capitulo 3

437 54 28
                                        

pov himejima

Estaba en mi oficina, se supone que tengo que revisar algunas cosas sobre lo ocurrido en la semana pero no podía salir de mis pensamientos, no sé qué me pasó hace dos días en el restaurante, sentí como esa chica se colocaba de pie, pude haberla esquivado fácilmente pero me quedé ahí para que chocara conmigo, justificandome con mi falta de visión para poder tenerla cerca, pero es que su presencia y su aroma fueron como un imán para mi.

debo estar loco, sacudí la cabeza para despejar estos pensamientos, menos mal los chicos no se dieron cuenta de lo ocurrido por que son capaces de buscarla por cielo mar y tierra para presentarmela, todos me dicen que me preocupo mucho por mi trabajo y que no tengo vida social, es verdad, he estado con un par de mujeres pero nada serio, no puedo tener nada serio por que la organización kimetsu me necesita, no me puedo distraer con estas cosas

y como pude avancé con mi trabajo habitual

iba a la cafetería de la base principal e incluso antes de entrar, sonreí al escucharlos a todos tan animados, son como un grupo de niños pequeños, pero que me hacen reir bastante

-¡Himejima! -gritó Uzui y se acercó- estoy haciendo una lista de los regalos que le van a comprar a mi pequeña ahijada, así que tu decides, le compras un vehiculo a control, una casa de princesa tamaño real o un pony

-¡Uzui! -le dijeron Rengoku y Rina al mismo tiempo

me reí y seguí caminando

-no le hagas caso a este idiota -me dijo Rengoku- está mas emocionado que nosotros

me senté en la mesa con los demás

-ey -dijo Uzui- Himejima debe estar nadando en dinero, ya que es la mano derecha de nuestro jefecito y aún no se consigue una novia para gastarlo con ella

-no lo creo -dijo Tami- debe tener alguien por ahí a quien se lo esté metien…

-¡Tami! -le dijo Tomioka- por favor…

varios soltaron una carcajada, yo sonreí

-por ahora nadie -dije tranquilo- así que le compraré algo lindo a la pequeña Rengoku

-y costoso -dijo Uzui- no aceptamos cualquier cosa para nuestra princesa

-¿por qué no te haces tus propios bebés? -le dijo Sabito

-puede que lo haga, así se crían como mejores amigos con mi ahijada

-¿y con cual de las tres empezarías? -preguntó Shinobu

-con las tres -respondió él tranquilamente- así serían trillizos… de diferentes madres y quizá tenga un hombre y se casan con tu hija Rengoku -dijo muy emocionado

-ehhh… no me quiero preocupar de eso hasta que mi pequeña tenga 20 años -dijo Rengoku y sentí el pánico en su voz

-¿20? -dijo Sabito- por favor amigo… a los 15 ya tendrás que estar espantado a los candidatos

Todos se rieron

-¿y ustedes cuándo? -dijo Tokito- ¿Mitsuri e iguro? ¿sanemi y kanae? ¿No llevan años de novios y aún no han formalizado?

y empezaron las discusiones, Mitsuri quería tener hijos, Sanemi también, pero Iguro y kanae no querían, sentí como tokito sonreía, me reí despacio, el pilar de la niebla a veces se hace el desentendido pero cuando habla, siempre tira algo que los deja a todos peleados y el disfruta con eso.

me decidí a levantarme e irme con un café en la mano nuevamente a mi oficina antes de que empezarán conmigo y estuve ahí toda la tarde.

Hoy me tocaba ronda nocturna y debía prepararme, cuando entré a mi oficina mi celular sonó y contesté de inmediato

-Gyomei -escuché la voz del señor Ubuyashiki- ¿Cómo va todo?

-en orden señor, no tiene de qué preocuparse

-si, eso lo sé, en el trabajo todo va en orden gracias a ti, pero me refiero a…

-en mi vida también señor -lo interrumpí- no me tiene que preguntar cada semana -sonreí

-me preocupo por ustedes

-bueno, de los demás no puedo decir mayor cosa, siguen siendo los de siempre, y aunque tratemos de que se tomen las cosas en serio a veces parecen un grupo de niños revoltosos

-y tu pareces el adulto responsable que los cuida

-soy el mayor, alguien tiene que hacerlo

-tienes 30, no eres un anciano para que andes de niñero

-sabe perfectamente que si esos no tienen un “niñero” la academia ya estaría en llamas

Ambos nos reímos

-¿Esta semana te toca ronda a ti? -preguntó

-sí ¿Por qué? ¿Necesita algo?

-quería que nos reunieramos en mi casa

Me tensé

-¿Le pasó algo?

-nada -escuché su risa- solo quería tomarme una copa con mi amigo

Suspiré aliviado, y sonreí, el señor Ubuyashiki para todos era su figura paternal, para mí, era mi padre, amigo, confidente, mi ejemplo a seguir

-tengo algunas cosas que hacer ahora, no creo que pueda ir, pero mañana me puedo pasar antes de la ronda

-entonces aquí te espero, adiós Gyomei

-adiós señor Ubuyashiki

.
.
.

ya había terminado con todo el papeleo, había terminado de enviar los correos y organizar las siguientes rondas así que estuve listo para irme a hacer mi trabajo como cazador.

al parecer iba a ser una noche tranquila, estaba en la azotea de un edificio sintiendo el aire fresco, aunque no pueda ver, las formas se aparecian en mi mente, el ruido de las personas, el calor que emanaban, el eco de las bocinas que rebotaban en las paredes, todo eso me hacía hacerme tener la idea de lo que está pasando a mi alrededor y me hace poder moverme con agilidad, no necesitaba ver.

estaba a punto de irme cuando sentí la presencia de un demonio, me puse alerta y localicé de donde venía, unas cuadras más alejadas y no lo dudé dos segundos, corrí y cuando lo tenía al frente lo tomé, pero antes de sacar mi arma y cortarle la cabeza me detuve

-¡hijo de su put…! -gritó asustada

¿la chica del restaurante?

es el mismo perfume que sentí

el mismo calor que emanaba de su cuerpo

el mismo latido de mi corazón al tener mis manos en ella

pero estaba tensa, totalmente paralizada, y aunque la sentía a ella, también sentía que un demonio fuerte estaba cerca…

-¿disculpa? -escuché su voz, y si, era ella- ¿necesitas algo?

giré mi cabeza buscando separar esta sensación que estaba invadiendo mi cabeza, pero no pude

-¿qué estabas haciendo acá? -fue lo único que pude decir sintiéndome totalmente confundido por todo lo que estaba sintiendo en estos momentos

y también percibí olor a sangre humana…

¿Que está pasando?

.
.
.

decisiones 3 - Himejima x t/n Donde viven las historias. Descúbrelo ahora