Lejos de reconocer

Capítulo 5. Retrato

 Armin Arlert

— Para la clase de hoy, quiero que hagan un retrato de uno de sus compañeros.

Una ola de quejidos resuena por toda el aula, provocando una risa en el profesor Berner.

— Espero que dibujen tan rápido como respingan —. Bromea recargándose en el escritorio y mirando alrededor. — Necesito que formen un círculo, de esa manera podrán tener más espacio y una visión de todos sus compañeros, así pueden decidir a quién dibujar.

Con desgano, todos se levantan de inmediato y comienzan a mover sus pupitres, pegándolos hacia la pared, una vez puesto todo como el señor Moblit indicó, veo a mis compañeros moverse de un lado a otro dentro del aula, pero una chica en específico se mantiene estática, mis ojos se detienen en Annie por un buen lapso de tiempo, contemplando su perfil cargado de desinterés mientras observa por la ventana.

Una inmensa curiosidad se apodera de mí, preguntándome quién será la persona que ella decida plasmar.

Nunca he visto un dibujo de Annie, ni siquiera un coloreo, generalmente ella se salta esta clase, pero ahora me encuentro genuinamente interesado al respecto.

La rubia se gira hacia mí, por lo que avergonzado desvío mi vista de inmediato hacia cualquier otro punto del salón, fingiendo interés en la pequeña disputa entre Jean y Sasha; de reojo, vuelvo a mirar a Annie, que no ha despegado sus grandes ojos de mí, lo que me provoca una fuerte sensación de nerviosismo.

¿Habrá sentido mi insistente mirada?

Su atención deja de centrarse en mí, cuando el profesor nos sigue dando indicaciones sobre la actividad asignada hoy y por unos segundos, en mi cabeza cruza la vaga idea de dibujar a Annie, pero deshecho ese pensamiento de inmediato, porque para empezar sería sumamente extraño elegir a una persona con la que apenas he interactuado.

Sacudo mi cabeza, ahuyentando esos pensamientos sin sentido, porque suficiente dilema tengo con elegir entre Eren o Mikasa y haber recibido una botella de agua, lavar baños o ceder un pay no son precisamente interacciones lo suficientemente aceptables como para que yo siquiera considere dibujarla.

— La verdad es que no sé a quién escoger de ustedes dos —. Comenta Eren de repente, como si hubiera leído mis pensamientos.

Suelto una risa ante la coincidencia.

— Creo que Mikasa y yo tenemos el mismo conflicto.

Mi mejor amiga asiente a mi lado.

— Bueno, ya que los tres tenemos la misma problemática, ¿Cómo lo solucionamos?

— Podríamos hacer una ruleta —. Le digo encogiendome de hombros, ambos me miran atentos. — Ya saben, asignarnos a los tres sin necesidad de repetir o excluir a alguien.

Eren entrecierra sus ojos verdes, meditando la situación.

— Buena idea, Armin, haremos eso —. El castaño se cruza de brazos y con los ojos cerrados asiente, dando su visto bueno.

Mikasa por su parte, me brinda una sonrisa en modo de respuesta.

— Bueno, entonces, ¿Qué les parece si Mikasa dibuja a Eren? —. Una ligera capa de rubor aparece en las mejillas de la pelinegra, causandome ternura. — Yo dibujare a Mikasa y Eren a mí.

— Bien, así será, entonces.

Y sin decir más, los tres comenzamos con la actividad.

En ocasiones, mientras dibujo a mi mejor amiga, me atrapo elevando la cabeza y mirando a Annie, que parece totalmente ajena a mis fugaces miradas y a todo a su alrededor, concentrada totalmente en el movimiento de su mano sobre el papel.