Capítulo 15. Festival.

79 13 26
                                    

 Armin Arlert

Un dolor en todo el costado izquierdo de mi cuerpo me hace abrir los ojos de golpe, veo mi alrededor y me percato de que me encuentro en mi habitación y no en la playa como pensaba hace unos minutos.

Recargo mi mano derecha sobre el colchón y me incorporo con sumo esfuerzo.

— ¿Está todo bien? Se escuchó un fuerte golpe —. Oigo a mi abuelo decir al otro lado de la puerta.

Hago una mueca.

— Si, abuelo... solo me caí de la cama —. Respondo con vergüenza mientras dejo caer mi cuerpo sobre el colchón.

— Ah... de acuerdo, te espero para desayunar —. Y sin darle más importancia al asunto, lo escucho alejarse.

¿Cómo puede actuar tan normal después de lo que le acabo de decir?

Llevo mi mano hacia mi sudada frente y divago por lo que deben ser varios minutos mientras miro el techo de mi habitación.

Debo haberme caído de la cama por tanto soñar, pero... Me gustaba el rumbo que estaba tomando mi sueño.

Suelto un suspiro.

Si tan solo hubiera durado un poco más...

Me pongo de pie y comienzo mi rutina matutina con una fuerte sensación de anhelo y con unos ojos color océano clavados en mi mente.

Frustrado me revuelvo el cabello.

— Llevo sin verla un solo día y ya la extraño como loco.

Warrior se mantiene inmóvil mientras me mira atentamente.

— ¿Qué se supone qué voy a hacer si no asiste hoy? No sé si estoy mental y emocionalmente preparado para sufrir esa clase de rechazo.

Parpadea un par de veces.

— Si, reconozco que es muy ingenuo de mi parte siquiera resguardar una ligera esperanza cuando ni siquiera se presentó ayer para los preparativos del festival, a pesar de la amenaza del señor Ackerman, pero... Realmente tengo tantos deseos de verla ahí, la extraño demasiado.

Warrior se echa sobre el suelo.

— Si, admito que la vi en mis sueños, pero no es lo mismo, Warrior, aunque si pudiera controlar mis sueños, supongo que soñaría con ella mucho más, porque los sueños son el único lugar donde tengo el valor de confesarme y dónde ella me corresponde... Es lindo vivir eso, aunque sea solo en sueños y fantasías, porque siendo objetivos eso jamás pasará, no en esta vida... o tal vez en ninguna.

Su cabeza se ladea ligeramente.

— No, no me salgas con eso de "no lo sabrás si no lo intentas", hay cosas que simplemente se dan por sentado porque son muy obvias, hay luchas perdidas incluso antes de tener oportunidad de empezarlas.

Warrior lame su pata delantera.

— No, no soy un cobarde, lo que pasa es que tú eres un gato muy juicioso, para ti es fácil hablar, a ti Annie te adoró desde el primer momento, pero no todos corremos con esa suerte, señor afortunado.

— ¿Armin? ¿Está todo bien?

Doy un pequeño brinco ante la inesperada interrupción.

— Si, abuelo, bajo enseguida.

— Por favor, el desayuno se está enfriando, Y, ¿Acaso estás hablando con el gato?

Mi rostro arde con vergüenza.

— ¿Qué? ¡Nooo! Yo solo... puedo explicarlo.

Lo escucho suspirar.

— Agendare una cita con el terapeuta familiar —. Agrega en voz baja, casi como un recordatorio para sí mismo y sin decir más, lo escucho bajar las escaleras.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 15 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Lejos de reconocerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora