Capítulo dos

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DUKI

Entré a casa en completo silencio,aunque el sonido de la puerta cerrándose me delató igualmente, mamá se dio vuelta y me vio, no le dije nada.

Dejé la mochila que estaba colgada en mi hombro sobre el sillón y caminé hacia mi cuarto.

Mi mamá chasqueó ls lengua mientras negaba con la cabeza como prohibiendome dar un paso más.

-Sandra: ¿Qué pasó? ¿Tuviste un mal día?

-Duki: Evidentemente -seguí avanzando y llegué a mi cuarto-

Me recosté en mi cama, puse una almohada sobre mi cara con la intención de dormir pero al segundo ya mamá estaba tocando la puerta.

-Sandra: ¿No vas a comer? -habló tras la puerta-

-Duki: No, no tengo hambre

Todo quedó en silencio, pensé que se había ido, al cabo de un rato entró.

-Sandra: ¿Podemos hablar? -se sentó en el borde de la cama-

No le contesté, solo le di la espalda y seguí intentando dormir aunque sería imposible con ella ahí.

-Sandra: Listo, entonces me vas a escuchar -suspiro- Sabes que no estoy de acuerdo con tu papá, no te la agarres conmigo

-Duki: Vos no haces nada

-Sandra: Yo hago todo lo que puedo tpdo el tiempo -me corrigió- sabes como es tu papá

-Duki: Un forro es

-Sandra: Bueno, bueno -acarició mi espalda dulcemente- Tu hermano pasó por lo mismo y no se murió

-Duki: ¡No soy mi hermano! -exclamé con furia-

-Sandra: Ya sé -se levantó devuelta cuidadosamente- y voy a hacer algo, te juro

Volvió a salir del cuarto, me quedé un poco mejor, no voy a mentir, todo lo que no confio en papá es lo que sí confio en mamá, y sé que si me lo prometió es porque en verdad lo va a cumplir.

Volví a cerrar los ojos, sonó mi celular, un mensaje de Nicki.

Dejé el telefono, esta vez me levanté porque acepté que no habría manera de dormir en paz, me acerqué a mi mochila recordaba haber dejado algo sin copiar entre mis pensamientos de que hacer con ella

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Dejé el telefono, esta vez me levanté porque acepté que no habría manera de dormir en paz, me acerqué a mi mochila recordaba haber dejado algo sin copiar entre mis pensamientos de que hacer con ella.

La agarré y arrojé a mi cama, busqué mi cuaderno, y lo encontré el problema fue que no estaba solo.

Sino que había otro, uno rosa cual las posibilidades de que sea mio eran nulas, recordé el momento en el que Emilia guardó todas sus cosas e intenté repasar si de había olvidado algo, pero no lo podía saber con exactitud.

No tenía nombre, no me había fijado en su letra como para reconocerla, decidí dejarlo ahí y preguntarle al otro día.

Abrí le grupo de "mi" curso, al menos me añadieron al toque, ahí estaba la foto.

Me distraje revisando los contactos de mis nuevos compañeros, agendando a los que ya sus nombres recordaba.

Y llegué a su contacto, no lo dudé ni un segundo, le saqué foto al cuaderno y se la envié.

EMILIA

En el medio de mi desesperación y ganas boludas de llorar, llegó una notificación a mi celular.

¿La parte mala? Era Mauro, y me había enviado una foto.

O la parte buena, no lo sé en realidad, solo sé que era extremadamente raro, por la curiosidad entré al chat.

Aunque pensandolo bien, tuve que haberlo ignorado al menos unos minutos, estuve mal ahí.

Abrió la foto y era el cuaderno que llevaba buscando MEDIA hora, no sabía si agradecerle o matarlo.

Le respondí "Sí, gracias" a su pregunta de si era mío, nada más, volví a dejar el celular y dejé mi mochila tal como estaba.

Me mandó otro mensaje para seguirme la conversación, no supe que hacer, empecé a responderle, escribí y borré mil veces.

Terminé tirando mi celular a un lado y dejandolo en visto.

Mamá entró al cuarto sin tocar, me esforcé por no decirle nada pero cuando vi sus manos ocupadas me tranquilicé.

Traía una bandeja con el almuerzo, la dejó en mi escritorio.

-Gabi: Papá ya empezó su reunión, intentá no bajar..

-Emi: Sí, claro

Mamá se quedó mirándome esperando que al menos mire o me acerqué a la comida.

-Emi: No voy a comer

-Gabi: ¿Qué pasa ahora? -agradecí interiormente su paciencia-

-Emi: No estoy de humor

-Gabi: Nunca estas de humor -salió del cuarto esta vez enojada-

Me senté frente al escritorio, dejé el celular en un espacio que quedaba en la bandeja, miré el plato buscando que me tiente.

Y lo hacía, claro, como toda la comida de mamá.

Pero eso no saca ese nudo que la angustia forma en el pecho, que te impide tragar.

Como de costumbre, probé un bocado, pero no más que eso, no lo logré.

Mis ojos se llenaron de lágrimas al sentir que ese sentimiento me había ganado una vez más.

Removí un poco más el plato para que mamá sienta que había comido más, aunque no era así.

Me saqué el uniforme casi en un tirón y me desprendí de mis aros y collares inmediatamente antes de entrar a la bañera.

Una vez ahí cerré mis ojos y busqué relajarme, mi celular sonó, sonreí al ver que era Nicki y no Mauro al que tendría que volver a ignorar.

Me preguntó sobre mi primer día, y termine de confirmar lo de Duki, era tan evidente que buscaba hablarme de el.

Lo evité todo lo posible hasta que ells misma sacó su nombre a la conversación, me preguntó que opinaba de él y fue la oportunidad perfecta para hacer que se rinda.

"Me parece un pelotudo" fue lo único que le respondí al respecto antes de que el tema de conversación cambiara aunque ella siempre buscaba revivirlo.

ECLIPSE -Duki & Emilia-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora