Hora de aventura; "En busca de un corazon"

Capítulo 9 - Culpa, tristeza y... confrontación...

La noche había caído pesadamente sobre el bosque de Hanks, envolviendo cada rincón en una oscuridad densa, casi tangible. Las sombras se alargaban entre los árboles, como si fueran guardianes silenciosos...

El viento, un susurro suave que serpenteaba entre las hojas, cargaba consigo un escalofrío que se sentía más profundo, más penetrante que de costumbre

Cada ráfaga removía la nieve acumulada en las ramas, haciendo que los copos caigan lentamente, como una lluvia de cristales fríos, que brillaban débilmente bajo la pálida luz de la luna

El canto monótono de los grillos resonaba por todo el bosque... aportando un poco de vida al sombrío entorno... pero esa vida parecía insignificante frente al escenario que había dejado la feroz batalla entre dos amigos que ahora parecían más enemigos que hermanos...

Donde antes reinaba una paz serena, ahora sólo quedaban rastros de violencia...

De dolor...

La cabaña, que había sido un refugio acogedor, ahora parecía un monumento al caos. Los muros de madera estaban llenos de grietas, y los muebles dentro se encontraban volcados o destrozados, como si un huracán hubiera pasado por allí

La nieve fresca en el exterior, que caía con suavidad, contrastaba con la destrucción que la rodeaba: los árboles cercanos estaban partidos, arrancados de raíz, y una mezcla de astillas, escombros y sangre seca marcaba el lugar donde se había originado la pelea

La camioneta de Bill, que había sido un símbolo de su vida simple y trabajadora, ahora yacía rota... volcada sobre uno de sus costados, con las ruedas suspendidas en el aire como un animal herido, inerte en la fría nieve

La escena era inquietante, un recordatorio físico y doloroso de la pelea que había casi terminado con la vida de Simon y Bill...

Pero... en ese momento, la naturaleza del bosque parecía indiferente a la tragedia humana que se había desatado. El viento seguía susurrando, los grillos cantaban, y la nieve continuaba cayendo, cubriendo poco a poco las huellas de la violencia reciente, como si intentara borrar lo ocurrido

Dentro de la cabaña, el ambiente era igualmente desolador. Simon, el hombre al que Bill había llamado su mejor amigo durante años... estaba acostado en una cama improvisada...

Vestía una camisa blanca, ahora manchada de sangre y tierra, y unos pantalones desgarrados. Su ropa, alguna vez decente, ahora era un reflejo de su estado mental: rota, maltrecha y al borde del colapso...

Su cabello, que normalmente llevaba bien peinado, ahora estaba enmarañado y sucio, esparcido de un lado a otro en su cabeza como si hubiese estado luchando contra una tormenta

Los lentes redondos que solía usar estaban rotos; uno de los cristales colgaba del marco metálico, fracturado por el impacto de la pelea. Simon no se movía mucho, solo gemía de vez en cuando, balbuceando cosas sin sentido mientras Bill lo observaba desde una silla a su lado

Cada vez que Simon pronunciaba esas palabras incomprensibles, algo dentro de Bill se retorcía. No era solo culpa lo que sentía, sino un temor profundo, una desesperación por lo que había visto convertirse a su amigo...

Lo que la corona le había hecho...

Simon hablaba de ser el "Rey del Hielo", de su "princesa", Betty, como si ella fuera algún tipo de fantasma en su mente

Y lo más inquietante de todo... se refería a Bill como "el intruso en su reino", como si él fuera un extraño que había venido a arrebatarle todo

Bill, que había tratado de curar las heridas de Simon lo mejor que pudo, sentía su corazón dividido. A pesar de que había vendado las heridas físicas de su amigo, las heridas más profundas, las de la mente y el alma, parecían estar fuera de su alcance