El aire estaba denso, cargado de incertidumbre. La prisión, que había sido un refugio para todos, ahora parecía frágil, como si el peligro acechara en cada rincón. Los días transcurrían en silencio, rotos solo por el sonido lejano de caminantes que vagaban sin rumbo fuera de las cercas. Avery miraba hacia el horizonte desde una de las torres de vigilancia, su mente dividida entre el presente y las cicatrices del pasado reciente. Sabía que algo se acercaba, lo sentía en el ambiente. Desde la muerte de Lori, las cosas no habían sido las mismas.
Rick estaba en algún lugar, aún atrapado en su dolor, mientras Carl cargaba con una responsabilidad demasiado grande para su edad. Avery no podía dejar de pensar en ellos, en los niños, en el grupo que dependía de mantener la prisión segura. Sin embargo, ese frágil sentido de seguridad estaba a punto de romperse.
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En el bosque, poco antes...
Hershel avanzaba con Michonne a su lado. El viejo granjero había insistido en salir a buscar más provisiones medicinales, y Michonne había accedido a acompañarlo, aunque siempre atenta a cualquier señal de peligro. El bosque era denso, el aire fresco, pero también estaba cargado de tensión.
—Rick no debería estar solo en estos momentos —comentó Hershel en voz baja, mientras cortaba algunas hierbas.
—No está solo, Avery está con él —respondió Michonne, vigilando los alrededores—. Pero tienes razón, Rick necesita volver a ser el líder que todos necesitamos.
De repente, ambos se detuvieron. Michonne frunció el ceño al escuchar un ruido entre los árboles. Sacó su katana al instante, pero antes de que pudieran reaccionar, un grupo de hombres armados emergió de entre los arbustos. Los habían emboscado. Las armas se alzaron, y en medio de ellos apareció la figura del Gobernador.
—Vaya, vaya, miren a quién tenemos aquí —dijo el Gobernador, con una sonrisa fría mientras sus hombres desarmaban a Michonne.
—¡Suelta tus armas! —ordenó uno de los hombres, empujando a Hershel.
Michonne intentó luchar, pero pronto se vio superada por la cantidad de hombres que los rodeaban. El Gobernador la miró con desprecio y luego se acercó a Hershel.
—Hoy será un buen día para hacer historia —dijo el Gobernador, acercándose al anciano mientras su sonrisa siniestra se ensanchaba.
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De regreso en la prisión
El ambiente era tenso. Avery, Daryl y Rick estaban en el patio, intentando reorganizar la prision,pero no tenían idea de lo que venía. De pronto, vieron algo acercarse a lo lejos, una figura imponente acompañada por un vehículo que no habían visto en mucho tiempo.
—¡No puede ser! —dijo Daryl con los ojos entrecerrados, observando con incredulidad. Era un tanque de guerra.
La imagen del Gobernador, parado junto a Hershel, se hizo clara cuando el tanque se detuvo frente a la prisión. El Gobernador, con una sonrisa cínica, subió a una pequeña colina improvisada, usando a Hershel como rehén.
—¡Rick! ¡Sal! —gritó el Gobernador, su voz retumbando por toda la prisión—. ¡Tenemos mucho que discutir!
Rick salió al encuentro, su rostro cansado y abatido, pero decidido a proteger lo poco que les quedaba. Avery lo siguió de cerca, su arco en mano, mientras Daryl y los demás se preparaban para una posible confrontación.
—Suéltalo —pidió Rick, intentando mantener la calma—. No tiene por qué acabar así.
El Gobernador sonrió con frialdad. —Podemos hacerlo de una forma pacífica, Rick. Tú y tu gente pueden irse, y me entregas la prisión. No tiene que haber más derramamiento de sangre.
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EL LEGADO DE LOS MUERTOS [TWD]
FanfictionEl Legado de los Muertos": En un mundo devastado por la muerte y la desesperación Avery Harper lucha por mantener la esperanza mientras enfrenta la brutal realidad de la supervivencia. Pero cuando su corazón se ve dividido entre dos hombres que han...