero tampoco es el cuarto más limpio del mundo, mi madre debió entrar porque la serie de luces esta encendida, es de colores azul, rojo y blanco. Seguro me vio con lágrimas en las mejillas y no tarda en venir a ver como estoy. Decido ponerme la pijama, aunque lo mas seguro es que no pueda dormir.

Ya cuando tengo puesta la pijama, bajo a ver a mama, está dormida en el sillón. Debe de estar muy cansada, así que no hago el intento por despertarla. Vuelvo a subir y las escaleras crujen bajo mis pies, Michael seguro esta en su cuarto, o en alguna fiesta.

Cuando llego a mi cuarto, me recuesto en mi cama y trato de dormir.

Llevo aproximadamente una hora tratando de dormir. Y mi hipótesis es cierta, no podré hacerlo. Antes, cuando no podía dormir mi mama me contaba historias, o me cantaba, ahora, leo, escucho música o tomo un baño. Y me decido por lo último. Tengo mi propio baño, porque quería privacidad, y a cambio de eso, tuve que sacar diez en todas las materias en un semestre. Cuando ya estoy dentro, quiero salir por mi celular pero me puede escuchar Michael... si es que está aquí, y por una razón desconocida quiero que crean que estoy dormida. Duro quince minutos dentro del baño y cuando salgo decido buscar mi celular.

Levanto la almohada, y no está ahí, busco en mi escritorio, en mis mesas de noche, en todo mi cuarto, me siento desesperada, no recuerdo donde lo deje, me siento en el borde de lo cama y trato de tranquilizarme para pensar con más claridad. Pienso en todo lo que hice hoy, donde pude haberlo dejado, recuerdo meterlo a mi bolsa, junto con el libro de mi abuela, un cuaderno y una pluma, fui al bosque y me la lleve, después paso todo eso con Sam, y me fui... pero no recuerdo llevarme la mochila, cuando yo caí esta también debido caer, y no la recogí. Tengo que ir a buscarla, es tonto ir a estas horas, pero tengo una linterna y no esta tan oscuro... ¿o sí?

Iré en el carro de Michael, se dónde deja las llaves. Y se mas o menos por donde paso todo. Pero, ¿Sera buena idea? Paso aproximadamente diez minutos pensando si ir ahora o esperarme hasta mañana, pero sé que si no voy hoy, no dormiré.

Abro la puerta de mi cuarto y bajo las escaleras tratando de ser lo más sigilosa posible, pero esto no da resultado y mis pisadas hacen eco por toda la casa.

Voy a la cocina, abro el tercer cajón de la alacena y saco la llave, que está debajo de una agenda. Michael las pone ahí porque cree que yo no las podre encontrar jamás. Obviamente, se equivoca.

Salgo de la cocina, recorro el pasillo largo y oscuro hasta la puerta. La noche esta iluminada por la luna y las estrellas, el cielo se ve hermoso y esto me hace sentirme como cuando era pequeña, un recuerdo quiere aparecer en mi mente, pero se va tan rápido como llego y no pude ver nada con claridad.

Voy hacia al auto, lo prendo y doy reversa para salir del lugar donde mi hermano siempre lo deja, frente a las puertas de la cochera, no entiendo por qué nunca lo deja adentro.

No hay ni un solo carro en la carretera, ni luz en las casas, parece un pueblo terrorífico. Del lado izquierdo, están muchos arboles, del lado derecho, casas y negocios. Debo admitir que aun me da miedo salir de noche, siempre tengo un mal presentimiento. Como quisiera mi celular para saber que horas son. El estero tiene mal la hora y el radio no sirve, asi que no puedo saber.

Pongo un disco y comienza a sonar una canción vieja, que no se su nombre, pero aun asi me la se. Estoy bastante concentrada en la música, recordando algunos momentos felices, sin darme cuenta, estoy sonriendo, cantando en voz alta, cierro los ojos por tres segundos, solo tres segundos, y al abrirlos, hay alguien frente al carro.

Alguien tiene que irseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora