Capítulo 11 - ...Una charla pendiente... parte final

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Sí, claro... ¿Por dónde íbamos? —respondió, recomponiéndose un poco y preparándose para lo que venía. Se quedó callado otros momentos, pensando en su siguiente pregunta

Finalmente, los ojos de Bill se entrecerraron, una duda haciéndose presente en su mente— Espera... ¿Dijiste que estabas atrapado en el reloj? cuestionó, frunciendo el ceño al tratar de entender la situación— ¿Qué quisiste decir con eso?

Justo cuando Bill termino de hacer su pregunta, de repente, el ambiente cambió de manera abrupta...

El tocadiscos se detuvo, y la música que había llenado el espacio con su suave melodía se desvaneció en el aire. El hombre de humo, siempre en constante movimiento, se quedó completamente quieto, casi como si su propio cuerpo, hecho de brumas, se hubiera congelado en el tiempo...

Sus ojos rojos, que hasta entonces habían brillado con intensidad, comenzaron a apagarse, volviéndose opacos... como brasas que se enfrían...

Bill se dio cuenta de que algo no iba bien. El cambio de atmósfera no era aterrador, pero si daba una sensación de tristeza. La densa niebla que rodeaba el campo de amapolas se espesó, volviéndose más sofocante. La nieve, antes suave y etérea, comenzó a caer con mayor frecuencia y pesadez. Incluso las amapolas, que habían permanecido brillantes y vibrantes, parecieron marchitarse un poco, perdiendo su color

...No responderé a esa pregunta...

murmuró la entidad con voz ronca y susurrante. Su tono estaba lleno de una melancolía palpable, una tristeza profunda que Bill no esperaba...

El leñador, sorprendido, abrió la boca para decir algo, pero las palabras se le atoraron en la garganta. Por un momento, no supo cómo continuar. Parecía que su pregunta había tocado un tema sensible, y aunque aquella entidad parecía poderosa e inquebrantable... era evidente que tenía sus propios problemas....

Oye... yo... lo siento, no era mi intención —dijo Bill finalmente, con una voz suave, casi tímida, un tono muy diferente al que normalmente usaba

El hombre de humo permaneció en silencio por unos segundos, y luego sus ojos, que hasta entonces se habían apagado, comenzaron a encenderse de nuevo

Poco a poco, las brillantes luces rojas volvieron a titilar con vida, como si algo dentro de él se hubiese relajado. El entorno alrededor de ellos también cambió. La niebla comenzó a disiparse, volviéndose menos opresiva. La nieve dejó de caer con tanta intensidad, y las amapolas, antes marchitas, volvieron a recuperar su brillo y esplendor

...No te preocupes...

dijo la entidad, con un tono más ligero, aunque aún había un rastro de nostalgia en su voz

...Algún día, quizá, te contaré la razón....
...Pero por ahora, dejemos ese tema de lado....

Bill asintió, notando que la atmósfera se hacía más amigable. A pesar de la frialdad del humo, algo genuino y casi cálido comenzaba a florecer entre ellos. Una conexión... una especie de amistad que Bill nunca habría esperado de una criatura tan extraña...

El leñador se relajó un poco y dejó escapar un leve suspiro antes de retomar la conversación— Bueno... ya que estamos... —comenzó, buscando cambiar de tema con algo más ligero— Tengo otra pregunta. ¿Qué haces aquí?... quiero decir, ¿no te aburres?...

El hombre de humo levantó una ceja (o eso parecía, a pesar de no tener rostro visible xd). Hubo un breve silencio incómodo antes de que respondiera

Hora de aventura; "En busca de un corazon"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora