decisiones 3 - Himejima x t/n

capitulo 23

pov t/n

me arranqué solo por un pelo, y fue literal, porque kokushibo me habia alcanzado, la capucha de mi chaqueta se me había salido y él me tomó del cabello, yo tomé mi daga y me lo corté para poder arrancar y luego me escondí en una montaña que había acá cerca, sentí como me siguió buscando hasta que estaba a punto de amanecer y luego se fue, ahora estoy encerrada aquí, en un pequeño hueco que había entre la tierra, tapada con más tierra, rocas y ramas esperando que el sol se vaya, pero aún tengo varias horas… parezco un vampiro en su ataúd.

cuando el sol ya se estaba escondiendo pude salir, fue un alivio y todavía más cuando unos montañistas se pasearon por acá, ya no se sabrá más de ellos. aproveché de cambiarme la ropa de una de ellas, me quedaba perfecta

me fui a la ciudad y todavía todo era un caos, habían servicios de urgencias por todos lados, aunque no había cazadores, ellos ya habían hecho su trabajo, todos decían que había sido un terremoto… creo que nuestra pequeña travesura esta vez se fue un poco de las manos

Seguí caminando en dirección donde se supone que vivía, pero el edificio era un desastre, suspiré pensando en que tendría que hacerle otra visita a Satoo para que me consiga otro lugar donde vivir, pero alguien me tomó del brazo

-¿Señorita t/n? -miré al lado, un chico rubio y bajo me estaba hablando, no le respondí, él miró su pantalla y luego a mi- ¿Me espera un segundo? -me dijo dando un paso atrás- necesito hacer una llamada…

A los pocos minutos el vehículo de Himejima se estaba estacionando fuera de mi edificio y él se bajó a toda velocidad para acercarse a mí, me estrechó contra su cuerpo en un abrazo desesperado

-estaba tan preocupado -susurró contra mi oreja, mi corazón estaba latiendo rápidamente- tuve a los chicos rondando está zona solo por si te veían… ¿Dónde estabas?

-logré escapar -le dije pareciendo la víctima- no sé dónde quedó mi celular así que no te pude llamar…

Y no pude decir nada más, el me besó y ese beso me hizo olvidar todo lo que tenía por decir

.
.
.

-¿Estás seguro? -le pregunté cuando llegamos a una residencia en la que parecía no haber nadie

-sí, por favor, necesito asegurarme ahora que estarás bien

-no quiero ser un problema -lo decía en serio, detesto ser la preocupación de él

-Nunca serás un problema para mí -dijo Himejima estacionándose fuera de una casa- el señor Ubuyashiki está de acuerdo y acá estarás segura, solo viven reclutas por este sector… -puso una mano en mi rostro- y así estoy yo más tranquilo.

-ok -dije suavemente, la verdad es que tenía un sentimiento nuevo en mi pecho y me desagrada sentirme así- tendré que llamar a mi jefe para decirle que…

-renuncia a tu trabajo -me interrumpió-

-¿Ah? -le dije ahora más sorprendida

-ahora eres una protegida del cuerpo de cazadores, acá te van a tener todo lo que necesites y quiero que tengas eso -me pasó una tarjeta negra con su nombre en dorado- úsalo como quieras para lo que quieras, la contraseña es 2308

-no puedo aceptar eso…

-solo tómalo como algo temporal, tampoco te quiero mantener encerrada por siempre, pero las cosas en la ciudad está hecha un desastre, los demonios están peor que nunca y necesito saber que estás bien y segura para hacer bien lo trabajo, no me puedo concentrar si no sé dónde estás

Me quedé mirándolo unos segundos, me dió algo en el corazón, quizá por primera vez me estaba sintiendo culpable de estar mintiendo de esta manera, él es alguien muy bueno y yo… mierda, no me quiero sentir así

Suspiré y le besé

-gracias -susurré- por todo

-No tienes de que agradecer, ahora me tengo que ir, pero volveré mañana en la noche ¿Ok? Vendré cada noche a ver cómo estás

-te estaré esperando -le dije con una pequeña sonrisa

Me bajé del vehículo con las llaves de la casa en la mano y su tarjeta en la otra, abrí la puerta y lo miré por última vez antes de que se fuera en el vehículo, todas las casas de alrededor parecían desiertas y entré, puse mi espalda contra la puerta y me deslicé lentamente hasta quedar sentada en el suelo, y puse mis manos contra el rostro…

Desde que lo volví a encontrar mis sentimientos están a flor de piel y este sentimiento que tengo ahora es el que más me desagrada

Le estoy mintiendo y él confía plenamente en mí

Soy un monstruo

.
.
.