(Parte 1)
Missa se removía de un lado a otro, tratando de conciliar el sueño. Sin embargo, no podía, no después de haber escuchado todo lo que sucedió. Estaba muy angustiado y preocupado, la principal razón por la que no podía dormir. Empezó a sentirse algo paranoico desde que le dio ese disparo a su padre, no sabía como podría reaccionar al saber que su propio hijo le hizo aquello y eso le aterraba.
Se levantó y se sentó en la cama, mirando por la ventana el sol empezando a salir. Dio un vistazo a las camas ya vacías de los patos, probablemente llevaban más tiempo despiertos. Suspiró pesadamente y se levantó, metiéndose al baño a lavarse la cara. Se quitó la máscara y se lavó el rostro, quedándose así un rato mirándose al espejo. Tenía algunas facciones igual a su padre, con los ojos entre un naranja rojizo por su elemento. Con unas ojeras enormes y uno que otro detallito como Quackity, dos lunares al lado de la nariz. Sonrió.
- ¡Hazte pa'llá chamaco! -entró gritando Quackity, empujándolo un poco y haciendo que a Missa casi se le saliera el alma, pues no traía puesta su máscara.
Se salió rápidamente, escuchando al pato vomitar el desayuno. Después cayó en cuenta de la ausencia de su máscara, así que atemorizado se escondió entre las cobijas. En cuanto Quackity salió, lo miró raro.
— ¿Y ahora tú? —dijo acercándose, tratando de quitarle la cobija de encima.
— ¡Déjame! No me veas...
Quackity se apartó rápidamente, con una expresión confusa, pero sin molestarse se quedó sentado en su cama.
— Ora', ¿qué te pasa, pues?
— No quiero que me veas sin máscara, vete y déjame ponermela...
Aunque confundido, el híbrido simplemente se levantó y salió de la cabaña, no sin antes observar un poco y darse cuenta de lo asustado que se veía el chico.
Por su lado, Fuego se levantó rápidamente de la cama y corrió al baño a colocarse la máscara, suspirando de alivio y sintiéndose algo mal por la forma en la que le habló a Quackity. Luego se disculparía, ahora mismo debía arreglarse para empezar el día y buscar la forma de realizar su "acto heroico" en busca de su tío.
Salió luego de un rato con los demás, vistiendo su clásica capucha que le cubría el cabello y su máscara. En su mochila llevaba unas cuantas cosas que le serían de ayuda. Y en la cama una carta de perdón a Quackity. En silencio y sin que nadie lo notara, salió del rango seguro y se adentró en el bosque en busca de aquel lugar del que su tío le contó algunas veces.
Era un camino largo y peligroso, siempre tenía preparada su espada para enfrentar a cualquiera. Pero era cuidadoso en exceso, toparse con algún secuaz del alcalde podría significar su fin. Entonces era mejor no llamar la atención. Lo que no resultaba del todo bien por los colores tan llamativos que su capucha tenía. Al menos lograba taparse un poco con los árboles más chicos que había.
Se detuvo en seco, sosteniéndose el brazo que ahora tenía una pequeña herida. Un esqueleto se hizo presente, por lo que rápidamente quiso atacarlo no resultando muy bien, pues el mob no paraba de lanzarle flechas a distancia, hasta hacerlo caer. Intentó levantarse, pero fue en vano, no le quedaban más energías. Pensaba en lo ridículo que sería morir a causa de un esqueleto. Pero que podía hacer, nunca salía de casa y nunca le habían enseñado a defenderse.
Sus vista empezaba a nublarse,pero al final alcanzó a ver cómo alguien se acercaba, alguien que no era el esqueleto.
(...)
Quackity estaba bastante ocupado arreglando asuntos con la casa blanca que había mandado a construir. Poco le importaba ahora lo que Luzu estuviera planeando, le importaba más tener un lugar seguro donde su gente pudiera estar. Eso hasta que Sapo Peta se acercó a hablarle.
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La Flor que Nació en Guerra - (AU) #1
FanficQuackity y Luzu eran un noviazgo como de cuento, perfecto. Pero nada es perfecto. La alcaldía de Karmaland era el blanco especial de Quackity luego de la tragica perdida del hijo que los dioses le concedieron. Pero no sabía que también era el blanco...