12. Recetas quemadas

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Llega un momento en la vida de toda persona donde tiene que reconocer que no está hecha con todos los dones del mundo, una vez alcanzada esa iluminación personal, no queda más que seguir transitando por la vida con una carga menos, sin embargo, yo no soy cualquier persona, yo sí puedo ser capaz de lograr cocinar un postre mucho mejor que Cornelius o dejo de llamarme Genzo Wakabayashi.

Con mis pensamientos firmes y claros, abro el libro de cocina e inicio a reunir los ingredientes, azúcar, leche tibia, mantequilla, harina de trigo, levadura en polvo, sal, miel, almidón de maíz, espera.

-¿Cómo que sal?, es un postre, ¿no puede llevar sal o sí?

Bien talvez este sea "el primer reto de la cocina" del que tanto hablan en los programas matutinos cuando preparan una receta.

-Está bien, solo sigue lo que dice el libro Genzo.

Tomo aire para mentalizarme que debo seguir todas las instrucciones por más raras que parezcan, ya con todo listo, mezclo la harina, azúcar, levadura y sal, al ver la hermosa textura de la mezcla, sonrío de felicidad, sabía que esto no podía ser tan difícil.

-En tu cara Cornelius, cualquiera puede cocinar un *Bienenstich.

En cuanto terminara haré que Karl se coma todo para escuchar sus elogios mientras lo grabo en video para restregárselo en la cara a Cornelius, porque no iba a permitir que quisiera enamorar a mi novio con algo tan obvio como cocinarle su postre favorito.

Bien, ahora solo debo poner la mezcla en el molde y al horno durante 25 minutos, listo solo debo revisar que no se queme y hacer el relleno del biscocho, igual mezclo la azúcar con la vainilla y la leche.

-Qué sencillo ya casi termino de preparar todo y apenas pasaron 10 minutos.

Ya con la segunda mezcla enfriándose puedo avanzar con la cobertura, debo derretir la mantequilla, con el azúcar y la miel, listo... solo falta agregar las almendras y dorarlas. Estaba concentrado cuidando las almendras que no escuche los pasos que se acercaban a la cocina.

-¿Qué haces Bärchen (osito)?

Salte levemente en mi sitio al escuchar la voz, me gire para ver a Karl sonriendo, justo en el mejor momento pensé de forma irónica, con su repentina llegada al departamento mi proeza no sería sorpresa como lo tenía planeado.

-Cocinando Bienenstich -ni bien terminé la oración, su rostro se llenó de asombro.

-Genzo no te ofendas, pero no sabes cocinar y ahora dices que estás cocinando un postre que ya de por sí es difícil para los que sí saben de cocina.

- Oh, y eso lo dice porque Cornelius lo dijo -después de esas palabras me enfade, como se atreve Karl a dudar de mis habilidades, es claro que no disfruto cocinar y siempre le dejo esa tarea, pero eso no significa que no pueda hacer nada en la cocina.

Karl soltó su clásico suspiro que siempre hacía cada que iba a llevarme la contraria.

-No lo digo por eso, te lo dije porque antes lo e intento y nunca me sale bien.

-Talvez eres tú quien no tiene suficiente habilidad Karl, en cambio, a mí me ha ido muy bien cocinando.

-Si lo que digas, señor habilidoso, solo por favor no incendies el departamento. -tras decir su sarcasmo se marchó dejándome solo.

Tonto Karl que duda de mí, pronto lo veré pidiéndome otra rebana y le podré decir en su cara de lo dije. Con nuevas energías seguí en mi tarea de antes y justo a tiempo porque casi se queman las almendras, espere a que el horno sonara, lo abrí y note que el biscocho se veía crudo, otros minutos no le harán daño pensé, lo volví a meter y fue a supervisar el relleno en el congelador, estaba en eso cuando sentí un leve olor a quemado.

-No puede ser -corrí al horno y sin pensar lo abrí y saque el molde sin recordar que no llevaba puestos los guantes para hornear, no tarde ni un segundo en el molde en las manos cuando lo solté y grite de dolor.

Retuve las lágrimas y busqué el botiquín de emergencia mientras rápidos pasos se acercaban hasta donde estabas.

-¿Genzo estás bien? -Karl sonó agitado atrás de mí y al girarme lo vi abrir grande sus ojos con horror.

-Te quemaste -me envolvió en su brazo izquierdo para dirigirme a la puerta.

No entendía nada de lo que sucedía a mi alrededor hasta que note que Karl detenía el auto frente a un hospital, me ayudo a bajar e ingresar al lugar, por unos momentos lo perdí de vista hasta que regreso acompañado de un doctor que me ingreso a su consultorio y reviso mis heridas.

-Tranquilo joven, Wakabayashi no tiene nada de que alarmarse, solo tiene una quemadura menor en la mano, le daré un ungüento para ayudarlo a sanar y podrá irse a casa. -solo asentí en respuesta a las indicaciones mientras que el doctor se retiraba a buscar el ungüento.

-Hubiese preferido que quemaras el departamento antes que a ti mismo.

Las duras palabras de Karl lograron que recordara la razón de todo este problema, nada había salido como lo planee, estropee el postre, me lastime a mí mismo, incluso discutí con la persona por la que me estaba esforzando por hacer todo esto desde el inicio.

-Lo siento - pronuncié en voz baja esperando que no lo escuchara mi acompañante.

-No tienes que disculparte, no lo dije para hacerte sentir mal, es solo que me asusté al escucharte gritar y luego ver que estabas herido, lamento si te di esa impresión discúlpame tú a mí.

-No, en serio lo siento, mi terquedad nos trajo aquí, no debí intentar competir por tu atención con Cornelius.

-Claro, es porque le dije que me gusto el Bienenstich que hizo para festejar el triunfo de la selección en la Eurocopa.

-Sí, parecía que realmente lo disfrutaste.

-Por supuesto que si sabía muy bien.

Me giré a verlo con el ceño fruncido, o puedo creer que de verdad este enamorado de este hombre sin filtros, estoy sufriendo aquí y él recordándome que acabo de perder contra mi rival.

-No me mires así, que me guste como cocina no significa que me guste él, además siempre voy a preferir cenarte a ti en lugar de cualquier postre.

Ese comentario calentó mis mejillas -Por chistoso ya no tendrás postre en un rato.

Conteste lo más serio posible, pero Karl solo se rio de mis palabras, sabía bien que nunca había podido cumplirle ese castigo.

-Está bien Zucker (azúcar) -me susurro en el oído.

-Ya Karl hablo en serio.

Solo recibí una risita apenas contenida de su parte, ese tonto si no fuera tan lindo, dulce y meloso, claro que podría dejarlo sin comer postre por mucho tiempo.












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*Bienenstich, que se traduce como "picadura de abeja", es un pastel tradicional de origen alemán. Este delicioso postre combina una base de masa de bizcocho suave, con un relleno cremoso de natillas o crema de vainilla, y se cubre con una mezcla de miel, almendras tostadas y mantequilla que le da un toque crujiente y dulce.


Hola de nuevo, hoy quise usar la terquedad y el ego de Gen en su contra para meterlo en una situación donde tenga que aceptar que tiene preocupaciones, además, no sé por qué siento que, de los dos, él es quien tiene menos habilidades de cocina, en fin, espero les guste y sigan disfrutando de leer mis historias.

Las quiero y espero me sigan apoyando como lo han hecho.



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