Capitulo 8: Visita

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Al final del paseo, Félix acompañó a Ian a la entrada de su casa
— Muchas gracias por traerme hasta acá, me divertí mucho hoy – Sonrió Ian.

— Me alegro que te hayas divertido, podemos salir otro día antes de que regreses a CDMX... – Félix se acarició la nuca entristecido por lo último.

— Y... La próxima vez que nos veamos, te daré una respuesta – Volteó su cabeza a otra dirección para que no viese su rostro sonrojado.

— ¡Sí! — Félix asintió – Entonces me voy. Nos vemos la próxima.
Ian cerró la puerta y se dirigió a la sala.

Para sorpresa suya se encontró a Fede sentado en el sofá.
— ¿Fede? ¿Qué hacés aquí?

Antes de que pudiese responder, Teo entró a la sala —¡Ian! Llegaste temprano – Comentó con un vaso de agua — Fede acaba de llegar de su viaje y se va a quedar aquí mientras – Finalizó Teo entregándole el vaso a Fede.

Ian estaba más que sorprendido, ¿cómo podía ser que de la nada Fede llegaba a su casa?

— ¡Tiempo sin verte, Iani! – Fede fingía que nada había pasado, molestando a Ian.

— Los dejaré solos para que hablen... – Mencionó Teo incómodo escapando de la sala.

— ¿Por qué estás vos aquí? – Molesto preguntó Ian.

— Estaba preocupado por tí. No sabía nada de vos y no respondías mis llamadas – Fede intentó tomar a Ian de la mano, pero él se apartó.

— ¿Y crees que no hay una razón lógica para hacerlo? ¿Después de lo que vos me dijiste? Si me fuí fué porque no soporté seguir fingiendo estar en una relación cuando vos no sentís nada por mi – Respondió aguantando las ganas de llorar.

Fede no tenía palabras por decir; Ian tenía razón. Él fue el causante de todo. Pero no podía rendirse a la primera que le dijera que no.
— Perdóname, por favor. Yo sé que hice mal, y lo acepto, por eso te pido que vuelvas a casa...

Ian no sabía que Fede podría poner ese tipo de mirada, parecía desesperado y apenas se había dado cuenta que tenía ojeras y ojos rojos, ¿estaba así por él?
Eso lo conmovió, pero no podía ceder tan rápido ni volver a ser su perrito obediente, además tenía que pensar en Félix, ¿qué sería de él si se fuera con Fede y resultara que todo fué una trampa? No podía imaginarse rogándole a Félix por otra oportunidad. Sería muy descarado de su parte.

— No te perdono — Contestó Ian — ¿Creíste que con un "perdón" arreglás todo? ¿Tenés idea de lo que sufrí por vos? – Ian aguantaba las ganas de llorar, pero no duraría tanto tiempo — Será mejor que te vayas... – Apartó la mirada.

— Eso estará difícil. Porque los hoteles están llenos – Sonrió Fede.
Ian sabía que Fede tenía planeado quedarse a dormir, y nada lo haría cambiar de parecer.

Fué corriendo a su habitación y se encerró. No quería saber nada de nadie, volvió a su estado de antes con las simple aparición de Fede.
Quería dormir, pero cada vez que cerraba los ojos escuchaba la voz de Fede diciéndole aquellas dolorosas palabras que no logra superar. Estuvo peleando consigo mismo sin notar que ya estaba oscureciendo.

De repente pensó en Félix. La persona que le ayudó la primera vez.
Tomó su teléfono y lo llamó — ¿Félix? – Intentaba hacer que su voz no sonara temblorosa.

— ¿Ian?¿Estás bien? ¿Ocurre algo? — Respondió Félix preocupado.

— Si, estoy bien. Oye, ¿te gustaría beber conmigo?

— ¿Tan de repente? – Félix no entendía nada, pero sabía que algo le pasaba a Ian "Talvez solo quiera desahogarse" pensó — Está bien, vayamos.

Ian salió de su habitación de prisa sin siquiera avisarle a Fede o a su madre que regresaría noche.

Llegó a un bar donde Félix ya lo esperaba en la entrada, ni siquiera lo miró a la cara y tomó su mano con fuerza para entrar al bar.
Se sentaron y Félix desconcertado llamó al barman para poder empezar a beber.

— ¡Sos un boludo, Federico! – Gritó Ian horas después de estar bebiendo.

— Tranquilízate Ian. Ya tomaste demasiado, debes parar... – Comentó Félix sosteniendo con fuerza el vaso que tenía Ian aún lleno.

— No quiero... – Ian de repente dejó caer su cabeza sobre la mesa.

—¡¿Estás bien!? – Preguntó Félix

— Si... Lo estoy... Solo quiero quedarme así por un rato – Félix estaba preocupado por Ian, pero no había nada que pudiera hacer por él — ¿Sabes lo que es tener un amor no correspondido? – Ian se puso incómodo después de recordar la confesión de Félix, así que rápidamente cambió de tema— Quiero decir... Fede sabe de mis sentimientos por él ahora, pero antes de eso se atrevió a fingir estar en una relación conmigo solo por fama. Ni siquiera sé porqué acepté; talvez porque tenía la mínima esperanza que esa sería una gran oportunidad para hacer que se enamorara de mí, pero en lugar de eso, terminamos peleados... – Ian empezó a llorar y finalmente quedó dormido.

Félix cargó al dormilón de Ian en su espalda y salió del bar después de pagar la cuenta.
Nunca pensó que Ian tomaría tanto al punto de al final decirle por lo que había pasado con Fede, aunque no fue a gran detalle, le dió la oportunidad de entender por lo que Ian pasaba, y así ayudarlo un poco.

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Continuará...
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Esta claro que en este cuento va a salir algo mal 😶😶😶

Amor incondicional (Fedian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora