CAPITULO XVIII

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Bajamos del carruaje y me separe de los gemelos. Ansioso por volver a verlo. Trataría de mejorar nuestra relación aspiraba aunque sea a un mejor trato aunque en el fondo sabía que me gustaba. Pero a él le gustaban las mujeres. Nunca tendría oportunidad, aunque eso no me impide fantasear un poco. Entramos al gran comedor formados por años. Eso era raro sin contar con que había más sillas de las habituales. Dumbledore estaba en la silla de en medio. Recorrí la mesa en busca de una figura en específico y cuando la encontré me emocione aún más. Cuando cruzamos miradas mi alegría se apago al ver un molesto ceño fruncido y una mirada fría y carente de brillo. Desvíe la mirada. Cuando me di cuenta que todos me miraban, estaban riendo y susurrando. El color verde seguía sin salir de mi cabello. Los gemelos estaban rojos de tanto reírse. Dumbledore también parecía divertido. Sentí mi cara arder, odiaba ser el centro de atención. Rápidamente me senté notando que ahora no solo hermione, ron y ginny me veían mal sino también Dean y Seamus.

Este año iba a ser una mierda.

Dumbledore dio un discurso para los de primer, el sombrero canto su canción y se dio a cabo la selección. Dumbledore volvió a subir al estrado, golpeando una copa para llamar la atención de todos retomo la palabra.

.—Este año tengo el honor de avisarles que se ha decidido que en hogwarts se realizará el torneo de los cuatro magos. En este torneo participarán 3 escuelas. Un campeón será elegido de cada escuela y competirán en 3 pruebas en las cuales uno saldrá ganador y obtendrá la gloria eterna. Debo advertirles este torneo no es para las personas asustadizas. ¡Así que démosles la bienvenida a nuestras bellas damas de Beauxbatons con su respectiva directora Madame Maxime!—.

Las puertas del comedor se abrieron de par en par. Revelando 2 filas de chicas con uniforme azul de vestido y un sombrero del mismo color. Todas eran igual de bonitas rubias y ojos azules. Soltaban mariposas que atraían a casi todos los hombres del comedor. Por alguna razón yo no me sentía atraído. Una figura muy alta iba entre ellas era la directora. Merlín era más alta que hagrid. Caminaba con un porte elegante y una postura recta pero fina. Dumbledore beso su mano y señaló la mesa de los maestros donde Madame Maxime tomó asiento.

.— ¡ Recibamos con un aplauso a los apuestos jóvenes búlgaros de durmstrang. Junto con su director Igor Karkarov! —.

Por la puerta se vislumbraron dos filas de jóvenes fornidos que comenzaron a hacer marometas y saltos para terminar su desfile con dragones de fuego y por último pero no menos importante el director Igor Karkarov acompañado del famoso y guapo Victor Krum. El salón quedó en silencio mientras pasaban a  excepción de los suspiros, mal disimulados,  de algunas chicas.

Dumbledore y Karkarov se saludaron con un abrazo y una palmada en la espalda.

.— Les pido les den una calida bienvenida a nuestros invitados y recuerden los límites solo están en la mente. Disfrutemos de la deliciosa comida con la que nos recibe Hogwarts —. La comida apareció y todos comenzaron a servirse y a charlar las chicas de Beauxbatons se sentaron junto con los ravenclaw y los chicos de durmstrang con los slytherin.

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Me senté en el comedor mientras los mocosos entraban. Cuando entraron los de cuarto busque disimuladamente a cierto ojiverde de cabellos desordenados.  Su pelo ahora estaba verde,  debía admitir que se veia bien aunque el color fuera verde casi fosforecente, el degradado que tenía le daba un toque único al resaltar sus ojos. Tenía que mantener mi compostura. Con el medio regreso del lord los slytherin, y uno que otro ravenclaw, de último año me estaban vigilando siendo "fieles" hacia el lord tratando de sobresalir o dar información para ser recompensados. Cuando lo visualice por fin, cruzamos miradas. Aunque de reojo podía ver como los slytherin de último año estaban atentos a mis movimientos, coloque mi máscara fría y mi ceño fruncido. Arrepintiendome al instante  al ver sus esmeraldas brillantes opacarse y cambiar a ojos de cachorro pateado. Tenía que ser distante podría ser peligroso para ambos.

MI COMPAÑERO FELINO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora