La Flor que Nació en Guerra - (AU) #1

Capítulo 17

— Madre no es la que engendra, madre es la que estamos valiendo —expresó Cochi mientras se comía un pan.

— Me duele un chingo la espalda, dormir en el suelo está bien culero —se quejó Beni a la par, también comiendo un pan y sobaba su espalda.

— Por pendejo, yo mimí bien cómodo en la banca, tú eres el menso que quiso dormirse en el suelo —expresó con burla mientras se levantaba y arrancaba una manzana de un árbol.

— No mames Cochi, casi nos cachan —dijo con molestia, pues anoche casi los descubren de no ser porque alguien más hizo ruido en otro lado.

Hablaron por un rato más, hasta que a la lejanía vieron como unos secuaces se llevaban a Alexby y un oso blanco con muchas ataduras para evitar que se moviera. Eso los preocupó, así que los siguieron con cuidado. Llevaban una semana buscándolo al igual que a los niños, pero era complicado si debían evitar contacto alguno con cualquier persona; además, recordaron que ese oso era la macota de su primo, por lo que ahora sabían que había invadido la vieja casa en medio del lago. No iban a desperdiciar la oportunidad, así que cuando descubrieron a donde lo llevaron, trataron de idear un plan, por lo que se alejaron del ayuntamiento y, mientras Beni se quedaba a vigilar, Cochi volvía al refugio para avisarle a Quackity de todo aquello.

Por otro lado, Luzu y Roier estaban "pasando el rato", si es que se le puede llamar así a comer en silencio. El alcalde tenía algunos bocadillos de jamón y queso con algo de vino, mientras el pequeño niño disfrutaba de ricos Nuggets con forma de patitos y jugo de naranja. Luzu había tenido la consideración de consentirle un capricho al infante, cosa que lo mantenía callado y entretenido, algo que aliviaba al mayor. Sin embargo, de vez en cuando lo veía de reojo, notando cada vez mas parecido a Fuego.

— Dime, Sebastián, ¿has escuchado de alguien llamado Fuego?

— ¿Cómo el emento? —Luzu asintió—. No, no ecuché ese nombe.

— ¿Nunca te lo han mencionado?

— No, no sabo, de'ame comeh —lo miró enojado y volvió a sus Nuggets.

Se dio por finalizada la muy corta conversación y Luzu para ese punto ya sentía que se estaba volviendo loco. Aun así, no se daría por vencido, por lo que en cuanto acabaron de comer, llevó al niño hacia la oficina nuevamente. Ahí ya estaban los secuaces esperándolo con Alexby y el oso blanco, por lo que de nueva cuenta dejó al niño encerrado con una mujer que se encargaría de entretenerlo.

Llevó a Alexby a un interrogatorio que no duró demasiado, pero al final decidió soltarlo, lo cual fue un error que más tarde le costaría. Por otro lado, llevaron al oso a otra habitación, donde, sin pena o arrepentimiento alguno, ordenó que lo mataran y molieran la carne. Tal vez llevó todo demasiado lejos, pero Quackity se lo había buscado. O tal vez no, quien sabe.

(...)

— ¿Estás seguro de esto, Alex? —cuestionó al ver como guardaba varias armas en su traje morado y se colocaba el gran sombrero mexicano—. No estoy confiado en que salgas si todavía no sabes algo de Roier.

— No me queda de otra, Damián, ya no puedo seguir aquí escondido, estoy hasta la madre de eso —respondió muy seguro de su decisión—. Necesito ir yo mismo a buscar a mi hijo para poder estar en paz, cada minuto sin noticias de él o de los otros me tiene bien nervioso.

— Comprendo, en ese caso iré contigo, pero... ¿Qué hay con ella? —señaló la habitación donde Tina estaba. Esto puso a pensar al jefe.

Definitivamente no la iba a exponer al peligro y ella no tenía lugar a donde ir, así que sus opciones eran limitadas, hasta que recordó a alguien que podía ayudarle. Odiaba dar explicaciones, pero era algo necesario, no le quedaba de otra. Entonces prepararon todo, sus armas, las cosas importantes. Damián volvió a usar su ropa de secuaz para tratar de sacar ventaja. Tina alistó una pequeña mochila donde llevaría todo lo que necesitaba. Estaban por salir de la cabaña, cuando Cochi llegó corriendo.