Aiko
Llegué a casa empapada, con una chaqueta que no era mía. Al abrir la puerta de mi casa, esta se veía solitaria y silenciosa, con un aire frío y oscuro, de alguna manera a otra este aire me causaba cierta incertidumbre y me deprimía.
Me quedé unos segundos en la entrada de mi casa, abrazándome a mí misma. Decidida, me adentré. Como todos los días; mamá no se encontraba en casa por temas del trabajo, y Sota, este no se veia a la vista.
Un cierto miedo se apoderó de mi cuerpo, como si un balde de agua fría cayera sobre mí. Sota estaba solo, la casa se sentía deprimida, y no se escuchaba ningun ruido, solo la lluvia y algunos truenos furiosos, esto me hizo preocupar, mi cuerpo se congeló y mi corazón dejo de latir, tenia miedo.
Miedo de que Sota no haya mejorado, mi plan desde un comienzo era llegar antes de que mamá se vaya al trabajo, pero la lluvia me atrasó demasiado.
Rápidamente subi las escaleras para ir a su habitación, mi corazón latía con fuerza y sentía escalofríos fuertes. Las escaleras parecían infinitas, unas escaleras sin fin que llevaban al cielo. Al estar frente a la puerta de mi hermano mayor, no dude ni un segundo, abrí la puerta de una patada haciendo que por poco esta se vuelva giratoria.
Ahí estaba el, sentado en su escritorio mirándome con los ojos totalmente abiertos. Al verlo mis ojos se cristalizaron de felicidad y corrí a sus brazos como una niña pequeña mientras gritaba—¡Sota!—de manera dramática. Sin embargo, realmente me sentí una niña, esa niña que corria a los brazos de su hermano mayor cuando sus padres peleaban, esa era yo.
Sota se sorprendió por el abrazo repentino.—Aiko, estas empapada—me dijo Sota con una voz sarcástica.
—¿Por qué será?—le dije sarcásticamente mientras secaba mis lágrimas.—Afuera hay un sol, hermoso. Tarado—continue.
—Tengo muchas preguntas pará ti ahora mismo,—dijo Sota mientras deshacíamos el abrazo—Primero que nada.—empezo mientras con sus manos limpiaba su ropa exageradamente, por la humedad que había dejado el abrazo—Casi haces mi puerta giratoria.
—Estaba preocupada por tí, okei?—dije mientras me cruzaba de brazos.
—Segundo, ¿Por qué tienes una chaqueta nueva?, que yo recuerde eso no es mío ni tuyo.—continuó, mientras examinaba la chaqueta con una ceja arqueada.
Rápidamente Aiko se sonrojo al recordar al castaño.
Antes de que pudiera responder, Sota levantó su dedo, haciendo señal de que no diga nada.—Tercero y no último,—añadio mientras cerraba los ojos.
Yo, que estaba de brazos cruzados, deslicé mi mirada hacia la mesa de Sota. En esta había un cuaderno de dibujos, y vi un dibujo que llamo mi atención.—Sota, dibujas hermoso,—dije mientras empujaba la silla giratoria de Sota, haciendo que se aleje literalmente girando.
Antes de que Sota pudiera simplemente responder, yo ya estaba viendo el dibujo con los ojos abiertos como platos, en esta, se veia a Yachi, eran dibujos de Yachi en diferentes direcciones, pero en todas sonreía.—Sota..—susurre boquiabierta mientras miraba su dibujo.
—Me haces sentir un pervertido—dijo Sota mientras se sonrojaba ligeramente, no intentó quitarme el cuaderno, simplemente se quedó en su lugar sentado.
—¿"sentir"?—le dije mientras seguía viendo sus dibujos, eran realmente perfectos y te hipnotizaban con tan solo verlo, el rubio del cabello de Yachi en el dibujo era tan realista que asustaba, queria ver el dibujo toda mi vida. Un amarillo perfecto.
—Solo me gusto su apariencia, ¿Okei?,—finalmente dijo, mientras todavía me miraba sonrojado—Tiene una apariencia....peculiar, y me gusta mucho como se ve—murmuro avergonzado.
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𝘛𝘢𝘬𝘦 𝘮𝘦 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘺𝘰𝘶
RomanceSota Suzuki, un prodigio deportivo conocido por su talento natural en cualquier disciplina, pero especialmente por ser el bloqueador central estrella de Fukurodani, cae en una depresión abrumadora que lo aleja de las canchas. Su hermana menor, Aiko...