✩｡:*• Imaginas/OS con Leon S. Kennedy ✩｡:*•
✧ Cada capítulo contiene una historia diferente al resto, en algunas ocasiones pueden ser consecutivas (tomando no más de dos o tres capítulos de duración, a excepción de algunas consideraciones).
✧ Conten...
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Audiencia: 18+ «sexo explícito» Apariencia: Leon Kennedy, RE4 Remake.
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Una nueva lágrima se deslizó por tu mejilla acompañada de un ligero sollozo. Nunca antes lo habías hecho así de duro. Esto estaba siendo demasiado para ti. Leon siempre había sido un tipo tierno y cuidadoso contigo en cuanto de sexo hablamos, pero aquella noche le pediste que no lo fuera y que realmente te cogiera como él verdaderamente quería.
Lo observaste a través de tus pestañas llenas de lágrimas, estaba cumpliendo cada una de tus peticiones. Le habías pedido que te arruinara por completo, y verdaderamente estabas recibiendo lo que pediste.
⸺ ¿Estás bien, nena? ⸺murmuró tomando tus caderas con fuerza.
Lo sentiste embestirte duro. Te empujó haciéndote caer sobre las sábanas, metió su dura polla en tu apertura mientras te azotaba duro. Gemiste alto contra la almohada.
Sabías que era una pregunta retórica, maldita sea, él sabía lo mucho que lo estabas disfrutando. Te tomó con ambas manos las caderas mientras te seguía cogiendo, no podías parar de gemir gravemente en cada uno de sus duros empujones.
⸺ Mierda, ¡¿esto es lo que querías, ______?!, ¿es esto? ⸺mordió su labio inferior mientras volvía a azotarte.
Tus manos se aferraron a las sábanas. Jadeaste en repetidas ocasiones sobre la almohada, tenías la mente nublada, la manera en la que Leon había abusado de tu coño por más de veinticinco minutos te mantenía somnolienta.
Sacó su polla de tu apertura y caíste sobre el colchón boca abajo. Con rapidez te dió la vuelta, quedando justo frente a él. Observaste su pene aún muy erecto. Jadeaste tratando de recuperar el aliento.
¿Cómo podía resistir tanto el orgasmo?
Lo sentiste deslizar su pulgar sobre tu clítoris, tus muslos comenzaron a temblar desesperadamente. Necesitabas tanto tener una primera liberación. Te abrió las piernas y se las colgó sobre los hombros, metió su dura verga en ti de nuevo y le regalaste un agudo gritillo.
El dolor de la tortura que le proporcionaba a tu cuerpo era tan jodidamente adictivo.
Apretó tus piernas mientras aceleraba sus movimientos. Gemiste suavemente, estabas agotada. Lo sentiste enterrarla aún más profundo, juraste sentirla embonar en tu punto G. Lloriqueaste.
