El Conde de Minet se hospedó tres días exactos en el palacio de caza de la familia imperial a la espera de una audiencia con su majestad imperial, la emperatriz.
Cuando dicha audiencia le fue concedida no supo cómo asimilarlo y de pura euforia esbozó una sonrisa gratificante a sus empleados.
Jimin, la flamante emperatriz de Corea se encontraba sentado en el salón principal del palacio de caza donde recibía al Conde con una sonrisa hermosa y amable.
-Desde que la gran emperatriz de Corea, Maria Antonieta, aceptará enviar a su hija la princesa, Maria Cecilia para convertirse en la gran reina de Génova, nuestro pueblo no tiene una alegría como debería ser. Nuestras tierras carentes de una familia imperial que la gobierne por completo han iniciado una gran revolución terminando con los antiguos usurpadores del trono Genovés. Los Grandis. Esa familia se aprovechó de la gente y el poder para usurpar el trono Genovés porque la gran reina Maria Cecilia, no tuvo descendencia.
-¿Eso justifica la violencia vivida? -preguntó Jimin después de escuchar al Conde.
-Era más que necesario, su majestad. -respondió paciente el Conde.
-Continua.
-Nuestro pueblo ve en usted a una nueva versión de la emperatriz, María Antonieta y su hija la gran reina, Maria Cecilia, desean que sea exclusivamente usted quien gobierne nuestro país.
-¿Yo? ¿No debería ser algún familiar cercano?
-No confiamos en ellos, su majestad imperial, usted tiene el mismo espíritu que tuvo nuestra amada reina cuando tomó el trono.
-Pero no es apropiado, hay un protocolo, además en Corea ya tengo un título y no sería correcto que yo acepte un título fuera de mi país.
-Tal vez su majestad imperial, el emperador, tenga otra visión diferente a la suya, su majestad imperial.
Jimin dudó un poco pero igualmente le respondió al Conde
-¿Usted ha hablado con su majestad imperial para sugerir tal osadía?
-No me atrevería a presentarle dicha sugerencia si no fuera así su majestad imperial.
Jimin meditó las palabras del conde e inmediatamente ordenó a uno de sus súbditos ir a buscar a su majestad imperial, el emperador.
Yoongi se encontraba dando un pequeño paseo por los jardines del palacio cuando un lacayo le hizo una reverencia y le comunicó que la emperatriz deseaba su presencia en el Salón donde atendía al Conde de Minet.
El Conde viendo qué su majestad imperial tomaba diligente su habitual taza de té de Jazmín enfocó su atención en una de sus intrigantes damas de su corte, quién se encontraba en una posición recta e indomable siguiendo los movimientos impecables de su emperatriz.
Antes de que siguiera enfocándose en aquella dama, alguien hizo acto de presencia en aquel Salón.
-Por lo visto, su majestad imperial ha estado albergando en uno de nuestros palacios a uno de nuestros tantos enemigos.
Jimin vió con aburrimiento a la emperatriz viuda y dirigió su mirada a los jardines de aquel palacio sin prestar atención a sus palabras.
-Por lo visto, la nueva emperatriz carece de modales y lucidez. -murmuró la emperatriz viuda.
-Quizas, después de todo, la educación que usted me dió no fue la adecuada, madre. -respondió Jimin desinteresado.
-¡A mí, me respetas, mocoso insolente!
-¿Por qué debería?
-Por que, gracias al hijo que yo parí, tú estás sentado aquí, en este lugar que no te correspond- -antes de que la emperatriz viuda terminara de completar sus insultos, Yoongi hizo acto de presencia.
-¿Qué es lo que te pasa madre? Insultas a mis invitados y a mí consorte cuando no deberías, Jimin, querida madre, es tu emperatriz y le debes el mismo respeto que me lo debes a mí.
-¡Vas a prestarle tu ayuda a nuestros enemigos!
-Eso no es de tu incumbencia.
-Tu padre nunca lo hubiera permitido.
-Tienes razón no lo hubiera hecho pero lastimosamente quien está a cargo ahora soy yo y es mejor que decidas irte por tu propia cuenta madre antes que yo te eche de aquí.
La emperatriz viuda viendo qué su hijo defendía a Jimin con uñas y dientes salió del salón enojada destilando su personalidad agria a su paso.
-Lamento que presenciara este show mediático, Conde.
El Conde nervioso solo asintió a Yoongi y rápidamente vió que la emperatriz Jimin le dedicaba una mirada enamorada a su esposo.
El emperador le sonrió a la emperatriz y empezó a relatar su decreto.
-Su majestad imperial, la emperatriz Jimin desde hoy es declarado como su majestad real, rey de Génova. Mañana por la mañana deberá partir a dicho país junto a su consorte y su comitiva a ser coronados y aceptar el mandato para unir nuestros paises en uno solo por medio del matrimonio.
-Yoongi... -susurró Jimin.
-Sabes que lo mereces amor, nadie más que tú merece ese puesto. Mi hermoso y precioso doncel consideralo como un regalo de bodas.
Jimin solo se refugió en los brazos de su esposo mientras lágrimas de felicidad caían de sus ojos.
-Te amo mucho Yoongi, gracias por tanto.
-No tanto como yo, mi amor.
Yoongi soltó una risa irónica dándose cuenta de la presencia del conde y como él y Jimin se saltaron todo el protocolo al mostrar sus emociones en "público".
-Su pedido ya fue atendido lord Minet. Mañana por la mañana saldremos con destino a Génova con todos nuestros más fieles sirvientes y súbditos.
-Que así sea su majestad imperial. -dijo el Conde levantándose listo a retirarse del salón para darle privacidad a sus soberanos.
-Descanse. -dijo Jimin dándole una breve mirada.
Cuando el Conde se retiró del Salón, Jimin se subió al regazo de Yoongi y abrazándolo por el cuello empezó a besarlo.
Yoongi sorprendido por las acciones de su esposo le siguió la corriente y cargándolo se lo llevó a su habitación para continuar su sesión de besos y caricias esperando que quizás suceda algo más.
Jimin disfrutó de la cercanía de su esposo y aspiro su adictivo aroma mientras seguía en sus brazos.
-Sabes Yoongi, tengo un presentimiento de qué al hacer este viaje algo muy malo cambiará nuestras vidas. -le dijo en lo que era llevado a su habitación en los brazos de su esposo.
-No te angusties lindo, verás que en realidad es un cambio para bien. Verás que todo estará bien, nosotros estaremos juntos, felices y nuestros hijos también.
-Eso espero cariño. -susurró Jimin.
-No te angusties amor. -dijo Yoongi depositando a Jimin en la gran cama matrimonial. -¿Estás listo? -le preguntó a Jimin.
-Siempre para ti, mi amor.
-Relajate y disfruta cariño.
Jimin sonrió a su marido antes de besarlo apasionado para darle acceso a su intimidad y empezar su sesión vespertina de rondas interminables.
.
.
Hola si está del asco me disculpo pasa que tuve una mudanza y estoy muy ocupada con ese asunto.
By: Sugus ✨
ESTÁS LEYENDO
THE EMPIRE - YOONMIN
FanfictionA veces el amor llega a nuestras vidas de manera inesperada. Park Jimin, doncel y segundo hijo del duque y la duquesa Park, no fue elegido por su majestad imperial, la emperatriz, como primera opción para su hijo, el futuro emperador de Corea. Sin e...