𝙲𝚊𝚙 10: 𝑳𝒂 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒆𝒅𝒊𝒅𝒂

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⚠️Episodio sensible con temas de la depresión/suicidio⚠️


Aiko

Hoy sábado abrí mis ojos y vi el techo de mi habitación, me quede unos segundos observándolo hasta que recordé que... Hoy Sota se irá con la abuela. Rápidamente me levanté de la cama de un saltó, mire mi reloj arriba de mi mesita de luz, decia 9:30, mi hermano se iría por la tarde, pero el tendría que empacar, por lo cual tendría que salir de su habitación.

Estamos en la misma casa, pero hace semanas que no lo veo cara a cara.

Rápidamente me cambié y ordené mi habitación como de costumbre, baje las escaleras y pude escuchar el ruido de la pava, al bajar podia sentir la presencia de alguien en la cocina, que se movía de lado en lado.

¿Sota?

Pensé.

De la ansiedad y emoción baje un poco más rápido, antes de asomar mi cabeza suspiré. Fui asomando mi cabeza lentamente para espiar quién estaba en la cocina, y pude ver el cabello corto de mi madre.

Baje mis hombros de la desilusión que me dio ese momento. Hasta que desvíe mis ojos hacía la mesa, donde estaba sentado Sota.

— ¡Sota! — Dije emocionada.

— Aiko, no grites — Me dijo mi mamá.

— Lo siento — Susurré.

Tome asiento al frente de Sota, este me miro y sonrió, pero se veía algo.... ¿Cansado?

— ¿No tenias que trabajar? — Le pregunté a mi madre.

— Si, pero pedi un día libre para poder estar con ustedes — Dijo con una sonrisa.

— Entiendo — Dije confundida mientras devolvía la mirada a Sota.

Le sonreí y este me sonrió.

Se que Sota tiene depresión, su presencia no era como antes, no tenia esa sonrisa amable y cálida, ahora era más..... Triste, como si se estuviera despidiendo.

Su presencia no se sentía, y no brillaba como antes.

— ¿Asi que iras con la abuela? — Le pregunté con una sonrisa.

— Así es — Me respondió tranquilo.

Diablos, su voz me hace llorar, es más.... Silenciosa.

— Cuando vuelvas de Tokio, ¡Conocerás a los del Karasuno! — Le dije tratando de subirle el ánimo.

El me miro sorprendido y sonrió bajando la mirada.

— Espero conocerlos — Susurró "Feliz"

Mis ojos se cristalizaron por completo, sentí un nudo en mi garganta junto a una presión inexplicable, baje mi mirada para que no lo noté y tape mi rostro disimuladamente.

No puedo creer que un chico tan amable y bueno como Sota este tan mal.

Dicen que la adolescencia es la etapa más peligrosa con respecto a lo emocional, pero nunca pensé que mi hermano caería en eso.

Trate de respirar para que mis lágrimas no caigan, y al levantar la mirada vi que Sota miraba la mesa, con unos ojos completamente perdidos.

— Sota... ¿Volverás no? — Le pregunté preocupada.

El me miro y sonrió.

— Claro que si Aiko — Respondió mientras mejoraba su postura.

Después de eso desayunamos en la mesa, por la manera en que comía mi hermano supe que en realidad, no queria comer.

𝘛𝘢𝘬𝘦 𝘮𝘦 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘺𝘰𝘶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora