Limites y desastre.

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Cuando Min Yoongi, el emperador de Corea regresó al país llevando consigo una procesión fúnebre toda la gente se alarmó temiendo lo peor, ya que la emperatriz Jimin no se encontraba con el flamante emperador.

No fue hasta que al día siguiente el palacio emitió un informe donde se anunció la prematura muerte de la princesa, Min Hyesun, que la gente menguó su preocupación.

Yoongi al regresar temió quedarse con su soledad, ya no sé sentía el mismo, por otra parte su madre, la emperatriz viuda se encontraba furiosa y culpaba directamente a Jimin de la muerte prematura de su nieta y favorita heredera al trono, sin saber realmente los verdaderos acontecimientos al rededor de los hechos.

Yoongi por su parte se encerró en su habitación y en las sesiones con el consejo, llenando su agenda de tareas consecutivas no permitiendose descansar ni por un instante.

Extrañaba con su vida a su esposo y le dolía la muerte de su hija.

—MinHan llama a los ministros, necesito una sesión urgente. —ordenó a una de las tantas asistentes de su madre ya que esta se encontraba junto a él.

La muchacha sin titubear hizo una profunda reverencia y salió del lugar para cumplir con la orden.

—Desde que le diste libertades a tu esposo desgracia tras desgracia te ha perseguido.

—Corrígete, desde que te dí más libertades has tratado de hundir a mi esposo.

—No soy tu enemiga Yoongi, solo quiero lo mejor para el imperio.

—Si dices una sola palabra más de Jimin consideraré vacante tu puesto, después de todo no es uno relevante. —dijo levantándose del sillón.

—¡Min Yoongi está no es la forma de hablarle a una madre! —gritó Heerin.

—¿Madre? Aún osas atribuirte ese papel. —respondió antes de salir de la habitación dejando muda a Heerin.

Sobando sus sienes se dirigió al salón ministerial para aclarar los puntos de la nueva guerra que se avecinaba.


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—Soobin es un niño sano, su majestad imperial.

—Lo es, espero que lo siga siendo hasta que llegue a la adultez aunque para mí siempre será mi bebé.

—¿Su majestad imperial puedo hacerle una pregunta sin ofenderlo?

—Hazla, hace mucho que no he escuchado opiniones sinceras.

—¿Usted está dispuesto a seguir teniendo mas hijos para el emperador?

—Realmente no, amo la intimidad con mi esposo pero no cuando por consecuencia quedo en cinta.

—¿Nunca se lo dijo al emperador?

—No puedo, es mi deber como emperatriz darle tantos hijos como pueda a su majestad imperial para asegurar el trono.

—Mucha gente envidia su posición.

—Yo la detesto, amo al emperador, pero me gustaría que solo fuéramos Yoongi y Jimin, no su majestad imperial la emperatriz y su majestad imperial el emperador.

—¿Y que hay de Jungkook?

—Me odia con toda el alma, le quité su oportunidad, él iba a casarse con Yoongi, fue criado para eso, pero yo me enamoré de Yoongi y le quité su oportunidad sin querer.

—Deseo con el corazón que su hermano le perdone y olvide los rencores del pasado.

—Ojala lo hiciera Kwan.

THE EMPIRE - YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora