Afterglow - Tony Stark

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Bucky se había mudado.

Desde que vio a Steve, sucedieron muchas cosas en las semanas siguientes. Una de ellas es que ella y Bucky finalmente le revelaron al mundo que HYDRA estaba viva y bien (no sabían que estaba secretamente dentro de SHIELD). Bucky también se delató como el Soldado del Invierno y asumió la responsabilidad de todos los crímenes que había cometido.

Con el apoyo de Steve, el Capitán América, Bucky fue perdonado por todo lo que hizo. Ahora estaba en terapia como condición para su perdón. Todavía vivía en Malibú porque no estaba listo para regresar a Brooklyn todavía; sabía que si lo hacía, lo recordaría todo.

Estaba trabajando en eso con su terapeuta, algo que cambiaría una vez que regresara a casa (pero en realidad le gustaba pensar que lo estaba solucionando estando cerca de Eira). Steve incluso se mudó a Malibú hasta que Bucky estuviera listo para volver a casa; lo que se suponía que debían hacer cuando la guerra terminó hace setenta años. No iba a dejar a su mejor amigo.

En ese momento, Eira estaba con Bucky en un restaurante junto a la playa. Se veía muy diferente a meses atrás, ya que se había cortado el cabello y no parecía tan reservado. Ella le estaba contando sobre el cumpleaños que compartía con Tony. Luego, a mitad de la conversación, se distrajo con la vista de la playa.

Ella empujó su brazo mientras una idea llenaba su cerebro: "Oh, debería llevarte a la playa algún día".

"¿Con toda esa gente?" Bucky frunció el ceño mientras miraba todos los cuerpos que se movían en la playa.

"No puedes ser un recluso toda tu vida, Bucky."

"Me gusta hasta ahora", murmuró y ella puso los ojos en blanco.

Rápidamente cambió de tema: "Entonces, ¿cuándo es esa fiesta?"

"Lo preguntas como si tuvieras que ir a algún lado, viejo", bromeó.

"Qué mala", bromeó él y ella le dijo cuándo sería la cita. La cita le hizo hundir el corazón.

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Era el día de la fiesta de cumpleaños y Tony le había regalado otro collar. Era una cadena de plata con un colgante en forma de T.

Ella sacudió la cabeza mientras dejaba que él le dijera: "Realmente tienes que reclamar tu derecho, ¿no?"

—Copo de Nieve, sabes que lo hago —Tony sonrió un poco.

"Tienes suerte de que me guste decirle a la gente que soy tuya, de lo contrario estaríamos teniendo una conversación muy diferente en este momento", dijo.

La envolvió con sus brazos desde atrás y le dio un beso en el hombro. "Y es por eso que somos perfectos".

Ella sonrió antes de darse la vuelta en sus brazos y darle una mirada de advertencia: "No vas a arruinar este cumpleaños con un beso sorpresa o con una revelación de que te estás muriendo, ¿verdad?"

—Bueno, pienso besarte... mucho —dijo, lo que la hizo reír—. Pero sin arruinarte nada. Te lo juro.

Ella sonrió antes de besarlo suave y dulcemente. Luego se apartó un poco para mirarlo tímidamente. "Sé que me acabas de dar un regalo, pero... no puedo darte el tuyo hasta después de la fiesta".

"¿En serio?" sonrió.

Ella negó con la cabeza. "No pienses eso sucio, Tony."

—Copo de Nieve, sabes que siempre lo hago —todavía sonrió.

"No sé por qué te aguanto a veces."

"¿Porque me amas?"

Ella suspiró y asintió con una sonrisa: "Porque te amo".