24 | La llama que nunca se apagó

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September — Earth, Wind & Fire

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September — Earth, Wind & Fire

1 día antes de. San Francisco, California.

 San Francisco, California

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El tiempo, oh, el tiempo.

Ese atroz verdugo que se desliza silencioso y constante, dejando solo el eco de lo que fue. Aquel que con su implacable andar, arrastra sueños, esperanzas y recuerdos, convirtiéndolos en polvo que se dispersa en el viento.

Shin pecaba de tener buena memoria y en sus momentos más melancólicos, los recuerdos iban hacia él por sí solos: los amigos que dejó atrás. Las cosas que abandonó, de las que olvidó y dejó en una tumba a la que ya había hecho luto algún tiempo atrás.

Sus sueños.

No estaba del todo satisfecho con la forma en que su vida se desarrollaba actualmente, pero era muy tarde como para poder cambiar algo y las únicas cosas que podía rescatar, eran aquellas a las que más tenía miedo. Las personas que en su debido momento, en su debido lugar, lo fueron todo para él; sus amigos, o más bien, ex compañeros.

—¿Siguen mirando hacia aquí?

Tapion levantó los ojos un segundo, disimuladamente por sobre el hombro, aunque no tardó nada en bajarlos.

—Ea está charlando con Dai, pero Anat aún sigue muy... atento.

Se le escapó un suspiro.

—Un día de estos me quedaré sin nervios.

La noche del jueves veintiuno de septiembre, exactamente veinticuatro horas antes de la boda que prácticamente resolvió su vida, Shin detestaba que su cuñado se hubiera vuelto un ser tan sociable durante los últimos años de estudio. De lo contrario, no estaría en semejante dilema.

Nadie le dijo. Nadie le advirtió.

Porque habían llegado a la casa Hendren sin más aspiraciones que pasar una noche divertida, antes habiendo dejado a Minki en la reunión de las chicas sólo por mera precaución y si bien la primera media hora estuvieron discutiendo al ver el traje que el novio utilizaría en unas cuantas horas, el martirio de cierto chico tez lavanda comenzó al escuchar un timbrazo.

Come back to meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora