Afterglow - Tony Stark

017

¿Qué eres?

Ella nunca quiso ser algo a lo que la gente temiera, especialmente las personas que le importaban. Pero eso es exactamente lo que ella era: un miedo, un arma, un monstruo.

Jason no quería tener nada que ver con ella después de esa noche. Había dicho que no podía amar a alguien que no fuera humano. Ella trató de explicarle que era sólo un experimento, pero él no quiso escucharlo.

Él estaba asustado y eso hizo que ella tuviera miedo de sí misma. Ella tenía estos poderes que podrían demoler el mundo entero si les permitía volverse lo suficientemente fuertes; tal vez ella era algo más que humana, algo que no debería serlo.

Pero no podía cambiar lo que era por mucho que lo deseara. No le quedaba nada en el mundo excepto estar sola. Supuso que esos finales de cuento de hadas sólo se encontraban en las películas. No existió tal cosa como un felices para siempre.

Eso era en lo que estaba pensando mientras estaba sentada en la barra de su restaurante habitual... donde conoció a Jason. Él acababa de decirle que no quería volver a verla nunca más.

Al principio, no la afectó del todo. Estaba un poco entumecida después de escucharlo. Pero cuando Natalie le sirvió un batido de piña colada con solo una suave sonrisa y sin que ella lo pidiera, comenzó a derrumbarse.

Nadie quería tener nada que ver con ella. No Tony. No Jason. No cualquiera. Estaba sola y le dolía el corazón al pensar que siempre tendría que renunciar a todos los que le importaban.

Comenzó a sollozar mientras chupaba la pajita de su batido y tuvo que volver a dejarlo sobre la encimera. Natalie se acercó a ella y suavemente la rodeó con un brazo, "Oye, vamos. No es divertido llorar, especialmente por alguien que no lo merece..."

"Pero era un buen tipo", argumentó Eira. "Él era."

"Sin embargo, no se quedó", señaló Natalie.

Eso hizo que algunas de sus lágrimas disminuyeran cuando Natalie habló de nuevo: "Voy a cerrar la noche y luego tú y yo nos divertiremos un poco".

Eso hizo que su ceño comenzara a ponerse patas arriba mientras sonreía un poco, "¿Realmente harías eso?"

"Por supuesto", sonrió Natalie. "Solo espera."

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Natalie la llevó a un club y la música estaba alta. Observó a algunos miembros de la multitud bailando con los ojos muy abiertos, "¿Tengo que bailar así?"

"Puedes bailar como quieras", dijo Natalie. "Y nadie dirá nada".

Ella se rió mientras Natalie tomaba su mano y la arrastraba hacia la gran multitud. Estaban perdidos en el mar de gente y le tomó un poco de tiempo sentirse cómoda.

Pero no pasó mucho tiempo antes de que tuviera las manos en el aire, gritando las canciones que escuchaba y bailando al ritmo. Incluso intentó copiar algunos movimientos de baile que vio y que destrozó por completo, pero se divirtió intentándolo.

"¡Eso fue muy divertido!" Eira dio un pequeño salto cuando salieron del lugar antes de que sus ojos se posaran en un restaurante. "¡Oh, chino!"

Podría haber tomado demasiados tragos de gelatina. Había prohibido el alcohol, pero al final le gustó el remolino de colores que presentaba y decidió probar un poco.

Eira tomó su mano y arrastró a Natalie hacia la comida. La pelirroja se rió entre dientes mientras lo seguía.

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Ahora estaban de regreso en su departamento comiendo comida china en su sofá. Eira se lo comió feliz y un poco adormilada mientras Natalie preguntaba: "Entonces, ¿por qué Loverboy lo rompió?".

Natasha se sintió un poco mal por preguntar, pero se le pidió que espiara a la chica. Tenía que aprender todo lo que pudiera.

Eira parpadeó perezosamente mientras decía: "Él me tiene miedo... eventualmente todos lo tienen".

Eira la miró con el ceño fruncido, "Tú también lo serás y no querrás divertirte más conmigo".

Natalie suspiró, "Estoy bastante segura de que será al revés".

"¿Qué?" Eira preguntó mientras Natalie solo había murmurado.

Natalie respiró hondo antes de responder: "¿Por qué alguien te tendría miedo?".

"Oh, bueno, todo el mundo piensa que soy un poco como un extraterrestre", dijo Eira antes de mirar su maceta en la habitación. "Ver."

Las flores crecieron y brotaron más hacia el techo antes de volver a bajar. Natalie sintió que se le agrandaban los ojos antes de volver a mirar a Eira y poner una mano en su hombro: "Eira, prométeme que nunca se lo dirás a nadie más que a las personas que ya lo saben".

Nat se sentía un poco protectora con la chica y no quería que la gente la persiguiera por sus poderes. Era necesario mantenerlo en secreto.

"Está bien", Eira sonrió con cansancio. "Promesa."

Luego Nat abrazó a Eira, "Y si alguien alguna vez te odia por ser quien eres, no le des un segundo pensamiento".

"Gracias, Nat", Eira sonrió y abrazó con fuerza a su nueva amiga.

Nat la soltó y Eira se quedó mirando la caléndula roja. Lo miró con tristeza y admitió: "Extraño a Tony".

Eira apoyó la cabeza en el respaldo del sofá mientras sus ojos comenzaban a cerrarse. Nat terminó cubriéndola con una manta.

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Al día siguiente, Eira tenía resaca y le dolía la cabeza todo el día. No recordaba en absoluto lo que le dijo a Nat, pero la pelirroja se ofreció a quedarse con ella todo el día.

En el almuerzo, Nat sugirió que pidieran una pizza y Eira prácticamente gritó: "¡Pizza no!".

Los ojos de Nat se abrieron con sorpresa y Eira respondió tímidamente: "Lo siento. Pero no pizza".

"Está bien", estuvo de acuerdo Nat. "Pizza no."

Terminaron pidiendo algo más mientras miraban películas todo el día. Al final estaban viendo Titanic.

"No, Jack", gritó Eira cuando la estúpida Rose soltó su mano.

Nat no pudo evitar reírse ligeramente. Eira sentía todo tan profundamente que era a la vez divertido y entrañable.

"Eres muy tierno, ¿no?" Nat bromeó.

"Cállate", Eira le dio un codazo. "Es triste."

Nat se rió entre dientes y respondió sarcásticamente: "Sí. Muy triste".

"¡Es!"