¡Tenias que ser el villano!

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El sol apenas iluminaba mi habitación cuando el sonido de los pájaros resonó a las afueras de la casa, marcando el inicio de un nuevo día.

Me levanté con pereza, sintiendo el frío del piso contra mis pies descalzos.

Mientras Alicia esperaba a que me vistiera, repasé mentalmente lo que tenía planeado para el día: clases de historia, teoría de química, y, por supuesto, la tipica clase de esgrima por la tarde, en donde me toca ver a todo el ganado de Miral.

La sola idea de ver a los protagonistas y para ser encolmo juntos me llenaba de frustración.

—¡Buenos días señorita! —dijo Alicia al verme ya fuera.

—Buenos días Alicia —respondí con una sonrisa.

Bajé al comedor acompañada de Alicia, donde el padre de Ellen ya se encontraba haciendo una que otra llamada.

¿Por qué tan temprano?

—Buenos días padre —saludé mientras me sentaba a su lado.

Él levantó su cabeza y cuando notó que era yo, corto la llamada y sonrió de manera brillante si así se le podía decir a toda la felicidad que desbordaba de su ser.

—Buenos días hija hermosa ¿Cómo amaneciste? —preguntó de manera normal, aunque pensándolo bien esta muy raro, eso de hija hermosa...

¡Aaah ya sé, algo quiere! ¿Serán las notas de los exámenes? ¿Pero a tan tempranas horas de la mañana?

—Necesitas algo ¿no? —pregunté directamente con una ceja alzada y una risita burlesca.

Sonrió planamente al darse cuenta que había tocado el punto al que quería llegar.

—¿Cómo supiste? ¡Ooh mi hija es tan inteligente! —dijo mientras me alababa exageradamente.

Eres tan obvio literalmente.

—De hecho tengo que decirte algo, no te enojes. —dijo seriamente, mientras me miraba, escudriñando cada uno de mis gestos.

Confirmado si de bipolaridad se tratara, los personajes de esta novela literalmente se ganarían el puesto N°1

—Tú dirás. —le dije usando el mismo tono serio que él usó, mientras le devolvía la mirada, para al segundo volver a comer.

¡La verdad este desayuno es el mejor que he probado!

—En dos semanas es el cumpleaños 86 del gran señor Taylor. —informo, aunque ya sabia de eso ¿A que vine el tema?

Según yo en ninguna parte de la novela el señor Maddox le decía a Ellen eso, es más el papá de Ellen nunca pasaba en casa porque su trabajo se lo impedía.

—Dime, ¿A que viene todo esto? Debe ser algo más como para que te tomes el tiempo para decírmelo en la mañana ¿no es cierto? —pregunte directamente y sin rodeo alguno, todo esto me parecía ridículo.

¿O es qué consideraron invitar a Ellen al cumpleaños del señor Taylor? 

En la novela se menciona que a Ellen no la invitan a este evento, de hecho Rayan la excluyo porque era muy molesta, y más con su pequeña flor de otoño, aun así hizo esto sabiendo que era la prometida, que su abuelo, el señor Taylor había escogido para él...

Obviamente cuando no hay amor de por medio no se puede hacer nada, asi es la vida, es como intentar arreglar algo que nunca tuvo reparación.

—Y nos invito, ya que tu eres la prometida de su nieto, y a mi porque soy su amigo y también porque soy tu padre. —dijo, mientras me extendía dos invitaciones, las cuales decían... Ellen Maddox y Marcus Maddox.

REENCARNAR EN LA VILLANA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora