Padre soltero de kanroji_rinka

Capítulo 15 : Las preocupaciones de papá (7)

Fushiguro Toji vivió dieciocho años con el apellido Zenin y diez años con su apellido actual, lo que suma dos vidas, veintiocho años en total. Uno pensaría que a medida que las personas envejecen, se vuelven más sabias, especialmente alguien que ha resucitado dos veces como él, pero aún así se considera el padre más tonto del mundo.

Han pasado dos semanas desde el día en que Megumi llevó su almohada a su habitación y se enteró de la verdad: su madre murió al darle a luz. La tez del niño se fue poniendo cada vez más pálida, a pesar de que se acostaba a tiempo y comía bien, y sus amigos y profesores de la escuela ya no lo molestaban. Toji no estaba seguro de si su hijo se sentía culpable, porque por más que insistiera, Megumi seguía insistiendo en que estaba bien. Como si fuera a creerlo, por el amor de Dios, pero si no hablaba, no había nada que pudiera hacer.

El otoño estaba a mitad de temporada y el aire se iba volviendo cada vez más fresco. Durante el día, las lluvias esporádicas disminuyeron y, por la noche, el cielo se iluminaba con estrellas. Los árboles de la ciudad perdieron su apariencia verde fresca para adoptar un color más suave y maduro. Ahora, caminando por las afueras de Tokio y a través del viejo bosque, Toji se sentía como si estuviera en un mundo completamente diferente. "Una nueva vida", como le había dicho una vez a Megumi.

Un mes después de su "jubilación", se habían producido innumerables cambios que habían creado un ritmo de vida que nunca creyó que tendría. Todas las mañanas, después de que sus dos hijos se fueran a la escuela, compraba el desayuno y se dirigía tranquilamente a Jujutsu High. Por la noche, esperaba a que sus hijos regresaran, charlaba con ellos y luego se iba a dormir en paz. Sus estudiantes eran niños talentosos. Haibara era vivaz y algo ingenuo, mientras que Nanami era madura y digna, aunque carecía de motivación. Los dos eran como polos opuestos que se equilibraban entre sí. Toji los vio crecer día a día, mientras asestaban golpes más despiadados y decisivos, completaban misiones de exorcismo en tiempos cada vez más cortos y salían de sus sesiones de entrenamiento de combate con solo moretones como las peores heridas... Una sensación de orgullo envolvió toda su alma. El Toji del pasado no habría sentido emociones tan sentimentales, pero él las sentía ahora.

Esa mañana tenía una clase que dar, pero el ambiente sofocante del aula con solo dos pupitres lo hacía sentir limitado, por lo que los estudiantes de primer año habían trasladado automáticamente sus lecciones al bosque. Nanami y Haibara ya estaban allí antes que él, como de costumbre, y parecía que estaban enfrascados en un acalorado debate sobre algo. Toji les silbó y, de inmediato, una avalancha de preguntas se desató en su mente.

—Espera, más despacio, ¡ni siquiera he recuperado el aliento! —Hizo un gesto con la mano—. Dilo otra vez, ¿qué pasa?

Haibara levantó la mano:

—¡Señor, estábamos hablando de psicología infantil!

"¿Estas bromeando?"

—No, no es así. La cuestión es la siguiente, señor: después de nuestra lección de ayer, volvimos a los dormitorios. En el camino, nos encontramos con un Espíritu Maldito de segundo grado que acosaba a unos niños de secundaria. Por supuesto, intervenimos para ayudarlos, pero entre los niños había un hechicero de Jujutsu. Nos regañó con dureza y luego se alejó de inmediato. No lo entendimos bien, así que lo discutimos. Creo que el niño actuó sin pensar porque tenía miedo, mientras que Nanami dijo que estaba tratando de demostrar su valía a sus amigos, por lo que orquestó la situación. ¿Qué piensa, señor?

Al oír a Haibara, Toji recordó de repente el día en que recogió a sus dos hijos de la escuela. Megumi se había enfadado cuando Tsumiki mencionó que se había peleado con un amigo. Siempre le había desconcertado la actitud de su hijo en ese momento, y ambas teorías parecían plausibles, así que dio algunas respuestas evasivas y luego los llevó a un entrenamiento práctico.