✩｡:*• Imaginas con Leon S. Kennedy ✩｡:*•
✧ Cada capítulo contiene una historia diferente al resto, en algunas ocasiones pueden ser consecutivas (tomando no más de dos o tres capítulos de duración, a excepción de algunas consideraciones).
✧ Contenido...
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Audiencia: 15+ Apariencia: Leon S. Kennedy, Resident Evil: Vendetta.
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Hace un par de semanas, mis padres habían estado planeando la idea de enviarme a la universidad de Boston College, en Massachusetts. Dicha universidad me agradaba por el hecho de que era bastante grande, sintiéndose casi como una mini ciudad, con una variedad de oportunidades y becas, además de una trayectoria y reputación impecable.
Con mis destacables notas y los créditos que había acumulado durante todo el curso, mi aceptación había sido algo que no complicó mucho las cosas. Había hecho un jaque mate total.
Mi madre y padre habían estudiado en esa misma universidad, dónde se conocieron y enamoraron, y como si se tratase de algún tipo de tradición familiar, querían que siguiera sus mismos pasos, y qué mejor que estudiar en aquella prestigiosa universidad.
Pero, aún tenía un asunto muy personal sin concluir.
El Sr. Leon S. Kennedy, el mejor amigo de mi padre, Chris Redfield, el hombre que había ocupado un lugar especial en mi corazón desde que tengo memoria. Mi enamoramiento por él comenzó en la infancia, en un tiempo en que su amistad con mi padre ya era lo suficientemente sólida, incluso antes de que yo naciera y antes de que mi padre conociera a mi madre, Jill. A lo largo de los años, su presencia constante en nuestras vidas solo había profundizado mis sentimientos por él, convirtiendo su amistad en un vínculo que trascendía con el tiempo.
Después de cuatro años de matrimonio, él se encontraba divorciado, sin hijos y sin ningún lazo afectivo que lo mantenga unido a su exesposa. Más que cariño, lo que sentía era un creciente enojo hacia ella. Una situación lamentable, sin duda.
¿Qué mujer podría hacer algo así?, aún más sabiendo que tenía a un hombre tan maravilloso a lado. Es una idiota al parecer.
Mis sentimientos hacia él se intensificaron cuando comencé a aprender sobre el sexo y las experiencias maravillosas que mis amigas compartían con sus novios. Nunca tuve uno. Puede parecer tonto, pero desde el preescolar había rechazado a todos los chicos que mostraban interés en mí, convencida de que solo pertenecía al señor Kennedy. Una tontería, sin duda.
Quería tener mi primera vez con él antes de entrar a la universidad, porque, sabía que una vez ingresando al campus no volvería a casa hasta graduarme. Pero, como buen mejor amigo de mi padre, el Sr. Kennedy había estado ignorando mis pequeñas pero obvias indirectas hacia él, así que me sentía un poco obligada a tomar las riendas de aquella pequeña aventura que quería compartir con él.
