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Era lunes por la mañana, Ima Seki se encontraba afuera de una enorme casa dudando si tocar o no, jamás imagino que el albino (ahora jefe) tendría una casa así de lujosa. Con toda la actitud timbro y espero unos segundos hasta que el albino la saludó animadamente. 
La invito a pasar y le contaba un poco como era la casa y los detalles de esta. La mujer estaba más que impresionada por el interior del hogar, era todo muy elegante.
Después de unos minutos, los dos se encontraban en el segundo piso donde se encontraban 4 puertas. Recorrieron rápido 3 puertas donde 2 eran habitaciones y 1 el baño, la última que estába en el fondo Gojo no la quiso abrir y le advirtió a la rubia: "Es mi oficina, no hace falta que te metas aquí."   Un escalofrío recorrió la espalda de la mujer al recordar las palabras del mayor mientras terminaba de lavar los platos del desayuno.

-¿Hice bien en aceptar este trabajo?-  habló para ella misma mientras acababa con él último plato. -Bueno... ya que. ¡Ya estoy aquí!- pero su emoción se vio interrumpida por un ruido en el piso de arriba, cosa que extrañó a la mujer porque estaba sola en esa enorme casa.
Subió poco a poco las escaleras y se abriendo las ya conocidas puertas pero no notó nada raro en el interior de éstas, llegó a la oficina prohibida de Gojo pero una vez más recordó la advertencia y decidió irse a seguir con su labor.

Pasadas unas horas Ima empezó hacer la comida, estaba en la cocina picando verdura hasta que sintió la misma sensación de sentirse observada. Se sentó en un banco del comedor a esperar que se hicieran las verduras, mientras veía a la olla penso: "¿Qué habrá en su oficina? ¿Qué se cayó? ¿Iré a ver? ¿Se dará cuenta?"

Así que con toda esa curiosidad apagó la estufa y a paso lento subió los escalones por 3era vez en el día. Al llegar a la planta, su curiosidad y la sensación aumento que sin darse cuenta ya estaba frente a la puerta. La veía con atención, era de color negro con una cerradura color dorado, en la esquina de la puerta se podía ver ¿rasguños?.
Sin pensarlo su mano subió hasta tomar la chapa y girarla lentamente.






Ring Ring Ring.





-¡Ahh! ¡Maldita sea!- soltó totalmente aterrada por la inesperada llamada, quito la mano de la cerradura y la llevo hacia su bolsillo del pantalón, vio que se trataba de Gojo Satoru así que rápido contestó. 
-¿Hola?- saludo mientras trataba de calmarse por el susto.

-¡Ima! ¿Cómo estás? ¿Estás haciendo algo?- se escuchaba ¿alegre? ¿Molesto?

-Bien, gracias... ¿Y ?-  respondió mientras se alejaba de esa puerta no sin antes darle un último vistazo -¿A que hora llega? Ya estoy haciendo la comida- decía mientras bajaba las escaleras y escuchaba por el otro lado de la llamada una pelea sin sentido por parte de los alumnos de Gojo.

-¡Itadoriiii! Ven aquí / Nobaraa, ya te dije no fui- AAAHH / ¡Silencio! No me dejan hablar con mi novia / ¿QUEE?  ¿Sigues ahí, Ima?- volvió hablar mientras se escuchaba cerrar una puerta.

-Ah, sisi- hablo confundida la rubia mientras volvía aprender la estufa.

-Que bueno, llego como a las 5 de la tarde. ¿Hace falta algo?-

-No, gracias. Bueno, te dejo! Saluda a los muchachos de mi parte- y ni siquiera dejo hablar a Gojo cuando ya había colgado la llamada.






Solo faltaba una hora para la llegada de Gojo, Ima se había aburrido de estar en la cocina así que decidió darle un vistazo a su habitación. Era simple, una cama matrimonial, un espejo de cuerpo completo, un baño, un armario, una ventana donde se veía todo el patio trasero, y la típica mesita de noche. Le llamó la atención el gran armario así que fue hasta la sala por su maleta para llevarla a su habitación y empezar a desempacar sus prendas, fue una gran sorpresa cuando abrió el armario y vio mucha ropa de mujer algo costosa junto con zapatos.
Era un sueño tener toda esa ropa, así que no desaprovechó la oportunidad y se empezó a probar todo tipo de prendas mientras posaba para ella misma enfrente del espejo. Si le gustaba como se veía la ropa se tomaba fotos para después publicarlas. Hasta que paro en seco al pensar: "¿De quien será toda esta ropa?" 
Quería saber para que fuera su amiga ya que todo lo que estaba adentro del armario era de su gusto, los colores, las marcas, las texturas, las tallas, absolutamente todo. Era como si fueran para ella.

Acomodo todo muy bien como estaba y sus cosas solo las puso en un cajón que estaba vacío y sin darse cuenta la hora pasó y eso lo supo cuando escucho la voz de Satoru. 

"𝐄𝐫𝐞𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐦í"  ꜱᴀᴛᴏʀᴜ ɢᴏᴊᴏ x ᴏᴄᴄ - ʏᴀɴᴅᴇʀᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora