6. Mudanza

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Genzo no podía creer la escena que ocurría frente a él, en medio de una pila de cajas llenas de un sin número de cosas, estaba su alfa mientras abrazaba a su cachorro recién nacido que aún tenía la respiración levemente agitada por el reciente llanto. 

Estaba seguro de que su yo del pasado no le creía que hoy estaría cargando cajas a la nueva casa que compartiría con el tonto alfa, que solo lo veía desde una esquina del bar, de solo recordarlo una sonrisa broto de sus labios. 

Hace cuatro años llego a la puerta de sus padres en un mar de llanto sintiéndose rechazado por el alfa del que había estado enamorado desde la secundaria, en un intento de animarlo su hermano lo llevo a vivir con él a Hamburgo donde le insistía a salir todas las noches, cansado de su insistencia acepto salir a embriagarse a un bar, en eso estaba cuando noto una persistente mirada azul, el chico solo estaba sentado tomando su cerveza sin intensión de acercarse, arto y ebrio de su vida Genzo se sentó en la mesa del rubio. 

-¿En tu casa o en la mía? -ni siquiera espero una respuesta antes de estampar juntos sus labios en beso demandante que fue aceptado de inmediato -En la mía será. 

Arrastro al alfa consigo a su casa donde olvido la actitud de omega puro e ingenuo que la sociedad le pedía mantener, se dejó llevar por las cálidas manos, los besos húmedos y el exquisito rose de pieles, que lo mantuvo pidiendo por más toda la noche y si es realmente sincero el resto de los meses que siguieron a ese encuentro. 

Al principio la relación que mantuvo con su alfa Karl fue meramente física, pues, ninguno buscaba nada la primera noche que estuvieron juntos, especialmente el alfa, que solo miraba hacia la dirección de Genzo porque estaba justo en el mismo lugar de la puerta de entrada, por la cual se suponía que debían entrar los amigos de Karl, cuando ese detalle se hizo de conocimiento de Genzo quiso disculparse, pero el otro no lo dejo, al final estaba feliz con los resultados. 

Poco después de que sus cuerpos se calaron de los deseos que tenían por el otro, iniciaron sin darse a cuenta a tener pequeñas charlas donde hablaban de sus días, sus metas, sueños y más, luego siguieron teniendo citas que no siempre terminaron con ellos envueltos en las sábanas, poco a poco la mente de Genzo se llenó de pensamientos acerca del rubio, por su parte Karl no podía dejar de pensar en los bellos ojos verdes que poseía el omega. 

De un momento a otro ambos estaban completamente enamorados y en la espera de su primer hijo, que termino de unir sus caminos. 

-¿Te gusta lo que ves? -Genzo dejo la caja que tenía en sus manos en el suelo y se acercó a su alfa y cachorro. 

-Si, se ven adorables los dos.

-Oh, no lo decía por eso -Karl sonto una pequeña carcajada mientras le entregaba a su cachorro y abrazaba por la espalda a Genzo que inocentemente no había notado que su esposo solo tenía puestos unos pantalones deportivos. 

-Tonto, mejor ayúdame acomodar las cajas.

-Lo que mi omega mande -le respondió Karl antes de dejarle un beso en la cabeza a él y su cachorro. 









































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Tarde, pero aquí estamos con la actualización de hoy, espero les guste y la disfruten. 

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