LIAM LUNA Y LA BRÚJULA DEL REY CUERVO

IV

Alicaídos

A la mañana siguiente, los chicos fueron convocados a la sala del trono para dar inicio a la etapa final de su viaje hacia La Academia de Ciencias Mágicas de Volaris, donde se celebraría la prueba de ingreso de ese año. La sala estaba llena de miembros de la asamblea, guardianes y ciudadanos, que llenaban el espacio con un murmullo constante. Sus miradas estaban clavadas en los recién llegados: Liam, Cheryl y Calrion, los jóvenes aspirantes que pronto serían el centro de atención en la ceremonia.

Liam se había levantado más callado que de costumbre y Cheryl no tenía intención de preguntarle qué le pasaba. En ocasiones era mejor darle su espacio. Por eso, cuando Calrion le preguntó qué le sucedía, Cheryl se limitó a encogerse de hombros y responder:

—No lo sé. Seguramente es porque pensaba que vería a su mamá ayer. Hay veces en que dura hasta una semana con ese mal humor. Es agotador. Así que lo único que te diré es que no voy a arruinar mi día por su culpa. He esperado este momento toda mi vida, y no importa lo que pase, hoy será épico.

El murmullo en la sala aumentó en intensidad mientras los asistentes intercambiaban comentarios y miradas furtivas hacia los chicos. Cheryl, sintió el peso de las miradas sobre ella, pensó para sí misma con una sonrisa satisfecha: "Estar en el centro de atención es épico”

De repente, un silencio expectante se apoderó de la sala. Todos los presentes se volvieron hacia la entrada, donde el sonido de pasos firmes y solemnes comenzó a llenar el espacio. Leo, con una expresión grave y voz autoritaria ordenó hacer silencio a los chicos.

En ese momento las puertas del salón se abrieron lentamente para revelar la figura majestuosa del Rey. Reivon avanzó al centro de la sala y una vez comprobó que todos los ojos estaban puestos sobre él, comenzó el anuncio:

—Atención, ciudadanos, guardianes y miembros de la asamblea real. Con gran honor y respeto, les presentamos a Su Majestad, Viryon Noctaris, el Rey Cuervo, General de los Guardianes de las Puertas, segundo de los Seis Reyes de Eiralis, protector de los dos mundos. 

Los asistentes se inclinaron de inmediato en un gesto sincronizado, creando un mar de cabezas bajas que envolvía la sala en un silencio solemne, interrumpido solo por el susurro de la capa del rey que se deslizaba por el suelo y el sonido firme y decidido de sus pasos mientras avanzaba hacia su trono.

El Rey Viryon se acomodó en su trono con una gracia imponente. Su presencia parecía llenar el vasto salón, que ahora era un mar de miradas expectantes. Con un gesto de autoridad y benevolencia, comenzó a hablar:
—Hoy, nos reunimos para despedir a estos jóvenes —dijo, con su mirada fija en Liam, Cheryl y Calrion—. En breves momentos, se dirigirán hacia la Sala del Portal. Allí, darán inicio a un viaje que marcará el comienzo del camino del guardián.

Los ojos de los presentes seguían al rey, colmados de admiración y respeto mientras sus palabras llenaban el aire con un sentido de solemnidad y expectativa.

—Espero que la próxima vez que nos reunamos, estos tres jóvenes ya no sean meros aspirantes, sino guardianes consagrados —continuó Viryon, su voz cargada de orgullo—. Serán llamados hermanos entre nosotros, y llevarán con honor el título que han de ganarse.

Hizo una pausa, dejando que sus palabras calaran en la sala, y luego señaló con un gesto elegante hacia la puerta oculta en la pared tras él.

—Ahora, les deseo un viaje lleno de sabiduría y fortaleza. Vayan con el conocimiento de que, al cruzar el umbral de ese portal, están dando un paso hacia un futuro lleno de honor.

Liam, Cheryl y Calrion, seguidos de cerca por Leo, avanzaron bajo la atenta guía de Reivon hacia una puerta imponente en la pared que se erguía detrás del trono. La puerta estaba flanqueada por dos colosales árboles tallados en piedra, cuyas raíces y ramas formaban intrincados detalles artísticos. En el centro, un gran cuervo de piedra con una brújula en su pico parecía observar y dirigir el paso de los jóvenes.