Afterglow - Tony Stark

31

Eira no sabía exactamente cuánto tiempo había estado desaparecida. Era difícil llevar la cuenta del tiempo allí, pero estuvo desaparecida durante seis meses.

Tony había sido un completo desastre mientras ella estaba allí. Ni siquiera podía construir nada sin ella porque siempre pensaba en lo que estaba pasando y luego terminaba tirándole algo.

Pero una cosa que sí logró fue asegurarse de que todos supieran quién era ella. No importaba si alguien estaba en medio de la nada, todos sabrían quién era Eira y cómo era.

Así que cuando Bucky entró corriendo al edificio y dijo que la habían encontrado, ni siquiera tuvo que decir su nombre. Todo el mundo lo sabía. Y con la información de que la habían encontrado, las autoridades actuaron rápidamente.

Aunque lo que la gente también sabía era que Bucky fue específicamente quien la secuestró. Así que cuando le quitaron a Eira de sus brazos para que recibiera atención médica, él también fue arrestado y no se resistió. Solo quería que Eira estuviera bien.

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Pasó un mes.

Eira había estado en coma inducido durante un tiempo en un hospital de Nueva York. Detuvieron la hemorragia y le colocaron un parche en el vaso sanguíneo. Le arreglaron la mano y la dejaron enyesada. Le trataron la neumonía que tenía. Le colocaron un goteo intravenoso con los nutrientes necesarios, ya que estaba extremadamente desnutrida y delgada. El resto tendría que curarse solo.

Pero su cuerpo ya estaba listo para despertar. Sus ojos parpadearon y se abrió, y cuando se dio cuenta de que estaba en un lugar desconocido, comenzó a entrar en pánico. Intentó agarrar su collar, pero no estaba allí, lo que la hizo entrar en pánico nuevamente, pero entonces la puerta se abrió y alguien entró en la habitación.

Tony.

Aunque su cuerpo no se había movido en un mes, era Tony. Cruzaría galaxias mientras agonizaba solo para verlo.

Saltó de la cama con todos esos cables y tubos atados a ella. Se tambaleó hacia él como si su ascensor dependiera de ello.

Cuando Tony entró en la habitación y vio esos ojos verdes, se quedó paralizado. Dijeron que ella se despertaría mañana y él se había estado preparando todo el día, pero ella estaba despierta, viva, ahora. Entonces saltó de la cama y comenzó a llorar.

"Copo de Nieve, no..."

Pero ella se tambaleó hacia él y casi se cae, pero él la atrapó. Ella lo abrazó con fuerza mientras apoyaba la cabeza sobre su pecho.

—Tony —dijo con gran alivio, pero empezó a respirar con dificultad—. Por favor, no me sueltes. Por favor, no...

—Como si fuera a dejarte ir otra vez —prometió Tony mientras la abrazaba con fuerza como un barco que sostiene su vela.

Ella solo podía llorar. Tenía lágrimas infinitas. Él estaba allí y ella se aferraba a él. Se sentía demasiado después de desearlo por tanto tiempo. Y tenía miedo de que todo fuera un sueño.

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Tony la había convencido de que volviera a sentarse en la cama para que los médicos pudieran examinarla, pero ella se quedó agarrando su mano con la que no estaba enyesada. Y recuperó su collar (se lo habían quitado para que pudieran tratarla).

Todos los médicos dijeron que podría irse a casa mañana, pero ahora estaba sola de nuevo con Tony y él le besó los nudillos con suavidad: "Snow, lo siento".

Ella frunció el ceño y vio que en sus ojos brillaba una mirada culpable. No podía creer que él pusiera sobre sus hombros el peso de lo que había sucedido.

—Basta —suplicó—. No es tu culpa.

—Tenía una cosa que necesitaba proteger —apretó la mandíbula—. Y te decepcioné.

"Nunca podrías decepcionarme", prometió. "Te amo".

Unas cuantas lágrimas cayeron de sus ojos mientras miraba hacia abajo al oír esa frase. A veces, en sus días más oscuros, pensaba que no volvería a escucharla y eso lo asustaba muchísimo: "Dios, ha pasado tanto tiempo..."

Se secó las lágrimas mientras volvía a mirar esos ojos verdes que tanto extrañaba. No podía imaginar un mundo sin ese color, esos ojos.

"Siempre te amaré, Snow."

_____

Al día siguiente, cuando por fin se orientó, se fue en la limusina con Tony. Pero, al subir, se volvió hacia él y le preguntó: "¿Dónde está James?".

"¿Quién?" frunció el ceño.

—James. Él fue quien me sacó de allí —aclaró Eira—. ¿Dónde está?

—Él es quien te secuestró —Tony apretó la mandíbula—. Está en la cárcel, donde debería estar.

—¡No! —gritó Eira—. No lo entiendes, Tony. Es solo una víctima. Tengo que sacarlo de ahí.

—Es un asesino, Eira —argumentó Tony con tono duro.

"Yo también", recordó.

Tony la miró fijamente antes de suspirar exasperado y llamar a Happy: "Llévanos a Washington".

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Eira discutió durante horas con la policía. Bucky sólo fue incriminado por secuestrarla (no por ninguno de sus crímenes en HYDRA, de los que el público no sabía nada y el gobierno no reveló su nombre real al público porque se suponía que estaba muerto). Ella no quería presentar cargos, pero no la escucharon hasta que Tony intervino y, por supuesto, escucharon a Iron Man.

Cuando liberaron a Bucky, sus ojos se abrieron y preguntó: "¿Qué estás haciendo aquí?"

Ella lo abrazó rápidamente y le dijo: "¿Eres idiota? Te arrestaron, James".

"Puedes llamarme Bucky", decidió mientras le devolvía el abrazo. "Y yo debería estar aquí".

—No, no deberías —se defendió ella mientras lo soltaba—. Así que te saqué.

—Genial, los dos... se abrazaron —dijo Tony con el ceño fruncido y Bucky se tensó con su presencia mientras lo miraba en silencio—. ¿Podemos irnos ya? ¿Hay algún lugar donde podamos dejarlo?

"Vuelve a casa con nosotros", anunció Eira.

—Disculpe, ¿qué está haciendo? —dijo Tony estupefacto.

"No lo dejaré ahora, Tony", dijo emocionada.

Tony la miró a los ojos y nunca pudo decir que no. Realmente necesitaba trabajar en eso porque ahora su pedido era dejar que un asesino se quedara en la casa.

"Dios, está bien."