-Me rompiste el corazón.
-Creo que no hay nada de lo que me arrepienta más que eso.
Y quizá, si hubiese estado sólo un poco menos enamorado, nada de lo que sucedió después les habría dolido tanto.
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¿Dónde está el amor? — Jesse & Joy feat. Pablo Alborán
80 días antes de. San Francisco, California.
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¿Conoces la paradoja del barco de Teseo?
El historiador Plutarco contaba que Teseo, el mítico rey fundador de Atenas, mató sin ayuda de nadie al malvado minotauro de Creta, y luego regresó a su casa en un barco.
Para honrar esta hazaña heroica, durante los siguientes mil años los atenienses mantuvieron su barco atracado en el puerto, y recrearon anualmente su viaje. Cada vez que algo en el barco se desgastaba o se dañaba, era sustituido por una pieza idéntica del mismo material hasta que, en algún momento, ya no quedó nada de las piezas originales.
Así que Plutarco planteaba: ¿cómo se puede sustituir cada parte de un todo, y, sin embargo, este siga siendo la misma cosa? Obviamente, Teseo no podía montarse en el barco mil años después, así que si no se siguió montando y las piezas que lo componían no tenían nada que ver con las originales, ¿cómo se podía considerar que fuera el barco de Teseo?
Son dos barcos diferentes ya que después de años tienen piezas diferentes, pero se considera parte de un mismo objeto porque la gente lo decide así.
¿Qué hace que seamos quienes somos?
¿Eres tu cuerpo físico? ¿Eres el conjunto de tus pensamientos y de tus sentimientos? ¿O eres tus acciones? ¿Acaso eres la persona que eres hoy, la que eras hace cinco años o la que serás dentro de veinte años? Porque está claro que no eres el mismo, ni tampoco lo serás en un futuro, pero, sin embargo, sigues siendo tú.
Con todas las experiencias, las alegrías, las penas y desamores. Los dolores, el conocimiento, las caídas, los tropiezos y el trabajo que cuesta volver a levantarse. No eres el mismo que hace una semana, un mes, un año, una década y definitivamente no serás el mismo que mañana porque a ese tal vez ni lo conoces; tanto la mente como las células cambian cada determinado tiempo, se renuevan.
Pero claro, eres la misma persona porque incluso los cambios continuos formarán parte de un todo. La gente a tu alrededor sabe que llevas el mismo nombre, una buena parte de los mismos rasgos que te persiguen desde cuando eras niño y aunque cada persona lleva su propia batalla interior, las transformaciones que eso provoca a veces son invisibles para los demás. Porque son lo suficientemente profundas para cambiar nuestro modo de reaccionar.
